LECTURA POLÍTICA

Noé Mondragón Norato

Efectos discursivos de dos precandidatos
Los dos precandidatos presidenciales que visitaron recientemente la entidad, se movieron y actuaron en distintas pistas. Casualmente, ambos aparecen en el segundo y tercer lugar de las encuestas nacionales: el panista Ricardo Anaya Cortés. Y el priísta, José Antonio Meade Kuribreña. Sus discursos más que repetitivos, rayaron en la explotación de las coyunturas de crisis en el primer caso. Y en el segundo, en la construcción de un discurso pobre, repetitivo y hasta desgastado. Hay que medir sus impactos.
CANDIDATOS QUE NO PRENDEN.- Tanto Anaya como Meade, provocaron diversas reacciones: 1.- El precandidato de la coalición “Al Frente por México”, Ricardo Anaya, delineó durante su visita del pasado 24 de enero, una propuesta que causó prurito en el primer círculo gubernamental.“Se necesita que se cumplan las leyes y que haya orden. Acabar con la impunidad implica también un compromiso de castigar los actos de corrupción. De llegar a la presidencia, castigaré a todos aquellos que hayan cometido actos de corrupción. Lo hemos dicho con claridad, no va a ver venganza, pero si justicia, el que la haya hecho la va a pagar y el que haya tomado dinero del pueblo lo va a regresar y va a terminar en la cárcel”. El discurso parece bueno. Pero seguramente, no metería a la cárcel a los ex presidentes panistas Vicente Fox ni Felipe Calderón. Tampoco al controversial, Diego Fernández de Cevallos. Lo cierto es que el gobernador Héctor Astudillo, acusó de recibo. Y reviró sin fundamento, sentido común ni razón alguna: “Es lo más sencillo venir y decir lo malo, por eso hice una aclaración, no está en el ánimo del gobernador del estado andarse trenzando con los candidatos o precandidatos que vienen a Guerrero, pero que grave es quedarse callado cuando viene alguien y sólo dice que todo está mal”. En esta lógica, para el mandatario estatal en Guerrero todo está bien. Violencia, masacres, feminicidios, impunidad y enfrentamientos entre grupos delictivos no son parte de un Estado anárquico, sino de un firme Estado de Derecho. 2.- Como para desmentir ese Estado de Bienestar defendido en el discurso gubernamental, durante la noche anterior a la visita del candidato presidencial priísta, José Antonio Meade, ocurrió una balacera en un centro nocturno de Acapulco ubicado en La Condesa, que arrojó un saldo de un chileno muerto y cinco heridos. El gobernador pidió “no ser pesimistas”. Como si con eso bastara para acabar con la ola de violencia. La misma noche del domingo 28, aparecieron ejecutados dos hombres con uniformes de policías dentro de una patrulla clonada, por la carretera a Chichihualco. Y ayer lunes por la tarde, luego de concluir el mitin de Meade en la sede del PRI estatal, ocurrió un enfrentamiento a balazos en el Valle de El Ocotito. Extraoficialmente se habla de cuatro muertos y tres heridos. 3.- Con todo ese sombrío panorama, Meade Kuribreña, utilizó un discurso de elogios. Tanto para el presidente Peña Nieto, como para el gobernador Héctor Astudillo y el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. Prometió acabar con todos los males de la entidad. No dijo nada nuevo. Recicló propuestas viejas, para realidades sociales catastróficas incubadas por su propio partido y sus gobernantes. Y en el colmo, en Acapulco soslayó, reunido con empresarios porteños, hablar sobre el alza a los impuestos en las gasolinas, en el entendido de que es uno de los artífices del “gasolinazo” de enero de 2017. Y por eso se entiende que no levante en las encuestas. Ni con todos los acarreados de ayer en el PRI estatal.

HOJEADAS DE PÁGINAS…El paro laboral de 24 horas convocado para este miércoles, por el magisterio disidente agrupado en la Ceteg, condensa la inconformidad con la Reforma Educativa de Peña Nieto, pues en Guerrero no ha reconocido 7 mil plazas que debieron integrarse al Fondo para la Nómina Educativa (Fone). Y es de los puntos que le van a pegar con fuerza al PRI en la próxima elección presidencial del 1 de julio.