José Antonio Lavín
Reyna
“Si algo está
destinado a suceder, sucederá, en el momento adecuado para la persona correcta
y por la mejor razón”.
Desobediencia Civil.
Todos los escándalos
de corrupción se han de resolver ante un tribunal. Por dependiente que pueda
ser un Poder Judicial, siempre lo será menos que un procurador que depende
enteramente del titular del Poder Ejecutivo que lo nombra de entre los suyos y,
de preferencia, miembro de su propio partido.
Aquí en México, hay
una encarnizada resistencia para que esto sea así, es un efecto más de un
régimen que tiene en las complicidades, el abuso del poder y la impunidad
algunas de sus columnas que lo soportan. Bajo el lema de “yo te tapo y tú me
tapas”, los mexicanos hemos padecido durante décadas procuradurías y fiscalías
de justicia a modo de los que ejercen el poder omnímodo. Cuando algún
expediente camina rumbo a un juzgado, es porque ya no se pudo hacer nada para
desviarlo o aniquilarlo; no obstante, que la denuncia puede estar sólidamente
sustentada, acreditada por evidencias y presunciones que, insisto, al menos le
correspondería al Poder Judicial conocer y resolver en definitiva el caso que
entra -obligadamente- por la puerta de una dependencia -el concepto habla de
algo mucho más grande que una simple jerarquía- cómplice de los delitos que se
someten a su valoración para el ejercicio de la acción penal, que no
necesariamente ha de conducir a una sentencia condenatoria. Como se sabe hay
presunción de inocencia y todas las garantías de audiencia, que prodigan más
beneficios a quienes cuentan con más recursos para pagar equipos de abogados
defensores.
Este es un retrato
pálido de lo que tenemos aquí en México, por una razón sencilla: entre nosotros
y durante décadas, ha existido un poderoso partido de Estado, fundado en 1929 y
con una profunda renuencia a modernizarse e incursionar en un régimen
democrático. Ciertamente que hubo necesidad de librar muchas batallas para
minar su dominación y hegemonía, que se hizo visible a partir de 1997 con la
histórica derrota del PRI, que produjo el privarlo de la mayoría en un poder
esencial como es la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Para el ciclo de
2000 a 2012 el PRI salió de la Presidencia, demostrándose que, en la materia
que me ocupa, iniciamos un gatopardismo: cambió todo para que todo siguiera
igual y fiscales panistas fueron y vinieron y, hasta ahora, no ha cambiado
nada. Bueno, reconozco que ha poco se creó una Fiscalía General que no se ha
podido concretar ni en su mínima expresión, cual sería hacer la designación
correspondiente y, desde luego, que no pertenezca al séquito peñanietista. Es
decir, que no sea un fiscal carnal.
Existen varias
agrupaciones civiles a las cuales les han negado el acceso a los tribunales, en
razón de ello, muchas se preparan a llamar a sus integrantes y a la sociedad en
general a negarles el voto. No se trata de hacerle el favor a ningún otro
partido, muchos de ellos, son como Meade Kuribrena, no militan en ninguno y
bastantes de ellos se consideran sin alternativa. Están escogiendo
al PRI como blanco, derivado de que los actos de corrupción más visibles y
notables fueron cometidos por gobernantes emanados de ese partido (los Duarte,
Borge, SEDESOL, SAGARPA), Peña los protege y el procurador Elías Beltrán los
apapacha con sofismas y torciendo la ley. El agravio se paga restándole votos y
a eso va dirigida la campaña.
Dicha campaña es una
jornada de desobediencia civil, pero ¿qué es la desobediencia civil?
Como es de todos conocidos, el poder se finca en la obediencia, al
menos de la mayoría que lo legitima y se aniquila cuando esta no existe, se
disminuye, es precaria o se abandona. Por ello, sin recurrir a teóricos de la
subversión -Lenin, Trotsky, Mao o Guevara- sino a juristas del tipo de John
Rawls. El autor de “Teoría de la justicia”, afirmó que esta desobediencia es
“un acto público, no violento, consciente y político, contrario a la ley,
cometido con el propósito de ocasionar un cambio en la ley o en los programas
del gobierno”. Por ello, el llamado a no votar por ese partido precisamente es
un acto de desobediencia absolutamente consciente, sin violencia y corriendo
todos y cada uno de los riesgos que entraña la jordana mencionada.
En el país hay una
pérdida absoluta de confianza en el derecho, ese es el preludio que le apuesta
a otras vías. Para muchos grupos de la sociedad, la
desobediencia civil es un camino y el mismo se puede recorrer empezando por no
votar por el partido que ha encarnado por ochenta años el uso corrupto, impune
y patrimonialista del poder. Por eso se lanza el grito de la desobediencia.
En Guerrero nos
dijeron hasta el cansancio no parientes en el gobierno y ahora Astudillo se
descara y nombra a su sobrino Secretario de Administración y Finanzas, amén de
los compadres incrustados en diferentes secretarias de Estado, por ello, al
final del sexenio cuando se debilita el ejercicio del poder, empezaran a salir
a flote todas las obras mal realizadas a precios elevados, a las inversiones en
agua potable y alcantarillada inconclusas y sin operar, a los desvíos del
dinero del Seguro Popular a campañas políticas, esta situación podría
adelantarse si AMLO llega a la Presidencia, así que solo queda esperar, cuando
los merolicos comprados dejen de alabar al gobernante en turno.
Algo Más…
Ya quedaron
registradas las planillas que competirán por la presidencia municipal de
Iguala. Las que representan a los partidos con mayor porción de voto duro, su
listado de candidatos a regidurías están para llorar; los mismos nombres,
alguna gente sin escrúpulos que lleva años cobrando en la SEP y nunca ha
trabajo, pese a la dichosa reforma educativa. Otras reciclando gente que ya
estuvo ocupando esos mismos cargos y se distinguió por nunca abrir la boca.
Lamentablemente el sistema de partidos ha impedido que los regidores sean
elegidos por zonas del municipio y de manera directa, lo que nos lleva al votar
por blancos-amarillos o verde-tricolores a individuos que no representan a
nadie, pero que cobrarán por 36 meses una fortuna, que difícilmente volverán a
ver junta, salvo que vuelvan a repetir. Los ciudadanos podemos voltear la
tortilla, ahora hay un independiente, que sólo tiene dos frijoles negros en su
planilla, pero por lo demás es gente sana. En Juárez y Morelia los
independientes ganaron y no lo han hecho mal. Piénselo.
CCCLXXXVI.- El
repudio a la clase política, amén de su corrupción e impunidad, se
debe a gente como el regidor Rafael Domínguez Velasco, que
al lograr colocar como regidor a su amigo del alma, amén de que se le
permitió hacer obras, se desató en loas diciendo que el gobierno de Herón
Delgado es el más transparente y honesto de la historia de Iguala. Vaya cinismo
de dicho personaje. Quizás viva en Herolandia o se pase de lambiscón.
Me imagino que
Lázaro Mazón debe estar pecando de soberbia, puesto que dos de sus cuadros
están como candidatos a la presidencia municipal; él mismo se colocó como
candidato y logró incluir a dos afines en los primeros tres sitios para
regidores. Esperemos que dichos personajes no le volteen la
espalda y dejen de lado la inclinación hacia la corrupción con la
que más temprano que tarde pervierten su proceder demostrando penosamente lo
hambriento que llegaron para servirse antes de pensar en servir.
Sabías que: La
saliva contiene un anestésico natural que ayuda a aliviar el dolor.
Hasta la vista.