Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“Vive tu vida tan honestamente, que si alguien habla mal de ti, nadie le crea”.
LOS CIUDADANOS DEBEMOS PARTICIPAR EN LA POLÍTICA
Generalmente los ciudadanos no participamos en la forma de seleccionar a
los candidatos que nos representarán en los diversos cargos de elección
popular. Nos conformamos en acudir a las urnas y votar por el menos malo.
Nuestro lugar en la selección se llena con los sobornos del dinero
público, de empresas privadas y extranjeras, sin dejar de lado los millones que
los grupos delincuenciales invierten en sus candidatos en los municipios que
carecen de una infraestructura policiaca para poder combatirlos y se adueñan
del manejo casi total de las comunas, son acciones que el IFE nunca visualiza,
debido a que las carretadas es de dinero en efectivo con las cuales se compra
las necesidades de quienes por se embolsan una cantidad de dinero que
probablemente le aligere su miseria por unos cuantos días.
Independientemente de ello, ya es tiempo que los ciudadanos
actuemos elaborando categorías para evaluar el actuar público del
Gobierno del Estado, del Gobierno municipal –con todos los que lo componen- e
integrantes del Poder Legislativo (diputados), lo anterior, para identificar
quien a lo largo de su encargo realizó conductas éticas que es la
disciplina filosófica que estudia el bien desde diversas fundamentaciones axiológicas
como eje para el comportamiento humano.
Se debe mencionar que los ciudadanos contamos con dos elementos para
evaluarlos: Primero, los planes o programas de gobierno, esas proyecciones que
realizan los candidatos (as) para presentarse como sujetos que atenderán a cada
una de las necesidades de la ciudadanía con interés y sabiduría, en tres
palabras “promesas de campaña”.
Segundo, la concreción de políticas públicas, esto incluiría, el recurso
asignado a determinado proyecto, número de proyectos destinados, recurso humano
encomendado para tal fin, entre otros muchos, prácticamente, la política
pública pudiera definirse como el quehacer y no hacer
gubernamental.
Este enfoque argumentativo se encuentra en el quehacer, que es donde se
visualizan los dos conceptos ya descritos, mismos que deben de ser la
herramienta para crear ese mecanismo de evaluación que nos permita decidir
sobre a quien o qué partido apoyará a lo largo de estos meses y a quien apoyará
con su voto.
En esta ilación de ideas, coloquemos actuaciones estéticas, cosméticas y
éticas en el trabajo gubernamental para con ello construir ideas
concretas.
Un gobernante sustentado en el actuar ético no solo cumple a cabalidad
con su proyecto de gobierno, sino ostentaría una entera legitimidad por parte
de la ciudadanía, evidentemente, un quehacer caracterizado por valores como lo
son la probidad, responsabilidad, honestidad, tolerancia, eficiencia, todos
ellos en busca de una ciudadanía más igual, justa y libre.
Aquel sustentado en la estética es el que encuentra las formulas
estadísticas para la inmodestia; su inversión en publicitar su quehacer
gubernamental es equivalente a la invertida en la política pública, es decir,
ese actor político que busca con ahínco sobresalir por pocas cosas hechas pero
vendidas al ciudadano por medio de envolturas numéricas.
Por último, el que se sustenta en la cosmética son los identificados
como simuladores, esos expertos en construir verdades de mentiras, utilizando
como envoltura a la retórica, esta usada como su principal instrumento de
venta, aquí se pueden encontrar aquellos gobernantes que no tienen conocimiento
sobre lo que hacen y lo que representan.
Estos dos últimos se visibilizan de manera sencilla, son los ejemplos
que aquellos gobernantes que se vanaglorian al presumir que taparon más de
medio millón de baches, construyeron siete puentes o propusieron diez
leyes.
Pero esconden que taparon un bache siete veces -consecutivamente- a lo
largo del periodo gubernamental, que construyeron siete puentes, pero en el
último año de gobierno, mientras que en los anteriores no se realizó obra
pública o que todas esas propuestas no fueron materializadas por la pobreza en
su técnica legislativa.
Estos casos no solo hablan de una ineficiencia de política pública sino
de la gran indigencia ética en la que se encuentran al tratar de vender por
medio de la estética o la cosmética un actuar carente de eficiencia
laboral.
Bajo esta reflexión se debe de ir evaluando a nuestros (as) futuros (as)
candidatos (as) y a los partidos políticos que los proponen. La reflexión
propone una ciudadanía emancipada de lo hasta ahora realizado, para lo cual
deberá de consistir los mecanismos suficientes para alejarnos del “canto de
sirenas” -poemas de Homero-, es decir, de la estética y la cosmética.
Lo anterior implicaría colocar como núcleo de decisión a la ética, es
decir, la racionalidad del voto: un sufragio ausente de la retórica utilizada
en las promesas de campaña, la propaganda política, el carisma del candidato
(a) o la “honestidad o credenciales morales” del partido político que
abanderará al personaje en turno.
Lamentablemente en México el hambre y la demagogia interfiere en las
decisiones del voto, quedando ausente la ética del que vota.
Algo Más…
Por allá de
finales de los años sesenta, en Iguala, los taxis eran coches de categoría,
agrupados en cinco sitios cuyas casetas telefónicas estaban alrededor del
parque Juárez, se les marcaba e iban a la casa o negocio a prestar el servicio,
solo había 6 camiones urbanos, llamdos escobas que tenían una ruta: Panteón,
Mercado, Oasis, Puente Colorado y le daban a uno su boleto de acceso. Solo
estaba la ESPI como secundaria federal y dentro de ese edifico la secundaria
nocturna Juan N Salazar para trabajadores, los que no alcanzaban cupo, se
inscribían en la IMA o en la UNESCO, después de 1972 se arrancó el crecimiento
exponencial de los planteles.
DCVI.- Nada bueno se espera para Iguala, un
cabildo en contracorriente de la austeridad y de la reducción del personal
empleado, ya debe estar en los oídos de AMLO y pocas esperanzas habrá de obras
necesarias.
Sabías que: Los perros sudan a través de las almohadillas plantares de
sus pies.
Hasta la vista.