Dos razones de una renuncia
Cuarenta
y dos asesinatos políticos y más de seis mil homicidios
dolosos y del fuero común –la mayoría de ellos sin resolver-, es
el legado siniestro que hereda al actual gobierno
estatal priísta, el ya ex fiscal, Xavier Olea Peláez. Se dice y escribe fácil
y rápido. Pero son miles los hogares guerrerenses que se vistieron
de luto. La trama de las incompetencias oficiales no termina
ahí. Porque desde la Fiscalía General del Estado (FGE), nunca se advirtió una
estrategia rentable que inhibiera la inseguridad, la violencia y el
delito. Y este aumento en el déficit de
la gobernabilidad ciudadana impactó en otros frentes. Hay
que ubicarlos.
SACRIFICIO POLÍTICO.- Si se mira bien, desde hace aproximadamente seis
meses, la figura del Fiscal Olea Peláez, dejó de ser noticia y
objeto de cuestionamiento en los medios de comunicación. Y éstos se
trasladaron directos, al gobernador Héctor Astudillo. Las razones de su abrupta
renuncia, deben leerse en su justo contexto: 1.- La
emboscada y asesinato de los seis policías estatales el pasado 17 de
abril, en el camino de terracería de Las Mesillas, municipio de
Zihuatanejo, fue la gota que derramó el vaso. No solo porque todo ese corredor
turístico está convertido en territorio sin Ley, sino porque
las pocas denuncias interpuestas contra algunos de los integrantes de esos
grupos delictivos –no solo en aquella región, sino en las restantes de la
entidad-, no encontraron investigación ni cauce en la
FGE. Como ya era perniciosa costumbre del ex fiscal.
A la larga, los pocos criminales detenidos volvían a quedar en
libertad. Y a reincidir. Por esa razón, los asaltos a la
Autopista del Sol se incrementaron notablemente. También, los asesinatos
siguieron a la alza. El delito puso contra la pared al gobierno estatal. El
asunto es que el escándalo de los seis policías ejecutados, se sobredimensionó en
el plano nacional e internacional, a raíz de la circulación de
un breve video en las redes sociales, atribuido a los propios delincuentes que
masacraron a los gendarmes. La presión social y política, la
recibió por todos los flancos, el gobernador Astudillo Flores. Debía buscar una
válvula de escape. La encontró en la renuncia del fiscal que,
durante toda su estadía en esa dependencia, confirmó una y otra vez, su
marcada incompetencia. 2.- El primer debate
presidencial encontró destinatarios políticos precisos. Y uno
de ellos fue sin duda, el ex fiscal Olea Peláez. Se parte de un hecho incontrovertible: el
candidato del PRI, José Antonio Meade, no levantó sus
preferencias ni simpatías ciudadanas. En su equipo, las reiteradas denuncias
de corrupción por parte de sus oponentes, les pegaron de
cuerpo completo. Rumbo al segundo debate presidencial del próximo 20 de
mayo, el PRI se sintió urgido de acomodar algunas de sus
fichas con la mira puesta en vender resultados negados hasta
hoy. Y el principal flagelo de la actual administración estatal, lo
representan tres asignaturas: el incremento imparable
de la violencia. La inseguridad. Y la impunidad. Con la
renuncia del Fiscal, el gobernador Astudillo Flores, vende la idea mediática de
estar dispuesto a reacomodar a su gabinete. Oxigenarlo.
Ofertar la esperanza de generar resultados. El punto es
que ya es demasiado tarde. Porque muchos
ciudadanos tienen decidido el sentido de su voto. El
gobernador hizo mal su tarea. Un año era suficiente para medir
la rentabilidad del Fiscal que
ya se fue. Pero lo dejó irse por la libre. Le permitió marrullerías y
excesos. Y quiere componer el camino al cuarto para las doce. Tapar el pozo
cuando el niño se ahogó.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Sin un plus discursivo atractivo y con viejos moldes
de realizar campaña electoral, la candidata a Senadora por México al Frente
(PAN-PRD-MC), Beatriz Mojica Morga, podría encontrarse sorpresivamente y de
frente, con una adelantada derrota electoral. No solo por
la movilidad creciente de los candidatos del PRI y
Morena, que ya la están opacando. Sino por el cobro de facturas
derivado de su autoría operativa e intelectual, de
toda la división perredista.