LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
El coletazo
político en la capital
El problema será de entendimientos políticos. Porque nunca
han existido. Esos puentes siempre estuvieron rotos. Fracturados
por la cerrazón y la soberbia de la que se invisten los
poderosos. Y por esa razón, el regreso del alcalde con licencia de
Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, previsto para mañana martes, se
antoja poco terso. El punto radica en el tamaño de la
afrenta: es una batalla legal que le ganó no al alcalde suplente,
Jesús Tejeda Vargas, sino propio gobernador Héctor Astudillo Flores. Y de ahí
se abren otras lecturas.
PUGNA DE PODER
ABIERTA.- A pesar de que en su
cuenta personal de Facebook, Leyva Mena, asegura que “nadie perdió y nadie
ganó” y se pronuncia por el camino “de la concordia, de los acuerdos y del
trabajo duro por Guerrero, olvidando los enfrentamientos políticos”, en
realidad hay heridas que no cierran con facilidad. Estas son algunas: 1.- En
enero de 2018, la Auditoria Superior del Estado (ASE), detectó
un faltante de 61 millones de pesos en la
cuenta pública 2016, durante el gobierno de Marco Antonio Leyva. Tenía
dos meses y medio fuera de la alcaldía. Fue el primer aviso sobre el vendaval.
Y apenas en los inicios de mayo de este año, el edil suplente, Jesús Tejeda
Vargas, afirmó que las irregularidades financieras del edil con licencia,
alcanzaban los 100 millones de pesos durante el
ejercicio presupuestal 2017, pese a que el alcalde suplente
ocupó de ese mismo dinero durante los últimos dos meses y medio de ese
año. Desde luego, era una estrategia para inhibir el
regreso del edil constitucional. 2.- El lunes 16 de
octubre de 2017, Marco Antonio Leyva, solicitó licencia para separarse
del cargo como presidente municipal de Chilpancingo. Y es previsible que
el martes 29 de mayo próximo, el Congreso local apruebe su
regreso. Estuvo fuera durante seis meses y medio. Y
confiado en que ya no retornaría jamás, el edil suplente Jesús Tejeda, le metió
mano a la nómina municipal. Insertó a varios familiares y
amigos cercanos. También, a los comerciantes y aliados. Sobre todo, aquellos
afines al empresario y ex dirigente de la Coparmex, Pioquinto Damián Huato. Curiosa
y sospechosamente, Pioquinto, anunció que “le tenemos
reservada una sorpresita para cuando regrese a la alcaldía”. Significa
que, como se vieron trastocados sus intereses dentro de la
comuna presidida por Tejeda Vargas, hará hasta lo imposible para
que Leyva Mena, no entre a palacio municipal. Pioquinto se asume así, no solo como el
brazo político golpeador de Tejeda Vargas, sino como el
del propio gobernador Héctor Astudillo. 3.- El asunto es que,
a partir del retorno del edil priísta, las cosas podrían operar en varios
frentes: A) Leyva Mena, podría ventilar ahora, todas
las irregularidades financieras de Tejeda Vargas. Como forma de
presionar al propio mandatario estatal. Y tender así, “la concordia
y los acuerdos” que pondera. B) El Congreso local
estaría en la frecuencia de impulsar una eventual revocación de
mandato contra Leyva Mena, sustentada justamente, en todas
las anomalías financieras que se le detectaron. El
problema es que el tiempo corre en contra debido a que se encuentra en puerta
la elección del 1 de julio. Y de ahí, solo le restan dos meses para
concluir, a la actual administración municipal. C) Al final de
cuentas, el escándalo podría dañar más a un PRI caído, desprestigiado y
con escasas expectativas de triunfo en la
próxima elección. Cuidar las formas debería ser la prioridad de un partido en
franca decadencia electoral. Sobre todo, en la capital del estado cuyo
territorio podría caer por vez primera en toda
su historia, en manos de la oposición. De ese tamaño es el
coletazo político del factor Leyva Mena.
HOJEADAS DE
PÁGINAS…En el único terreno político
en que operó el ex gobernador y dirigente nacional del PRI, René Juárez
Cisneros, es en desempolvar el caso Nestora Salgado. A pesar de que en
México, nadie puede ser juzgado dos veces por el
mismo delito, René le dio armas a su candidato presidencial, José
Antonio Meade, para tirarle lodo al Peje López
Obrador. Con todo, el candidato del PRI no remonta su
tercer lugar en las encuestas.