Noé Mondragón Norato
La obligada desaparición del Itaigro
Fue
el ex gobernador perredista Zeferino Torreblanca Galindo, quien la creó. Le
quiso imprimir a su gobierno un aire de “transparencia democrática” que, al
concluir su sexenio derivó en fiasco. Lo cierto es que el Instituto de
Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del
estado de Guerrero (Itaigro), está convertido en un
verdadero “elefante blanco”. No le sirve ni a la sociedad ni
al poder público. No sanciona, ventila ni amonesta. Es una creación que fracasó rotundamente en
la idea de vender transparencia gubernamental. Y por lo tanto,
el Congreso local está obligado a generar su desaparición. Por
el bien de las finanzas públicas y de todos los guerrerenses. Basta con
observar cómo se pervirtió.
ITAIGRO: BARRIL SIN FONDO.- Para lo único real que ha servido el Itaigro, es
para enriquecer a sus distintos Consejeros. Los hechos
son tercos. 1.- Nació por decreto del Congreso del
Estado el 10 de octubre de 2005, junto con la Ley de Acceso a
la Información Pública del Estado de Guerrero 568. Los primeros consejeros de
la entonces, Comisión para el Acceso a la Información Pública (Caipegro),
tomaron protesta ante el Congreso local,el 9 de febrero de 2006. Debían
cumplir cuatro años en su encargo. Pero se reeligieron por
otros cuatro. Ahí fue cuando cambió de nombre: el Congreso local la rebautizó
como Itaigro. Fue así como María Antonia Cárcamo Cortés,
Ernesto Araujo Carranza y Marcos Ignacio Cueva González, formaron parte de
esta torcida y falsa trama de la transparencia. Ninguno
de ellos le aportó al proceso democrático guerrerense. Y terminaron
asignándose millonarias liquidaciones laborales. Por no hacer
nada. Y tener asegurado un salario de una chamba acomodaticia y arribista. Se
entiende: respondieron a los acuerdos inconfesables entre las fracciones
legislativas del PRI y PRD. 2.- De los consejeros
del Itaigro que relevaron a los anteriores en febrero
de 2014, destaca una historia negra: tanto Roberto
Saldaña Rodríguez como Joaquín Morales Sánchez, le echaron montón al
cuadro del Grupo Guerrero (GG), Crescencio Almazán Tolentino. Hasta que logaron
su expulsión. De fondo, subyació la pugna por el control de los dineros. El
lugar de Crescencio fue ocupado por Elizabeth Patrón Osorio. Desde 2007, el
Itaigro ejerció un presupuesto de 5 millones 250 mil pesos. Para 2018 y
ya como Itaigro, el presupuesto se incrementó en 13 millones 361 mil
pesos. Es decir, 8 millones 111 mil pesos de incremento en 11
años. Más del doble del presupuesto inicial. Por eso, las
ambiciones crecieron. Se reflejaron en el alto número de aspirantes a
renovarlo, en la convocatoria de diciembre de 2017. 3.- Mariana
Contreras Soto, Gonzalo Tapia Gutiérrez y Pedro Delfino Arzeta García, tomaron
posesión de sus cargos ya no como consejeros, sino como comisionados del
Itaigro. Apenas el pasado 9 de febrero. El problema es que, muy lejos
de aplicarse a transparentar el uso y aplicación de los recursos
públicos –sobre todo los del gobierno estatal y de la UAGro, que han
sido expuestos ruidosamente a la luz pública-, se
encontraron con la sorpresa que deben pagar más de dos
millones de pesos por concepto de laudos laborales. Tanto
a ex consejeros –como Ernesto Araujo y Crescencio Almazán-, como asesores que nunca
firmaron un contrato laboral, como Horacio Díaz Quiñones. Con todo, el
comisionado presidente Pedro Arzeta, apela a los apoyos gubernamentales para
pagar esos laudos. Dice que no le alcanza de su presupuesto. El punto es
que, el Itaigro, nunca ha funcionado. Y por salud
pública y financiera, debe desaparecer.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En el colmo de la indolencia y la
apatía, el edil capitalino tricolor, Jesús Tejeda Vargas, volvió a
refrendar que no puede.Vecinos de la colonia Margarita Viguri, se
organizaron el sábado pasado para cubrir con cemento, los baches que llevan
años “adornando” sus principales calles. La basura también lo está asfixiando.
Pero Tejeda hace cómo que no ve. ¿Así retendrá el PRI la alcaldía
capitalina para dentro de tres meses?