Abrevando


Abrevando
José Antonio Lavín Reyna

“El 2% de los individuos piensan; el 3% piensa que piensan, y el 95% prefieren morir antes que pensar”: Refrán popular.

Los candidatos desconocen sus responsabilidades.
La mayoría de los alcaldes de nuestro país no tienen ni la más remota idea de cuáles son sus responsabilidades al frente de un municipio. No estoy exagerando, los presidentes municipales desconocen el trabajo para el cual los ciudadanos decidimos elegirlos.
Los gobiernos locales tienen obligaciones muy claras en la constitución: coordinar el trabajo de prevención del delito y ordenar el tránsito por parte de elementos de seguridad pública, dar mantenimiento a parques y jardines, garantizar alumbrado público en las calles y el bacheo de las mismas, realizar labor de recolección de basura y su confinamiento de manera ecológica, brindar agua de calidad y en cantidad suficiente para la vida y  una red de drenaje sanitario con su planta tratadora de aguas negras,  entre otros.
Sin embargo, para algunos presidentes municipales pareciera que dichas responsabilidades son poca cosa; prefieren enfocarse en buscar construir puentes, techar escuelas, construir glorietas con monumentos o atraer inversión, lo cual no es competencia del gobierno local, y desentenderse de aquellas funciones que sí les corresponden y que resultan trascendentales para los habitantes de la ciudad.
La actual administración debido a su falta de inversión cuenta con camiones antiguos de basura de la Dirección de Servicios Públicos municipales era deplorable. Camiones viejos, descompuestos, que constantemente generaban gastos por mantenimiento y refacciones; y que, además, irónicamente, terminaban ensuciando más la ciudad por sus emisiones contaminantes.
Un alcalde inteligente podría adquirir nuevas unidades recolectoras de basura de modelo reciente bajo un esquema de arrendamiento y equipadas con sistema de posicionamiento global (GPS), cuyo costo sería menor al costo de mantenimiento de los viejos camiones recolectores, se requiere inventiva y ganas de querer hacer las cosas.
De ahí, la importancia de las  campañas políticas las cuales representan la oportunidad de que la población conozca, si no todo, cuando menos parte de la personalidad, perfil, profesionalismo, conocimiento, alcances que tienen los candidatos en cuanto a sus aspiraciones para gobernar o representar a la población.
Es el momento preciso para que los electores puedan conocer las virtudes (si es que las hay) o defectos de quienes aspiran a representarlos.
Pero sobre todo, las campañas políticas, desde el punto de vista informativo, deben servirnos para conocer las propuestas realizables, las disparatadas, las ocasionales, las irrealizables o las ocurrencias producto de la calentura electorera que les permite atraer votos.
Muchos mexicanos tienen la esperanza, de llegar a tener un alcalde que se convierta en una experiencia positiva en el manejo del municipio, con  imaginación y sentido político, que convierta su gobierno en una instancia eficaz, a pesar de las redes legales, políticas y administrativas.
Sabemos que es como pedirle peras al olmo, pero habrá que intentar nuevas visiones de gobierno.
Algo Más…
En Iguala las campañas en su comienzo han descubierto a muchos papamoscas o papanatas que tenían su capirote [gorro que en forma de cucurucho se lo encasquetaban a los atolondrados, desobligados o flojos del salón de clases, sustituyendo a las vergonzosas orejas de burro] actualmente ya no se utilizan.
Leemos y escuchamos que X ó Y individuo se han cambiado de partido, en esas sumas y restas podemos visualizar que los desprendimientos más importantes por la cantidad de seguidores son las que se dieron hacia MORENA. Son siete personajes con un caudal de 3 a 4 mil votantes que siguen las instrucciones del líder, por ello seguramente en estos momentos, Antonio Jaimes, con el llamado de Andrés Manuel a votar por él,  está por arriba de Oscar Díaz y de David Gama con Velino Rodríguez en un lejano cuarto lugar.
Hemos leído sus propuestas, son poco serias, no tienen el sustento como para transformar Iguala. Casi todos vienen prometiendo lo mismo. Ya arriba del caballo salen con el cuento de que el atraso es ancestral, que se necesitarían mínimo tres reelecciones y varios cientos de millones para lograr la transformación.
Hablan de crear fuentes de empleo. Eso no les compete a ellos. Para eso está la economía. Sería mejor señalar que se dedicarán con eficacia, eficiencia y honradez a mejorar la imagen urbana, principalmente liberar el centro de la ciudad de los vendedores ambulantes, reordenar las rutas de transporte público para que ninguna pase por ese centro, mejorar la seguridad, recolección de basura, alumbrado público, que dejará  de pagar millones en publicidad y en asesores buenos para nada. Eso requiere la ciudad.
Bueno mientras los papamoscas y papanatas sigan poblando el planeta sin necesidad de capirotes poco podrá avanzarse.
CCCXCIX.- La violencia imparable. El gobernador poco caso hace. Quiere salvar su gobierno. Por ello su interés en conservar el Congreso, la capital y el puerto; lo demás poco importa.
Por cierto, insisto, un candidato declinará por Toño Jaimes.
Los igualtecos debemos exigir que los candidatos a alcaldes se comprometan a reducir el salario al cuerpo edilicio con un máximo de 10 salarios mínimos diarios; a desaparecer la partida de apoyo para gestoría social a cada regidor; a suspender el apoyo para gasolina y pago de tiempo aire a celulares; a reducir a solo dos los asistentes de cada regidor y que su pago sea bajo el régimen de honorarios; a transparentar la nómina con su publicación en los estrados de la tesorería municipal, y que los ahorros sean utilizados para el mantenimiento de carros recolectores y de los parques y jardines de todo el municipio.
Es hora de decirle a la clase política: ya basta de derrochar el dinero público.
Sabías que: Nuestra nariz está conectada con el centro de memoria del cerebro. Es por eso que los olores pueden desencadenar recuerdos.
Hasta la vista.