Por: Salomón García Gálvez.
¿GUERRERO, UN INFIERNO?
Cuando Héctor Astudillo Flores arribó a la gubernatura, la espiral de
la violencia subía y subía; no cesaban las ejecuciones ni la feroz guerra entre
cárteles. La violencia no llegó con el mandatario estatal.
La violencia en su máxima expresión llegó a Guerrero con el ex
gobernador Zeferino Torreblanca Galindo. Dio inicio cuando se suscitó una
balacera en el barrio de La Garita, en Acapulco. Era abril del año 2005.
En la balacera de La Garita –frente a las ex oficinas de Comunicación
Social- un policía que portaba casco blanco ejecutó de un balazo a un sicario
que se encontraba rendido y tirado en el piso.
Al siguiente día -por la madrugada- en un muro de la entrada de las
oficinas de Comunicación Social aparecieron tres cabezas humanas (de los
policías preventivos) con una cartulina pegada en la pared que decía: “Para que
aprendan a respetar”.
La violencia no es nueva en Guerrero; NO dio inicio con el gobierno
estatal que encabeza Héctor Astudillo Flores. A èl no se le puede endosar la
espiral de la violencia.
La Federación apoya a las corporaciones policiacas de Guerrero; se
realizan operativos conjuntos en las regiones donde se hace necesario, por
petición del gobernador Astudillo.
Sin embargo, el monstruo de mil cabezas se reproduce diariamente; la
delincuencia crece de manera desproporcionada y no existe poder que frene ese
negativo fenómeno.
Además, las nuevas generaciones de jóvenes ya no quieren trabajar
honestamente ni tampoco estudiar. A muchos jóvenes les gusta el dinero fácil y
se involucran fácilmente en la delincuencia, aunque les cueste la vida.
Para el gobernador Héctor Astudillo Flores, le resulta difícil
enfrentar los fenómenos de la violencia y la inseguridad, porque crecen de
manera mayúscula, por diversas razones.
El infierno no lo creó el gobernador Héctor Astudillo; ya estaba.
Además el mandatario no tiene la varita mágica para borrar la espiral de la
violencia.
En lo que va del presente año han ocurrido una serie de asesinatos que
han sacudido a la opinión pública estatal y nacional.
El 5 de agosto del año 2012 fue “levantado” el ex líder del Suspeg,
Nadìn Torralba Mejía por un comando armado en su natal Tecpan de Galeana. Hasta
ahora se encuentra desaparecido.
También fue asesinado: el abogado de Tixtla, Eduardo Catarino Dircio,
dirigente de Morena. Familiares del abogado acusan a policías estatales de
haberlo ejecutado y exigen justicia.
Asimismo, fue ejecutado el ex alcalde perredista de Tecpan de Galeana,
Crisóforo Otero Heredia junto con uno de sus escoltas.
Anteriormente había sido asesinado el ex alcalde de Ciudad Altamirano,
Ambrosio Soto Duarte, de extracción perredista.
De igual manera fue ejecutado el ex diputado local y dirigente estatal
del PRD, Demetrio Saldìvar Gómez en Chilpancingo.
Otro ex diputado local del PRD que fue victimado es: Roger Arellano
Sotelo, quien anteriormente había amenazado de muerte al periodista Ezequiel
Flores, Corresponsal de la revista Proceso.
Y Catalino Duarte Ortuño fue secuestrado por un comando armado en su
natal Tierra Caliente. A la fecha no se conoce el paradero del ex legislador
estatal y federal.
Simultáneamente fue asesinado el ex diputado suplente priista, Modesto
Carranza Catalán ex Síndico de Ajuchitlán del Progreso.
La ola de violencia en Guerrero se cierra el pasado fin de semana con
el asesinato de siete personas en el poblado de San Pedro Cacahuatepec, a manos
de “policías comunitarios” de la UPOEG.
El múltiple asesinato en Cacahuatepec ha sido condenado no solo por el
gobernador Héctor Astudillo Flores sino por infinidad de organizaciones,
partidos políticos, personalidades reconocidas y la sociedad en general.
“Inaceptable y brutal lo ocurrido en Cacahuatepec”, expresó el mandatario
guerrerense.
REELECCIÒN, TEMA DE PREOCUPACIÒN.
Los sorprendentes resultados de la elección para comisarios en el
municipio de Acapulco, son para poner a reflexionar a cualquiera: El PRI
derrotó al PRD en 32 de 41 comunidades.
Hasta antes de la celebración de votaciones en las comunidades de
Acapulco, el alcalde Evodio Velázquez Aguirre abrigaba la idea de reelegirse,
pero tras conocerse los resultados el novato munícipe tendrá que recular.
Será muy difícil que la mayoría de los presidentes municipales se
reelijan, más si no han hecho bien su trabajo y saquean las arcas para hacer su
“cochinito” bien gordo ($).
En Acapulco el PRI tiene una carta bien presentable para la candidatura
a la alcaldía del puerto: Marco Antonio Terán Porcayo, prestigiado médico, sin
cola que le pisen.
Si el PRI pretende recuperar la alcaldía de Acapulco tendrá que hacer a
un lado a varias personas que le hacen mucho daño al tricolor: Manuel Añorve,
Julieta Fernández, Ernesto Rodríguez Escalona, Yacko Badillo, César Flores
Maldonado y los hermanos Taja, entre otros.
La gente del puerto está cansada de ver a los mismos políticos; lo que
quiere el electorado de Acapulco es ver gente nueva y honorable, como
candidatos.
Si el PRD y Morena hacen alianza en Acapulco con otros partidos y
presentan a un candidato –hombre o mujer- con buena imagen, será muy difícil
que el PRI recupere la codiciada plaza.
La elección de comisarios en comunidades de Acapulco fue un experimento
de laboratorio que pone a pensar seriamente a los políticos del PRD y el PRI,
principalmente al alcalde del puerto, Evodio Velázquez, quien tiene un segundo
plan: la candidatura al Senado de la República, pero hasta en eso no hay nada
seguro… Punto.