Noé Mondragón Norato
Añorve: más en contra, que a favor
Junto
con el panista y hoy aspirante presidencial, Ricardo Anaya Cortés –en ese
entonces presidente de la mesa directiva del Congreso de la Unión-, el actual
candidato a Senador por el PRI, Manuel Añorve Baños, aprobó como
legislador federal plurinominal, las primeras disposiciones constitucionales
en materia energética, en la sesión del 11 de
diciembre de 2013. El conteo arrojó al final, 354 votos a
favor contra 134. Y las Reformas pasaron. Toda esa camada de
legisladores que consumó la infamia, ya no quieren
recordarlo. Y muchos como el propio Añorve Baños, buscan encaramarse
otra vez, como legisladores federales. Lo cual no solo deviene en un acto
de cinismo, sino en la eventual consumación de otratraición hacia
los votantes. Hay que ir por partes.
AÑORVE: PASADO NEBULOSO.- Si se mira bien, el actual candidato a Senador
por el PRI, ha ganado una sola elección abierta: la
de alcalde de Acapulco en la elección de 2008. Sus dos arribos
como diputado federal (en 2000-2003 y 2012-2015) fueron por la vía de la
representación proporcional. Y también su acceso al Congreso local en 1999. Perdió su
más grande apuesta de poder: el gobierno de la entidad en la elección del30
de enero de 2011. Y su pase al Senado en la elección de 2012, por
una pugna con el grupo político del ex gobernador Rubén Figueroa
Alcocer. Y son al menos tres los factores que
estarían incidiendo en su eventual, segunda derrota
electoral: 1.- El ánimo social está cargado hacia López
Obrador y el Morena. Si se compara con las elecciones federales de 2006
y 2012, hoy la efervescencia anti PRI, alcanzó
niveles nunca vistos de cansancio, fastidio y hartazgo. Como en la
elección de gobernador de 2011, a Manuel
Añorve lo está asfixiando el momento y la circunstancia política. Por más
benévolo, saludador y amigo con que venda su imagen, al final de cuentas el
votante inteligente difícilmente caerá en esa trampa. Su
voto a favor de las bases que sentaron la Reforma Energética, lo
va a perseguir durante toda su campaña. 2.- El gobernador
Héctor Astudillo Flores, es su aliado. Han hecho equipo. Y les
ha ido bien. Ganaron el gobierno estatal. Ahí, se advierte la fuerza
del dinero inyectado a la campaña de senadores. Pero a
estas alturas, dicho apoyo resulta insuficiente. Porque hasta
en eso sería inédita la elección del 1 de julio próximo: no
solo rodaría por los suelos la idea de que las elecciones se ganan con
dinero; sino que la propia resistencia, despertar y agravio
civil acumulado, acabarían con esta mercantilista percepción. Todo,
aunado a una verdad de Perogrullo: el propio mandatario estatal no ha
hecho bien su chamba. Y la violencia e inseguridad lo han rebasado
con creces. Sus apoyos, lejos de la cultura tricolor del pasado, ya
no son garantía de triunfo. Al contrario: podrían
generar el efecto de la derrota. Así, los candidatos
respaldados por el gobernador Astudillo, llevan en el pecado,
lapenitencia. Entre ellos, Añorve Baños. 3.- En
la pugna por el Senado, el ex edil tricolor de Acapulco no las tiene
todas a su favor. Prevalece abierta, su inacaba disputa interna con el
grupo político del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, que optará por
sentarse. Y si hijo Rubén Figueroa Smutny, le va a quitar
muchos votos como candidato del Panal a la alcaldía. En esa misma
sintonía podría moverse el ex gobernador René Juárez Cisneros, quien ya
aseguró la diputación federal plurinominal. Y ha
sido verdugo político de Añorve, en la elección de
gobernador de 1999. Y literalmente, en la de Senador de 2012. ¿Acaso
lo repetirá por tercera vez? A la inversa de la Reforma que
votó plácidamente en diciembre de 2013, Manuel Añorve tiene más en
contra, que a favor.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El ex gobernador perredista Zeferino
Torreblanca, no tiene llenadero. Asume que es el único
que puede iniciar la recuperación de Acapulco. Lo dijo ungido ya, como
candidato del PT a la alcaldía porteña. Perdió bajo las siglas del PAN en
la elección de junio de 2015. Y es seguro que vuelva a repetir
esa trágica historia electoral. Como el ex perredista David Jiménez
Rumbo, no alcanza a entenderinfelizmente, que su momento
político ya pasó.