Abrevando
“Todo lo que nos irrita de los demás, nos puede ayudar a entendernos a nosotros mismos”: Carl Jung
José Antonio Lavín Reyna
¿Qué tipo de inversionista soy?
Citado por la fuente: Entrepreneur: Por fortuna, cada
vez más personas se percatan de la importancia de tomar las riendas de su
economía. Sin embargo, según un estudio realizado en conjunto por la
Universidad Nacional Autónoma de México y una institución financiera, unos 37
millones de mexicanos -casi un tercio de la población- carecen de cultura
financiera. Esto quiere decir que no manejan sus recursos económicos a
conciencia, no ahorran y se encuentran en un estado constante de endeudamiento.
De acuerdo con la investigación, 96 por ciento de los mexicanos encuestados
manifestó nunca haberse informado acerca de los diversos productos financieros,
como cuentas de ahorro, inversiones, créditos y fondos para el retiro. Ahora
bien, si ya contamos con algún ahorro, una de las mejores opciones para darle
uso a este capital es invertir. Esto nos permitirá asegurar un futuro
financiero más sólido. Muchos asesores consideran que invertir es equivalente a
"hacer que tu dinero trabaje para ti", pues hace que el dinero crezca
mediante los rendimientos.
Lo primero que debes hacer es descubrir cuál es tu
perfil de inversionista, es decir, qué meta quieres alcanzar con el dinero que
tienes y en cuánto tiempo: ahorrar para la educación de tus hijos, comprar una
casa, tener un retiro digno, etcétera. Antes de empezar tienes que estar
consciente que toda inversión implica un riesgo, sin embargo, existen
alternativas para cada usuario. Si ya delimitaste cuáles son las
características que tienes, entonces ha llegado el momento de conocer qué tipo
de inversionista eres. A grandes rasgos, existen tres tipos básicos de
perfiles. 1. Conservador, Es aquella persona que tiene poca tolerancia al
riesgo y prefiere que su dinero esté asegurado aunque genere pocas ganancias a
corto plazo. Elige aquellas herramientas que dan rendimientos previsibles, como
lo es la inversión en valores gubernamentales (deuda de gobierno). 2. Moderado,
son inversionistas que quieren buenos rendimientos sin asumir riesgos demasiado
elevados. Es decir, trata de mantener un balance entre ganancias y seguridad.
Manejan las pérdidas a corto plazo si saben que después habrá ganancias.
Generalmente se decantan por herramientas como fondos de deuda más agresivos o
de renta variable. 3. Agresivo, son quienes no necesitan disponer de su dinero
a corto plazo e invierten pensando en los rendimientos futuros. Por ello, son
altamente tolerantes al riesgo pues están dispuestos a aceptar pérdidas
importantes en el presente. Suelen invertir en fondos de renta variable o instrumentos
del mercado de capitales (acciones). El mercado ofrece una variedad interesante
de opciones de inversión, que responden a las necesidades de cada perfil. No
obstante, antes de empezar debes tener en cuenta tres variables: el monto que
vas a destinar a la inversión, horizonte temporal (cuánto tiempo estoy
dispuesto a invertir) y riesgo aceptado (qué probabilidad hay de obtener la
ganancia esperada).
Como inversionista, es conveniente que conozcas cuáles
son las alternativas para perfiles conservadores que te ofrece el sistema
financiero mexicano, como instrumentos de deuda, pagarés bancarios y cuenta de
ahorro a la vista (cuenta de cheques).
Algo Más…
En las añoranzas del Iguala que se fue, se puede decir, se fue la ciudad de
casonas de adobe con teja como techo. En algunos casos cielo de manta encalada;
la llegada de otro tipo de ciudadanos en los cincuenta y sesenta empezaron a
demoler ese tipo de vivienda para dar paso a las casa de uno, dos o tres pisos
de concreto, lo cual le quita cualquier posibilidad de ser un pueblo mágico;
llegaron los autos y, con ellos, las estaciones de gasolina. La del Sr. Ramos
en Constitución y Juárez, la de los señores Escalera en Madero y Obregón, la
construida sobre la carretera federal y la calle de Aldama, la del Sr. Nahúm
Catalán en la Calzada del ferrocarril en la única salida al camino de
terracería a Teloloapan y los poblados de la Tierra Caliente y la de la
carretera a Chilpancingo donde terminaba la flamante autopista 95D. También
debemos recordar las terminales de la Flecha Roja en un pequeño local de
Obregón esquina La Reforma, la de los camiones “ramaleros”, que llevaban y
traían pasaje de los pueblos y comunidades de los alrededores en la calle de
Zapata con entrada en Maya; la de la Estrella de Oro (Galgos) con terminal en
el vestíbulo del Hotel Royalti, hoy sucursal bancaria. También jugar y comer
tacos en la entrada de los billares de los señores Arrieta, en los del Sr.
Víctor Figueroa en la calle Independencia, o en los del Sr. Mastache, con su
cantina y su “revive muertos” en la calle Zaragoza, para dar paso a los
populares bailes en el Salón Majestic del señor Catalán, en Juárez esquina
Salvador Herrera y nadar con la sociedad en la alberca de la Quinta María
Eduviges. Ese Iguala, donde los políticos no robaban, los comerciantes
organizados se defendían y los locatarios del mercado eran una verdadera
unión.
DCIV.-
Según los comentarios de los periodistas, esos que investigan, escribir ahora
sobre la corrupción en la obra pública en Iguala, es jugarse la vida. No se
sabe a quiénes pertenecen las empresas seleccionadas por el primer edil. Vaya
situación, lo que sí es una realidad, es la corrupción de los miembros del
cuerpo edilicio, cooptados con los altos salarios. La mayoría de ellos, en su
vida volverán a tener un sueldo de ese monto. Por ello ni un pío sale de su
boca.
Sabías que: La estrella de mar puede perder los cinco
brazos, porque le vuelven a crecer.
Hasta la
vista.