Por: Carmelo Corripio Pineda “El Búho”
Cada uno trae su gracia. Forma parte de su personalidad, y lo acompaña
hasta su fin. Un amigo nuestro con formación y vida profesional sobresaliente,
dentro de la judicatura, como Magistrado del Tribunal Superior de Justicia,
postulante, notario, funcionario de gobierno, con vocación por la escritura y
la poesía; siempre evocó una conducta responsable y seria. Su nivel cultural lo
obligaba a conducirse como líder de su grupo y de sus amigos, intentando
imponer su criterio e ideas. Desafortunadamente para el liderazgo no gozó de
cualidades importantes para la política, heredada por línea paterna, le atraía,
pero no lo eligió. Desde el inicio de su incursión en esa materia, el destino,
la fortuna de la política lo negó, pasó de frente. Así fue siempre hasta que su
saber y destino lo condujeron hacia el derecho. Hizo su aportación como
litigante, magistrado y ahora notario, pero él quería arengar en la plaza
pública y después en un congreso, y no quemar su tiempo leyendo en silencio los
argumentos de las apelaciones de Nereo Mar en expedientes de mil escritos, un
consumar de vida inútil____ decía____ por la conversación demencial entre las
partes que se desprendían del expediente; aquí empezaba su gracia, su humor
involuntario, envuelto entre la ironía y el desprecio, se hizo célebre entre
nosotros como expresaba y gesticulaba sus pronunciamientos: “¡Que chinguen a su
madre compadre, que chinguen a su madre!”. Dando contestación a su compadre del
alma, cuando le informaba de las críticas y burlas infames en contra de nuestro
grupo. Estas expresiones que vierto las recordé por lo que me contó Jorge
Castro, miembro del Comité Estatal del Partido Impulso Humanista, en su trabajo
político que viene realizando; escucho, dice: Que al visitar hogares, negocios,
restaurantes, y entrevistar a mucha gente para expresarle los objetivos de su
partido, encontró en su conversación denuncias contra el poder público, el
ayuntamiento, en contra de sus funcionarios, de los abusos de sus inspectores:
“Nos acusaban por horarios clandestinos. Nos decomisaron películas, videos,
discos de música, diciendo y argumentando que son piratas. Sin embargo, esos
mismos y sus jefes las autoridades permiten a las organizaciones criminales la
venta de drogas y la prostitución de menores. Ya no distingues quien es halcón,
secuestrador o asesino. No sabes si esos proceden del ayuntamiento o del hampa;
lo único que los distingue a los delincuentes del resto de la ciudadanía, es
que su conversación es demencial, el delincuente habla otro idioma y este
lenguaje les forma otra imagen. Encontré___ dice Jorge Castro___ que sus
conversaciones me permitió entender a las personas, sus grupos o sociedades y
el momento dramático que padecemos. Me dediqué a escuchar a esas gentes para
poder dirigir mensajes políticos a la sociedad, para defendernos. Me dijeron
que observaban una descomposición de la clase política, que los candidatos son
los mismos de siempre; los colaboradores de segundo y tercer nivel son los
mismos, que solo aprendieron los usos y costumbres de la administración; es
decir, no hacer nada, nadan de muertito. Hay tres ex presidentes: Lázaro, Tovar
y Jaimes, tres ex candidatos: Díaz Bello, Erick Catalán y el arquitecto Gama.
Todos de tristes recuerdos como hombres públicos. No votaremos por los partidos
que los postulan, porque sería lo mismo o quizá peor. A ellos les preocupa
sobrevivir y no pueden hacerlo sin el poder. Nunca aprendieron a trabajar, y si
trabajaron, sus ingresos fueron mínimos en comparación con las estibas que se
apilan en la federación, estado o municipio, para tomarlos sin recato y sin
medida: “¡Que chinguen a su madre compadre, que chinguen a su madre!”. Más allá
de esas mentadas de madre, la sociedad quiere comunicar que la norma y el miedo
que formó su estilo de vida, desapareció, que la vía de la legalidad adoptada
fue inútil, ante el permiso de las instituciones para delinquir y andar libres;
y que la sociedad se manifestara en contra de los partidos, cárteles, gobiernos
e instituciones, y como no estamos armados, provocarán el desorden en la calle
y en los medios de comunicación.
Jorge Castro ofertó a los ciudadanos que entrevistó el programa que su
partido, El Humanista, formuló para la sociedad igualteca. Primero.- Que sean
los ciudadanos y no los políticos los que arriben al poder de Iguala en los
diferentes cargos electivos, administrativos y hasta los más modestos, que sean
los ciudadanos los que elijan a quien postularán como candidato a la
presidencia municipal, a la diputación local, a las regidurías y a todos los
cargos administrativos de un ayuntamiento. Segundo.- Desempeñar las atribuciones
que la ley confiere a un ayuntamiento, abastecimiento de agua, energía
eléctrica, reforestación, drenaje, reparación del pavimento dentro de la ciudad
y sus banquetas, recolección de basura, conservación de los centros de abasto y
públicos: a)Mercados b)Transporte c) Calles d)Parques e) Avenidas. Tercero.-
Crear institución financiera de cambio gratuito a los envíos en dólares que
hacen desde el extranjero los connacionales. Cuarto.- En materia turística,
crear la ruta histórica que arrancaría desde el lugar donde se firmó el acta de
independencia entre Guerrero e Iturbide frente al Ayuntamiento Municipal,
prolongación de la Avenida Hidalgo. A continuación llegar a donde se
confeccionó el lábaro patrio por Magdaleno Ocampo; llegaría al poblado de Acatempan,
donde se celebró el abrazo entre los consumadores de la independencia. Se
regresaría a donde ondea la asta de la bandera, en el Cerro del Tehuehe, para
finalmente arribar a Paso Morelos, donde el cura descansó la noche en que había
sido apresado. Para regresar a donde hoy se localiza el Banco de México, donde
Zapata amarraba su caballo de una argolla colocada en uno de los flancos de la
construcción, cuando se reunía con Chon Díaz a reorganizar a sus rebeldes.
Continuará.