Francisco Javier Copeño Castro
*A punto de otro incendio en un local del mercado…
*Detienen al culpable; es liberado por ser un “loquito”…
*En ningún espacio del Mercado, deben vender cohetes…
*Se deben extremar precauciones en puestos de piñatas…
A causa de la venta de cohetes en todos lados, el pasado lunes, a punto
estuvo de suscitarse otra desgracia en uno de los locales con venta de comida
en la Ampliación del Mercado Municipal “Gral. Adrián Castrejón”, cuando recién iba
empezando la noche, un loquito aventó un artefacto de esa naturaleza al
interior de dicho establecimiento donde de manera inmediata se empezó a
consumir platos de unicel y los utensilios que en dicho local comercial se
utilizan para la vendimia, el pánico suscitado fue porque precisamente donde
aventaron el cohete estaban dos tanques de gas; afortunadamente como siempre
los locatarios que a esa hora, -aproximadamente 8:30 de la noche- muchos se
encontraban realizando actividades en los locales adyacentes y rápidamente
reaccionaron y apagaron el connato de incendio. Se detuvo al culpable, pero
según testigos, la policía lo soltó por ser una persona inimputable, es decir
no se le puede castigar por no estar consciente de sus actos. Lo cierto es que
a pesar de que a decir del Administrador del Mercado Municipal “Gral. Adrián
Castrejón”, ingeniero Adrián Vilches Cabrera, que no se le dio permiso a nadie
he dicho centro comercial para la venta de cohetes y cualquier artefacto que
contenga pólvora, lo cierto es que en pleno estacionamiento principal hasta el
día de ayer martes 19 de diciembre estaba un comerciante exhibiendo su
mercancía, por lo que a través de oficios dirigidos a las diferentes
autoridades, principalmente a Reglamentos y Protección Civil, se les notificó de
dicha anomalía y al parecer dichas dependencias acudieron a verificar, sin embargo por la tarde de ayer,
dicho vendedor ahí estaba comercializando sus productos como si nada, porque
dicen que argumenta que cuenta con permiso de la Secretaría de la Defensa
Nacional, aunque se debe precisar que dicho permiso no es para que venda en
algún espacio del mercado y eso las autoridades no le deben permitir. Lo mismo
debe suceder con quienes pretenden hacer y deshacer, en modificaciones de sus
locales a su libre albedrío, existen normas, reglamentos que se deben hacer
cumplir, en dichas ordenanzas señalan quienes son los que deben intervenir y
quiénes deben dar el permiso correspondiente para realizar cualquier arreglo,
modificación y los mecanismos que deben seguir para eso, pero existen personas
que por sus propios pantalones y amparados en líderes mediocres que por un lado
dicen querer terminar con la anarquía existente en dicho centro comercial y por
el otro alientan a que cada quien haga lo que quiera, tan sólo por no conseguir
que se les cumpla sus caprichos; por eso existe gente, que trata de hacer lo
que le venga en gana; pero eso, se debe terminar y las autoridades antes de
permitir que siga la anarquía, debe actuar en base al reglamento y san se
acabó, no deben permitir que bajo amenazas o amagos de provocar una desestabilización en el
mercado, pretendan mantener sus cuotas de poder, porque insistimos lo de siempre existe más
comerciantes independientes en la actualidad que locatarios agremiados a alguna
organización y a las pruebas nos remitimos. Por cierto en estas épocas
decembrinas existe la venta de piñatas por todos lados y también están en
constante riesgo los comerciantes en sufrir algún connato de incendio, y porque
no decirlo un incendio de grandes consecuencias. Un ejemplo de esto, existen
locales en el mercado donde venden piñatas que en vez de tener un foco prendido
para iluminar sus espacios comerciales, tienen una vela prendida y esto es
estar en el filo de la navaja, o pendiendo de un hilo, porque nada más de
imaginar que en un descuido pueden tirar dicha vela y que Dios no lo permita,
pero puede empezar una conflagración de magnitudes inimaginables. ¡Cuidado! Es
mejor un grito a tiempo y tomar las medidas preventivas aunque a muchos no le
guste, que estarse lamentando después por lo que se pudo hacer y no se hizo,
por un acto de omisión de parte de las autoridades correspondientes. ¡Hasta la
próxima y salud!