José Antonio Lavín Reyna
“Nos diferenciamos de las mansas reses llevadas al rastro solo en que
nosotros elegimos a nuestros verdugos”: Conde de Mirabeau
Festejos sin razón.
Existen muchas ciudades en el país que llevan de forma muy clara y
precisa la fecha de su creación. Lamentablemente en el caso de Iguala, no
existe ninguna certeza de tal fecha, podría estar documentado nuestro origen en
los archivos parroquiales, únicos datos documentales de los primeros registros
de los habitantes, decir que los chontales o los aztecas estaban establecidos,
es falacia, ningún códice lo cita, menos aún existen vestigios que
permitan determinar algún dato al respecto. En las ciudades que si tienen
fechas concretas de cumple años, las autoridades municipales hacen
grandes fiestas, en Iguala dichas autoridades, aprovechan una fecha escrita en
el Plan de Iguala, para celebrar la confección de la bandera trigarante, y
darle a la población según ellos, su fiesta, lo que es indudable que pese al
enorme gasto, solo una parte de la población, sólo una parte, disfruta de los
festejos, el resto únicamente se voltea y comenta que es aniversario de la
ciudad.
En octubre se festeja al santo patrono San Francisco de Asís, como
parte de la tradición de la creación de los primeros caseríos en esta ciudad,
tampoco se tiene, salvo la figura de Luis Gonzaga Vieyra, que planto
los 32 tamarindos de la plaza central, una huella escrita de las personas que a
lo largo de los años han dejado una huella en el crecimiento y desarrollo de la
ciudad,
Los ciudadanos de ayer y los de ahora son totalmente distintos, ya no
quedan muchos de aquellos hombres y mujeres que abrieron los caminos, zanjas,
canales y surcos para que las tierras del Valle de Iguala fueran productivas,
que colocaron las bases para el comercio. Se acabó el oficio de saber hacer con
zacate y el lodo, los adobes y tabiques hacer las viviendas
iniciales, que permitieran aislar, a su modo, los terribles calores del valle
de Iguala.
En sus inicios, el comercio utilizaba las mulas, caballos y burros, que
por cierto no contaban con aire acondicionado, para el traslado de sus
mercancías o el arreo de los animales. Existieron carros de madera, con enormes
ruedas tiradas por animales, para hacer más fácil el traslado de gentes y
cosechas.
Con el correr delos años, los seres humanos pretendemos una mejor vida,
los años y la evolución de la ciencia han dado al hombre (como género, no se
asusten las mujeres) la posibilidad de vivir mejor, tener una mejor calidad de
vida. Uno pensaría que todos los habitantes de Iguala y su valle tienen esas
condiciones de bienestar, pero no es cierto, sobre todo, cuando vemos la
miseria en muchas de las colonias de la ciudad y del municipio, cuando vemos a
tantos hombres y mujeres que deambulan por las calles pidiendo limosna para
poder comprar algo de comer, aunque muchos de ellos para alcohol o drogas.
No existen casas hogar, casas para ayudar a personas a dejar
las drogas, existe un asilo manejado por ciudadanos que sienten pena por esos
abandonados del sistema. Lo cierto es que el Municipio y el Estado han dejado a
instituciones no gubernamentales hacer el trabajo que el mismo gobierno, en sus
tres niveles, no hacen.
Existen pocas organizaciones con buenos fines, pero se prostituyen por
cuestiones políticas y luego se dedican a solicitar recursos al gobierno para
sus proyectos.
No sabemos con certeza cuando es el cumpleaños de nuestra ciudad y
menos cuantos años festejaría, pero lo que es cierto es que en lugar de avanzar
ahora tiene un sistema de transporte público caro, malo e ineficiente y cuyos
permisionarios incrementan el precio del pasaje cuando se les antoja, tenemos
un pésimo servicio de recolección de basura, un pésimo sistema de alumbrado
público, un ineficiente y pésimo servicio de distribución del agua potable.
¿Por qué las autoridades en lugar de tratar de resolver las verdaderas
carencias de la ciudad, se la pasan pavoneándose de su feria, cuando
deberían atender con atingencia las carencias de seguridad, transporte,
educación, trabajo, salud, etc.? ¿Realmente conocen los alcaldes de los
Ayuntamientos a la gente que gobiernan y sus necesidades? Ahí se los dejo de
tarea.
Algo Más…
Respecto a la columna pasada, es necesario enfatizar que también
existen las normas religiosas, que son heterónomas como las anteriores, son
internas porque regulan el comportamiento de un individuo de acuerdo a las
disposiciones de la religión que practica, son incoercibles y sus preceptos
solo obligan al sujeto que pertenece a determinado grupo religioso.
En una época, estas reglas de conducta tenían una enorme fuerza, se
obedecían de manera indiscutida, lo que hoy no sucede, por lo que se dice que
en nuestra sociedad hay ausencia de Dios, lo que deja abierta la puerta al
pecado y a la anarquía social. Vale la pena puntualizar que las normas
religiosas rigen la interioridad del sujeto en cuanto a creyente de una
determinada religión y que en una época, este tipo de normas eran obedecidas
sin discusión alguna, por tanto podemos decir que son normas incoercibles,
heterónomas y rigen la conducta interna del hombre. Existen también las normas
morales que son autoimpuestas, internas, incoercibles y autónomas, Son reglas
que el hombre se impone a sí mismo y generalmente sustentan valores cuya
obediencia es autoimpuesta, a pesar de ser incoercibles son estrictamente
obedecidas por un individuo o grupo de individuos.
CCCLXXXI.- Con respecto a mi poco interés por la política, le puedo
indicar varios casos: empiezo por otro ex presidente que hizo un vodevil de su
gobierno, donde antepuso sus pasiones amorosas a la práctica de un buen
gobierno. Sus acciones fueron de puras ocurrencias. Bueno, para el dinero,
implantó forzosamente el diezmo en cualquier obra; la feria fue el
negocio familiar, permitió que las fuerzas de seguridad cometieran desmanes e
inició su degradación. Debido a que en este país no tiene verdaderas
instituciones que vigilen con todo rigor, dejó de realizar las obras planeadas,
presentando solo facturas falsas, la Contralaría del Estado como siempre solapó
mediante una módica cuota estos desvíos. Creo que los
igualtecos no meremos siquiera a un candidato siniestro y cínico, lo de ratero
sale sobrando.
Todos callados; los árboles talados que remedio, el piloto en campaña,
cambió de Tesorero para no tener dudas que va por todo. Que le va a
importar la ecología; lo primero es el billete.
Los crímenes dolosos continúan a la orden del día, mas sin embargo para
el gobernador y presidente municipal todo es tranquilidad y armonía.
Por eso, los igualtecos callados nos vemos más bonitos.
Sabías que: Descubrieron que el aroma de la flor del jazmín causa lo
mismo que ciertos sedantes y anestésicos: alivia la ansiedad y da sueño.
Hasta la vista.