Tribuna Pública
Francisco
Javier Copeño Castro
Ingrato es quien niega el beneficio recibido; ingrato,
quien no lo restituye; pero de todos, el más ingrato es quien lo olvida.
(Séneca)
El 23 de marzo de
1994, mataron al hombre que se atrevió a decir verdades del sistema que no se
lo perdonaron y tuvieron que eliminarlo cuando al parecer se encaminaba Él sí,
en forma seria y responsable a la presidencia de la República; Luis Donaldo
Colosio Murrieta. A 23 años de aquel suceso, muchos siguen especulando sobre su
muerte y aquellos que se decían sus amigos y que muchos de ellos recibieron
favores bajo su cobijo, hoy lo tienen en el olvido. Y todavía el sistema
político de nuestro país en son de burla, se ufana en decir que sus ideales
siguen en píe. ¡Bola de hipócritas! Todavía retumban en cada rincón de nuestra
tierra mexicana la frase que pronunció en su discurso como si las hubiera dicho
ayer, “Veo un México con hambre y sed de justicia”. Después de 23 años se sigue viendo a un país,
con hambre, sed de justicia, ávido de igualdad y los gobiernos sean más sensibles
a las necesidades de la ciudadanía, que lejos de que aumenten impuestos, se
bajen los salarios estratosféricos de los que gozan los políticos, que al igual
que ayer, hoy solo piensan en sus muy particulares intereses. El PRI, partido
al que perteneció al menos en Iguala, al parecer olvido dicha fecha trágica,
pero que se debe recordar para dar a conocer los ideales de un hombre que
desafió al sistema cuando a punto estaba de convertirse en el Presidente de nuestro
país. Es ingrato saber que en dicho partido al menos en Iguala, no les interesó
recordar; cierto es que solo algunos personajes que buscan un espacio lo
hicieron, otros sería el colmo que no lo hicieran cuando han utilizado su
nombre para formar una agrupación, pero el PRI de manera oficial no lo hizo y a
eso se le llama ingratitud. ¡Lástima! Otros más a propósito de la fecha en que
se recuerda a dicho personaje, se cuelgan de su figura para seguir medrando en
la política y hasta recuerdan anécdotas, para que digan que dichos personajes
lo conocieron o que también cabalgan con las ideas de ese líder que movía
masas, pero que habló antes de tiempo y de esa manera no lo dejaron concretar
su arribo a la presidencia de la República Mexicana. Solo recordar esos
momentos, se nos viene a la mente que antes de su unción como candidato Luis
Donaldo Colosio Murrieta, fue un excelente Secretario de Desarrollo Social,
puesto que lo catapultó hacia la candidatura, pero poco antes, el más visible
candidato presidencial lo era quien era el regente de la ciudad de México, el
licenciado Manuel Camacho Solís; además se dice que incluso el acuerdo era que
él sería el candidato. Cuando Carlos Salinas de Gortari, se decide por Luis
Donaldo Colosio; Manuel Camacho Solís hace el berrinche de su vida y renunció a
la regencia de la ciudad de México, se comenta que de manera inmediata Salinas
se da cuenta que un posible sisma político al interior del PRI y lo llama y
convence de aceptar ser Secretario de Relaciones Exteriores, prometiéndole que
buscarían los mecanismos para convertirlo en candidato dado su descontento
público de no haber sido nominado él el candidato. Coincidentemente -queremos
pensar- se da el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional el
1 de enero de 1994 en Chiapas, también de manera coincidente lo nombran coordinador
para el Diálogo y la Reconciliación en Chiapas, situación que a partir de su
nombramiento se da un cese al fuego y se logra la firma para la paz. Después se
vinieron una serie de situaciones que lo colocaron en la mira de muchos,
inclusive se manejó en los medios que debido a que la candidatura de Colosio no
levantaba, se podría dar el cambio donde coincidentemente se manejaba el nombre
de Camacho Solís, de hecho parecía que era un plan detenidamente calculado,
porque si Camacho Solís seguía siendo Secretario, no podía aspirar a la
candidatura, porque así lo marcaban las leyes, el tiempo era apremiante, por
eso les cayó de perlas el levantamiento armado en Chiapas, -y decimos armado
por las armas, no porqué lo hubieran hecho a propósito. Como durante los meses
de enero y febrero de 1994, le solicitaron a Colosio que se retirara y éste no
lo hizo, allá a finales de febrero y toda vez que el tiempo seguía su curso, y ya
casi era imposible que pudiera sustituirse al candidato se manejó en medios
nacionales que la única forma de ser sustituido sería que el candidato sufriera
un atentado y quedara lisiado u que lo mataran, y aunque públicamente el 22 de
marzo -24 horas antes de que lo mataran- Camacho Solís negó que pudiera ser el
sustituto como se venía manejando, porque el PRI tenía ya candidato, a la
postre el rompimiento con el PRI fue tal porque mucha gente lo llegó a culpar
de la muerte de Colosio, tanto así que renunció al PRI, pero como se sabía el
juego de la política de la A a la Z todavía jugó en ella durante varios años, llevándose
a la tumba muchas cosas que nunca sabremos a ciencia cierta. Lo cierto es que
muchos que se dicen seguidores del hombre de Sonora, olvidaron la fecha
conmemorativa de su deceso. Pero sobre todo el PRI, por lo que no podemos
llamarlos de otra forma más que ingratos. ¡Hasta la próxima y salud!