José Antonio Lavín
Reyna
"La
prosperidad hace amistades, y la adversidad las prueba": Marian Rojas.
Sociedad mas
gobierno es igual a corrupción.
La sociedad empezó a
perder la perspectiva de la corrupción, por ello este fenómeno ha llegado a
límites no imaginados, pero los miembros de la sociedad somos parte de ese
fenómeno ¿desde cuándo? Desde que ocupamos los vehículos oficiales como propios
y exigimos el surtimiento de la gasolina; desde que heredamos la plaza a
nuestro familiar sin que esté capacitado para desarrollar el puesto; desde que
dejamos de pagar la tenencia vehicular y circulamos sin
placas; desde que le solicitamos al maestro que pase a nuestro hijo;
desde que aprovechamos al máximo la debilidad del patrón gobierno y nos
inventamos días de descanso adicionales, desde que nos inventamos la hora de
calor para ir a casa más temprano; desde que saco mi negocio a la calle y no me
registro en Hacienda; desde que estiro el tiempo y trabajo tres turnos a la
semana y en ninguno cumplo porque exijo mis prestaciones; desde que me otorgan
una plaza en una centro de salud en una comunidad pobre y alejada y pasado los
seis meses más un día le solicito a mi corrupta líder sindical mi traslado a la
ciudad, dejando en el abandono a las gentes de la comunidad.
Nada más alejado en
señalar que la corrupción sólo se da en el gobierno o en los entes públicos,
para que haya un mal funcionario solicitando dinero o prebendas hay por
contraparte malos empresarios o empresas que se prestan a ello. Sin embargo, es
innegable que la corrupción más importante la encontramos en la cercanía del
poder, en los partidos políticos, en los funcionarios al amparo del abuso de
las relaciones públicas que favorecen a grupos cercanos para la asignación de
la obra pública, a diputados que renuncian a la transformación de nuestro marco
jurídico estatal a cambio de colocar algunas plazas y aprovechan hasta el
último peso posible para su beneficio personal, total, lo más importante no es
su agenda legislativa, sino cuántos apoyos sociales dan mensualmente con el
dinero de todos nosotros, jamás con el de ellos, total, para regalar mochilas
el Día del Niño con el dinero del Estado cualquiera. Cobrar por un trabajo que
no es desarrollado a cabalidad es por supuesto un acto de corrupción.
Es necesario que
tomemos conciencia de que en la corrupción participamos todos, dejemos de
seguir culpando a los políticos y a los empresarios de la corrupción sin
reconocer que también somos los ciudadanos, los que hemos construido su
aceptación como conducta generalizada en nuestra comunidad, llegando incluso a
ser la normalidad de la regla y no la anómala excepción; mientras no marquemos
un claro reconocimiento público acerca de las conductas sociales que dañan
nuestro tejido social y trabajemos en su completa erradicación, nuestro
presente seguirá condicionando el futuro de nuestra comunidad.
Es necesario que se
vuelva a legislar para darle al país un verdadero Sistema Nacional
Anticorrupción, al cual debe de dotársele de autonomía plena, de las
leyes necesarias para su marco normativo y del irrestricto compromiso ciudadano
de arroparlo, comprometiéndonos con una cultura de la legalidad olvidándonos de
los buenos deseos cuando se trata de juzgar a nuestros gobiernos pero no
estamos dispuestos a evaluar nuestras prácticas privadas, ojo, esto no
justifica lo otro, como todos lo sabemos, la corrupción implica, dos lados en
la inmensa mayoría de las ocasiones, gobierno-funcionario y empresa-empresario,
sin embargo la impunidad, es decir el saber de su existencia implica única y
exclusivamente al gobierno.
Basta de seguir
fingiendo que en nuestra comunidad, ciudad, estado y país no pasa nada, es
necesario redefinir cómo y cuál es nuestro papel en la ecuación
sociedad-gobierno-corrupción-impunidad, que las historias de gente que cobra en
Progresa sin tener derecho, de gente que recibe su pensión de adulto mayor,
cuando tiene otros ingresos, en fin de tantas historias que escuchamos todos
los días y que no son inventos de la imaginario popular.
Algo Más…
Era cuestión de
tiempo para que de nuevo se reeditaran los spots del miedo y se le dieran vuelo
en redes sociales contra el puntero en las preferencias. Al parecer los
estrategas de la coalición “Todos por México” encabezada por el PRI, el PVEM y
Nueva Alianza, decidieron que no había que esperar más por el nivel en el que
se encuentra su candidato José Antonio Meade. A través del slogan “Tengo miedo”
han vinculado tres propuestas consideradas por ellos como negativas con AMLO:
la reforma educativa, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México y la amnistía
a delincuentes (en este último tema también Ricardo Anaya se ha sumado a
denostar a AMLO). Con una habilidad sorprendente, los equipos cibernéticos de
este último han contrarrestado los efectos y sobre todo el spot de la pareja en
la cama donde la señora refiere su temor por la cancelación de la reforma (bajo
el argumento de que los profesores ya no estarán preparados ni enseñarán
inglés), y lo han convertido en un Meme.
CCCLXXXX.- La calle
siempre es fuente de diversos tipos de información. Por estos días me encontré
o encontró, un caminante. Su nombre ignoro, tenía tiempo de no
verlo, y directamente me espetó: Yo no sé para qué madres quieren
ser presidentes. Le respondí: Por ego, por ambición, darle chamba a los cuates
con excelentes salarios y para llevarse el dinero de las obras
siempre caras y malhechas, de donde se joden el 30%. Y me dice: ya ni eso
mi estimado, éstas desinformado. ¿Qué no sabes? O te haces? Qué debería saber?
Le pregunté y me dice: desde que se fue Abarca, tanto con el Silviano, el
Esteban y el Herón la obra pública la realiza el otro poder. ¡Sopas
perico! Ahí tienes, solo uno, uno solo, está construyendo todos los drenajes,
en representación de aquellos. ¡Caramba!, alcancé a decirle. Presuroso me dice:
el alcalde ya no maneja ninguna dirección de importancia, sólo firma
los nombramientos. Así para qué chingados quieren ser presidentes.
Me quedé callado. Ante mi estupor me dice: ya vez, eso te pasa por no tener
reporteros. Atiné a contestarle: si es cierto lo que dices, son la razón de los
dichos de Meade y Peña Nieto: la estrategia utilizada fue fallida y los malosos
rebasaron las instituciones del Estado. El amigo agarró su vieja y maltratada
motocicleta y me espetó -ponte listo mi cuate-. Vaya las cosas que
dice el pueblo, ese pueblo que tiene oídos para todo. Espero que sus dichos,
solo sean eso, dichos.
Sean ciertos o no,
es tiempo que los ciudadanos les reclamemos que los inútiles que lleguen a ser
regidores tengan una reducción plena de sus salarios y solo tengan la
posibilidad de tener dos asesores. Es hora de que obliguemos a esos individuos
a no vivir como reyes a costas de sus bueyes.
Sabías que: Consumir
semillas de ajonjolí ayuda a combatir la tristeza crónica.
Hasta la vista.