LECTURA POLÍTICA

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Noé Mondragón Norato

Osorio Chong y su visita de muertes
Es claro que se trató de atemperar el vendaval violento. El estado de indefensión de los guerrerenses ante una seguridad pública descuidada, indolente y hasta cómplice. Las escenas dantescas con las que amanece todos los días, la entidad. El reguero de cadáveres descuartizados y otros ejecutados a tiros. Y por eso, la visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se inscribió en esa vertiente. El único problema es justamente ese: cada vez que el funcionario federal pisa suelo guerrerense, las cifras de las ejecuciones atribuibles a la delincuencia organizada, se disparan. Puede tratarse de mera coincidencia. O quizá, los propios grupos delictivos le enseñen el músculo a la federación. Amedrenten a través de la sangre y de la muerte, que con ellos no pueden. De ahí se abre lo demás.
LOS MENSAJES SINIESTROS.- El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pecó de optimista en su discurso por suelo guerrerense, en defensa de la Ley de Seguridad Interior, que le otorga mayores atribuciones a las fuerzas armadas del país en el combate al delito. Y eso debió dolerles demasiado a los grupos delictivos. Estamos trabajando para devolverle la tranquilidad al estado. Que nuestros soldados y marinos sepan que están en el amparo de la ley todas las actividades que hacen para protegerles”, afirmó el funcionario federal. Y encontró una pronta respuesta que se midió así: 1.- En día de su visita del pasado lunes en Chilpancingo, la capital, la cifra de ejecutados alcanzó seis. Y un día después de que Osorio Chong se fue, fueron localizados otros seis cadáveres en el municipio de Chilapa. Tanta manga ancha para operar sin ser molestados, se lee como un abierto desafío de la delincuencia organizada, hacia las autoridades federales. Y sobre todo, cuando el responsable de la política interna del país viene a Guerrero a fustigarlos, pero sin ofrecer resultados convincentesen su combate. 2.- Si se mira bien, cada vez que Osorio Chong ha viajado a la entidad, desde la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, su visita se ha medido con el incremento de la estadística criminal. Como si fuera un ave de mal agüero. Esa no es una buena señal para un personaje que aspira a la candidatura presidencial por el actual partido gobernante. Refleja además, un descuido evidente. Porque lejos de blindar su visita, desplegando la inteligencia gubernamental con el fin de contener la violencia, los demonios se desatan literalmente. Y eso por supuesto, le pega de frente y de cuerpo completo, al propio funcionario federal. 3.- Osorio Chong ya entendió la dinámica electoral que se avecina para la elección federal de julio de 2018. Y esta consiste en acotarle todos los espacios de movilidad y de simpatías ciudadanas, al virtual candidato presidencial por el Morena, Andrés Manuel López Obrador. Para frenar los escenarios de desastre electoral para el PRI, reditados en las elecciones federales de 2006 y 2012. Por eso se entiende de algún modo, quela estadística violenta disminuyera en Acapulco –pese a estar gobernado por la oposición perredista-, el principal destino turístico de la entidad y cuyas entradas financieras por ese concepto, estaban dañando sensiblemente los propios ingresos de la federación tricolor. El combate a la delincuencia se tornó fundamental para recuperar el puerto de las garras del crimen organizado. El único problema es que los demás municipios están literalmente incendiados. Y ahí, la Ley de Seguridad Interior todavía no se aprecia. Al contrario: el gobernador Héctor Astudillo, acumula progresivamente, las presiones y los agravios de muchos sectores: el empresarial, el clero católico, el de los medios de comunicación y los de la propia sociedad civil. Por lo menos en Guerrero, Osorio Chong no levanta. Ese es el punto.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Trasciende que, luego de la presentación del cantante Julión Álvarez en Chilpancingo, el domingo pasado, el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, ordenó escoltarlo a él y a Federico Figueroa –hermano del finado cantautor Joan Sebastian-, de la capital al municipio de Iguala, donde se presentarían por la madrugada del lunes. Y mientras el crimen hacía de las suyas por todos lados. Pero a los amigos, justicia y gracia.