“La
Luz”
POR: Carmelo Corripio Pineda “El Búho”
Es trabajoso para todo ser humano detenerse y pretender reflexionar
sobre fenómenos naturales que circundan nuestras vidas; y es trabajoso porque
esos fenómenos, como la luz, necesitan de investigaciones de carácter
científico. Las investigaciones no solo se nutres de la reflexión de la
inteligencia o del ingenio del hombre, sino que son necesarios instrumentos y
tecnología para probar el ¿Por qué? Como en el caso de la luz observamos los
objetos; ¿Por qué no ocurre lo mismo en la oscuridad?
Además, ha tenido que transcurrir mucho tiempo para llegar al
conocimiento actual; en tiempos remotos la humanidad lo concibió como algo
divino, y aunque parece que no estaban equivocados, por que solo una mano
milagrosa, de poderes infinitos, para conformar astros luminosos, o seres vivos
que irradian claridad u objeto que por su propia estructura produzcan luz. Sólo
así podemos concebir que haya surgido esa capa alba, diáfana y brillante que
produce calor, que fertiliza y fecunda, renovando incesante la energía que
impulsa como aliento vital lo inanimado y lo muerto, sólo así, como milagro
puede apreciarse la existencia de la luz.
Pero ¿Qué es la luz? Esa misteriosa y brillante sustancia que en
infinita variedad y color mana del sol, de las bombillas, las velas, las
luciérnagas y los fuegos artificiales. Esa pregunta ha inquietado al hombre
durante siglos; se dice que todo objeto visible emite una corriente constante
de partículas, o bien que la luz viaja trepada en algo parecida a las ondas,
aunque estos conceptos fueron cambiando con la influencia de la tecnología. Son
vigentes las ideas de que la luz es de naturaleza ondulatoria, que es energía
que se extiende por el espacio, tal como se extienden las ondas en un estanque,
también se sostiene como valida la idea de que la luz esta formada por
partículas volantes, como gotas de agua que salen disparadas de un
pulverizador; y resulto que ambos conceptos son ciertos, pero combinados como
ondas y como partículas para identificar algo___ sólido, líquido, gas o energía
pura___. Los científicos estudian sus propiedades, los griegos valiéndose de
estos principios descubrieron que la luz se mueve en línea recta. El segundo
descubrimiento fue hecho por Herón de Alejandría; experimentando con espejos
observo que todo rayo de luz dirigido en ángulo hacia un espejo se refleja
siguiendo el mismo ángulo. Su observación dio como resultado la siguiente
regla: el ángulo de incidencia y el de retracción son siempre iguales.
Durante siglos, la gente venia observando otro hecho, no por obvio
menos extraño: una estaca recta sumergida en el agua a determinado ángulo deja
de parecer recta a los ojos del observador. La parte sumergida parece
inclinarse en otra dirección, la explicación la dio el matemático holandés,
Willebrond Snella. Cuando un rayo sale de un medio transparente y penetra en un
medio distinto, suele dividirse en la superficie. Una parte se refleja, la otra
parte entra en el nuevo medio (el agua). La razón por la que la estaca parece
doblarse al entrar en el segundo medio es que los rayos de luz que llevan su
imagen a los ojos se desvían al entrar en contacto con el nuevo medio. La luz
se mueve en línea recta por el aire; al llegar al agua cambia de dirección,
pero bajo el agua continúa avanzando siempre en línea recta, aunque no la misma
que en el aire. Snell intentó medir esta desviación en diversas sustancias
translucidas como el aire, vidrio y agua, y encontró que en cada una variaba el
grado de desviación de la luz que podía producir. Entonces dio un nombre a esa
desviación de la luz, la llamo refracción. Tardo bastante tiempo para elaborar
el principio, pues resultaba terriblemente contradictorio y escurridizo, hasta
que hizo otro descubrimiento. El ángulo de incidencia de la luz tenia algo que
ver con el grado de refracción. Así que, por ejemplo, si un rayo de luz entra
en el agua verticalmente, no se desvía en lo mas mínimo. Pero si entra en ella
ligeramente inclinado, se desvía un poco.
Cuanto mayor sea la inclinación más grande será el grado de desviación.
Lo que Snell jamás descubrió fue la causa de que la luz se desvía.