Noé Mondragón Norato
Penales: talón de Aquiles del gobernador
Los
penales de Guerrero se han convertido en otro infierno de los
gobernantes. En reiterada medida de ataque por parte de
ciertos grupos de la delincuencia organizada, que intentan de esa forma, no
solo controlar todo lo que se vende y circula ilícitamente a su
interior, sino ejercer presiones políticas orientadas a dañar
imágenes públicas. Es cuestión de ubicar algunos contextos en específico.
PRESIONES Y MASACRES.- El sistema penitenciario en Guerrero, está
diseñado no para generar una auténtica readaptación de los
miles de reos que los habitan, sino para incubar más delincuentes. Y
cada vez más peligrosos. Se lee así: 1.- En los inicios de
julio pasado, una masacre en el penal de Las Cruces en
Acapulco, arrojó un saldo de 28 internos muertos. La matanza
metió mucho ruido. Porque justo en la coyuntura, estaba
prevista una visita con carácter privado, entre el secretario de Seguridad
Nacional de los Estados Unidos, John F. Kelly y los titulares de la Defensa
Nacional, Salvador Cienfuegos y de la Marina, Vidal Soberón. El gobierno
estatal concluyó que habían sido tres reos y cuatro
custodios los responsables de esa matanza. Y el director del penal,
Miguel Ángel Gómez Garduño, fue retirado del cargo. Al obispo de la diócesis
Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, se le hizo “muy raro” que
hubiera en esa riña, más muertos que vivos. “En las guerras
hay más heridos que muertos y aquí en Acapulco milagrosamente hay una
excepción, hay más muertos y solamente tres heridos, que yo no lo creo”.
Con toda esa polémica, la administración presidida por el actual gobernador
Héctor Astudillo, nunca informó acerca de las medidas que se
instrumentarían al interior de este explosivo penal porteño, con el
fin de evitar otro episodio funesto similar. El
secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, dejó que las cosas
siguieran igual. Hasta que el pasado viernes 15 de diciembre, reventaron de
nuevo. 2.- El traslado de ocho reos de máxima peligrosidad a
otros penales, fue la gota que derramó el vaso. Al cancelarse la negociación
sobre ese tema, algunos internos decidieron tomar las oficinas del director del
penal de Las Cruces, José Luis Figueroa Arellanes. Incluso, entraron y le
dieron brutal golpiza, de acuerdo a la versión del vocero del
Grupo Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia. Ese mismo día, conductores
de taxis y camiones de transporte urbano, bloquearon durante tres
horas, las avenidas Universidad y Farallón de Acapulco. Y a pesar de
que el anterior parece ser un asunto, en apariencia, exclusivo de la
delincuencia organizada, no deja de tener sus bemoles políticos. Porque
si la matanza de 28 reos de julio pasado, ocurrió en la coyuntura del segundo
año de gobierno de Héctor Astudillo; el motín del pasado viernes 15 de
diciembre se desata, justo cuando se está abriendo la baraja
política con los nombres de los aspirantes a los distintos cargos
de elección popular en alcaldías, diputaciones federales, locales y
senadurías. Es un hecho desconcertante y perturbador. Además,
dos días después –el domingo 17-, el propio mandatario estatal acudiría puntual
a darse “su baño de pueblo” en el
tradicional Paseo del Pendón, que abre la feria de Navidad y Año Nuevo en
Chilpancingo. De alguna forma, la delincuencia intentó deliberadamente, abollarle
ese evento a Héctor Astudillo. El punto es que la situación en los penales de
Guerrero sigue igual. O peor. El recurrente caos dentro
de ellos se convirtió ya, en visible talón de Aquiles del
mandatario estatal tricolor. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Sin exponerse demasiado, el alcalde priísta de
Zitlala, Roberto Zapoteco Castro, demandó esclarecer el crimen de
su regidor, Dagoberto Domínguez Acevedo, ocurrido el pasado lunes en
Chilapa. Desde mayo pasado, el edil fue “blindado” por
el gobierno del Estado, ante las constantes amenazas de muerte en
su contra, por parte de grupos criminales que operan en aquella zona. Porque el
delito sigue imparable.