José Antonio Lavín
Reyna
“El delito de
los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que
nunca nos engañarán”: Víctor Ruiz Iriarte.
Lucha contra
corrupción ¿Combate o convite?
La corrupción en
México es una práctica mucho más común y aceptada de lo que pensamos.
Hoy, algunas
empresas, incluso destinan recursos presupuestados, para “facilitar” diversos
trámites y gestiones ante diversas instancias de gobierno, y las cotizaciones
que presentan ante variadas dependencias gubernamentales, ya incluyen el famoso
“diezmo” o comisión, para quienes pueden ayudar a “destrabar” o “facilitar”
jugosos contratos, compras o arrendamientos, sin importar que éstas estén
sujetas a rigurosas licitaciones públicas.
Si bien es cierto que la corrupción, actualmente, es una pesada losa que cargan sólo los gobiernos, la verdad es que se trata de toda una sub cultura de los mexicanos, como lo dijo alguna vez el presidente Peña Nieto, en la que se utiliza todo el ingenio y habilidades de una persona para obtener alguna clase de beneficio, sin realizar o cumplir con todos los pasos que, legal o normativamente, se deben cumplir para obtener tales beneficios.
Si bien es cierto que la corrupción, actualmente, es una pesada losa que cargan sólo los gobiernos, la verdad es que se trata de toda una sub cultura de los mexicanos, como lo dijo alguna vez el presidente Peña Nieto, en la que se utiliza todo el ingenio y habilidades de una persona para obtener alguna clase de beneficio, sin realizar o cumplir con todos los pasos que, legal o normativamente, se deben cumplir para obtener tales beneficios.
Daniel Valles es el
autor, promotor y principal difusor del programa denominado “Avanza sin
Tranza”. Este programa, ha sido adoptado como materia curricular transversal
(obligatoria al tronco común) en la Universidad Autónoma de Baja California
(UABC), por lo que se estima que será impartida a poco más de 67 mil
estudiantes que conforman la matrícula de esa casa de estudios.
Valles en su
seminario, señala que la corrupción, consiste precisamente en cualquier acto
encaminado a burlar la ley, la normatividad o las reglas sociales, para
obtener, indebidamente, cualquier clase de beneficio, por lo que caemos en la
cuenta de que no necesariamente son los gobiernos los responsables de la
corrupción, ya que, a diario, miles de estos pequeños actos de corrupción se
realizan ¡dentro de las familias mexicanas!
Comete un acto de
corrupción el marido que miente a su esposa para ir a tomar la copa con los
amigos, el hijo que oculta sus calificaciones para evitar una reprimenda, la
esposa que gasta el presupuesto familiar en caros cosméticos ocultando este
gasto, en fin, la lista de actos de “corrupción familiar” es larga, así como lo
es también la lista de actos corruptos en escuelas, centros de trabajo, clubes
sociales, equipos deportivos, etcétera, etcétera, etcétera. La corrupción está
presente en todos los actos de la sociedad.
En ese sentido,
“Avanza sin tranza” es un programa cuyo objetivo central es hacer conciencia
profunda en la sociedad, que todos nos demos cuenta de esos “pequeños
actos corruptos” que cometemos todos los días, y que han terminado por darle
carta de naturalidad a uno de los lastres más pesados que tenemos hoy como
país: la corrupción. Todo gran acto de corrupción, inició por uno pequeño.
De acuerdo con el
estudio “México: Anatomía de la Corrupción, segunda edición, corregida y
aumentada”, presentado en octubre del 2016 y realizado por la investigadora del
CIDE, María Amparo Casar, en 2015 se registraron cuatro millones 925 mil 592
actos de corrupción, por un valor total de 906 mil millones de pesos. ¡Casi un
billón de pesos en 2015!
De acuerdo con este mismo estudio, y otros similares, en materia de percepción de la corrupción, México ocupa el lugar 34 dentro de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es decir, el último lugar.
De acuerdo con este mismo estudio, y otros similares, en materia de percepción de la corrupción, México ocupa el lugar 34 dentro de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es decir, el último lugar.
Pero quizá los datos
más relevantes que aporta esta investigación, son los que tienen que ver con
los lugares y modos en los que se realizan estos actos de corrupción. Casar
concluye que “…la corrupción en los hogares es un impuesto regresivo. Ellos
gastan 14 por ciento de sus ingresos en pequeños actos de corrupción”
Los mexicanos
destinan recursos a actos de corrupción principalmente en su relación con
autoridades de seguridad pública (incluye tránsito), trámites vehiculares y de
placas, asuntos ante el ministerio público, así como diversos permisos o
derechos ante autoridades municipales.
Según Juan Pablo Castañón Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la corrupción en nuestro país alcanza un costo que representa el 10 por ciento del Producto Interno Bruto, y es la principal causa de situaciones irregulares, e incluso ilegales de plano, que orillan a empresarios y comerciantes a trabajar en la informalidad, con todo lo que ello representa.
Según Juan Pablo Castañón Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la corrupción en nuestro país alcanza un costo que representa el 10 por ciento del Producto Interno Bruto, y es la principal causa de situaciones irregulares, e incluso ilegales de plano, que orillan a empresarios y comerciantes a trabajar en la informalidad, con todo lo que ello representa.
Castañón asegura
que, a los ojos de los ciudadanos, la delincuencia, la corrupción y la
impunidad, son los mayores obstáculos que enfrenta el desarrollo del país. “El
90 por ciento ve como frecuente a la corrupción y el 85 por ciento percibe que
su ciudad es insegura” afirma del dirigente del CCE, estableciendo además un
claro vínculo entre esos tres factores: la impunidad alienta la corrupción y la
delincuencia.
En la página web del
Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en la que se puede encontrar
disponible el estudio completo “México: Anatomía de la Corrupción” (http://imco.org.mx/politica_buen_gobierno/mexico-anatomia-de-la-corrupcion/),
en el apartado de “hallazgos encontrados” se puede apreciar un comparativo que
deja muy mal parado al sistema de justicia en nuestro país.
Para que haya
corrupción se necesitan dos. El que corrompe y el que se deja corromper y, casi
en todos los casos, uno de esos es un civil. Y no sólo es corrupto quien
participa activamente en un acto de corrupción, también lo es quien, conociendo
el acto, decide callar y permitir que ocurra.
Algo Más…
En la gran historia
de Lewis Carrol, “Alicia en el País en el País de las Maravillas”, Alicia le
pregunta al Conejo -¿Qué camino debo tomar?- Su respuesta es magistral: “Eso
depende de a dónde quieras ir”. Respondamos entonces primero, ¿a dónde queremos
ir? Para entonces empezar a andar nuestro propio camino. Sí, ¿Queremos más
seguridad para nuestras familias? ¿Queremos mejor educación? ¿Queremos justicia
expedita e imparcial? ¿Queremos ciudades con más y mejor infraestructura?
¿Queremos presidentes municipales honestos a carta cabal? ¿Queremos un estado
con mejores oportunidades para nuestra gente?¿Queremos un gobierno estatal en
el que la corrupción sea tema pasado y no incómodo presente? Entonces tenemos
claro cuál camino debemos de tomar; dependerá de nosotros demostrar el tamaño
de nuestro compromiso. Mandemos al diablo a nuestras realidades, atrevámonos a
romper la simple cotidianidad en favor de la libertad de las ideas, en favor
del compromiso que marca, no el de la insoportable levedad del ser, no el del
que ni siquiera tiene la respuesta de por cuál camino tomar.
CCCVII.- Los
actuales gobernantes de Guerrero y de los municipios gastan miles de millones
de pesos en publicitar lo que es su obligación. Se la pasan echando porras de
sucesos que no inciden de manera alguna en que los ciudadanos tengan mejor
nivel de vida. Y los ciudadanos ignoramos cuánto se gasta en publicitar su
imagen Héctor Astudillo y Herón Delgado. Hasta la próxima.