José Antonio Lavín Reyna
“Todo aquel que desee saber qué ocurrirá debe examinar que ha ocurrido:
todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la
Antigüedad”: Maquiavelo.
Todo es político, rumbo al 2018...
“Sí, todo es político, y si no lo es, ¡lo hacemos político!”. Esa
es la cuestión.
La política – ¿o debemos escribir politiquería?- invade todas las áreas
de la actividad oficial mientras la sociedad, inmersa en la alegría navideña
poca atención pone en lo nada que se avanza hacia el año venidero vestido de
complicaciones tantas veces enunciadas.
No deseamos ser pesimistas ni enturbiar la temporada festiva;
simplemente los días pasan más rápidamente de lo deseado sin detenerse (aunque
se sufran) en penurias y problemas que según pronósticos se agudizarán en el
devenir… y el detrimento crece.
La ciudadanos responsables, esos que no quieren vivir de la limosna
gubernamental, pocos por cierto, incluida las dadivas de los que quieren ser,
por ejemplo, los pollos que regalara un aspirante a la alcaldía, ellos saben
que hay marcada diferencia entre realidad y lo que candidatos a cargos públicos
envuelven en nubes rosa sin fijarse en nubarrones que los acompañan
consecuencia del descrédito, común denominador de todos, sin embargo la falta
de fuentes de empleo pese a las pregonadas por el presidente del empleo, les
impide quitarse el yugo de la dependencia.
Afortunadamente, el gobernante de Guerrero, no se alocó ni dejó tentar
por la vanidad, como el de Morelos o Michoacán, con esa idea de sentirse
presidenciable, pese a estar más enfocado al Estado, no ha logrado, ni en un
tantito, darles Seguridad a los ciudadanos.
Podrán decir misa, pero hay cientos de personas que siguen siendo
amenazadas. Hay casos de maestros que son “acompañados” al cajero para sacar el
dinero de su sueldo; o sea, son asaltados de manera civilizada. Bueno, en la
CDMX, ahora se suben al transporte público, tres o cuatro jovenzuelos y les
dicen, no traemos armas, de ningún tipo, pero no tenemos empleo, así que saquen
sus carteras y cooperen con la causa. Eso sí, eligen, que viajen
preferentemente, gente adulta, mujeres y niños.
En Iguala, tenemos un alcalde suplente, que desde el primer momento
de su gestión tenía la intención de reelegirse. Al ver que el gobernador
Astudillo no lo apoyó en sus intenciones, se ha dedicado a mal gobernar,
rodeado de regidores y funcionarios con idénticas aspiraciones de ser
candidatos a diputados o presidentes municipales. Son una muestra de la generalizada
despreocupación por gobernar, se han olvidado de juramentos y compromisos
otrora hechos con protocolaria seriedad.
Sin generalizar, se puede decir que las administraciones cambian de
manos y las políticas públicas se ralentizan por inexperiencias,
desconocimiento y sobre todo, falta de visión y compromiso. En todos
casos, dicen, su interés es servir a los ciudadanos, ciudadanos en espera
indiferente de más promesas que con grandes dosis de cinismo, mentira y
demagogia se ofrecerán en el momento pertinente de las campañas por arrancar.
Con pena, pero no sabemos vivir sin políticos, sean preparados, medio
preparados y algunos definitivamente ignorantes, pero cuán conveniente
resultaría empezar a disminuir esa élite depredadora, ser atinados a la
hora de elegir porque aunque no se quiera, son necesarios quienes sepan
dirigir, planear y administrar patrimonios e intereses comunes, (difícil
encontrarlos) situación obstaculizada por esa abundante representatividad y
mezcla entre poderes que frenan el estado de derecho, en el país, más
curvilíneo que recto.
En nuestro México actual, rebasados los ideales revolucionarios
que por 88 años hicieron felices al país, que fueron sostenidos por
sucias artimañas y creciente corrupción priista que contaminó la honradez del
panismo incólume hasta tiempo reciente; la antes prometedora izquierda,
no menos sucia, activa en los ochenta, apagada y dividida, en lo que va del
siglo, son envoltura del proceso electoral 2018.
Algo Más…
Hay marcada diferencia entre realidad y lo que candidatos a cargos
públicos envuelven en nubes rosas sin fijarse en nubarrones que los
acompañan consecuencia del descrédito, común denominador de todos.
Muchas ciudades han caído en la desgracia de tener gobernantes
indolentes. Algunos se la llevan de muertito y no enfrentan a la delincuencia,
hasta les entregan dependencias para que ellos las administren. Así suponen que
mantendrán en paz a sus municipios. Con esa protección se dedican a saquear las
arcas municipales, al igual que diputados y senadores que ignoraron a voces
internacionales en eso de la Ley de Seguridad Interior, que no es otra cosa
que, al igual que en los tiempos de Porfirio Díaz, militarizar la acción
policial y la represión en contra de las previsibles protestas que contra las
aún faltantes reformas neoliberales de Meade.
Iguala está destrozada económicamente. Sólo vemos construir
fraccionamientos que no construyen sus pozos para abastecerse, ni sus plantas
tratadoras de aguas negras, ni una sola planta productiva, cosa impensable ante
los atracos a los transportistas que tienen la desgracia de pasar o entregar
mercancía en nuestra ciudad. Poco le importa, la larga y tortuosa fila de autos
en las calles que desembocan o salen del mercado, ni un solo agente en las
calles, todos extorsionando, ningún elemento desempeñando su función de
orientar. Nuestra policía es la que tenía José Luis Abarca. No se puede confiar
en ella. La Policía Federal sólo haciendo rondines; ninguna acción preventiva
contra el delito.
CCCLXII.- Sólo me resta desearles que la Noche Buena inyecte en todos
nosotros ánimos para amanecer con una mejor Navidad en el corazón y tener
Confianza en que podremos tener un mejor destino en el próximo 2018.
Nos vemos hasta el 9 de Enero del 2018, si Dios nos los permite. Por
favor sean Felices.
Hasta la vista.