Tribuna Pública
Francisco
Javier Copeño Castro
No cabe duda, la
corrupción está tan enraizada en la función pública que basta rascarle solo un
poquito para enterarse de que es un cáncer difícil de erradicar, y más si quien
está al frente de una responsabilidad se presta y coadyuva a seguir
fomentándola en aras de hacerse de un recurso extra, pensando en que nadie se
dará cuenta. Y más, si quienes tienen el deber de ser leales a sus jefes
inmediatos porque supuestamente son un equipo de trabajo, abusan de la
confianza que se les da para hacer sus porquerías. El dicho aquel que dice que
el dinero ablanda más que el cebo, es una realidad en áreas administrativas de
los gobiernos de cualquier nivel. Hay personas que a pesar de ver lo que se han
exhibido a gente que realiza un acto a todas luces empañado por la corrupción,
les vale y lo siguen haciendo, los recados de apoyar o ayudar a alguien por
parte de ediles, secretarios y directores se sigue dando, porque quien solicita
su intervención son personas amañadas que ponen su carita de gente humilde, aun
sabiendo que lo que piden o solicitan no puede ser posible por la vía legal.
Nuestra idiosincrasia al parecer es ser, estar y participar en la corrupción.
¿Será verdad la frase de que la corrupción somos todos? O simplemente es el
mejor pretexto para seguir haciéndonos tontos y conformarnos con ese estatus,
pensando que al fin y al cabo es un problema mismo de nuestra cultura. Ejemplos
de corrupción, hay muchos y documentados; pero, al descubrir un acto fuera de
toda norma legal, solo se queda en la exhibición pública de los personajes o
documentos dados a conocer, las autoridades competentes lo dejan así, no se
preocupan por investigar y mucho menos castigar a los responsables, y es por
eso principalmente que se siguen dando ese tipo de prácticas. Desgraciadamente
falta regular más a fondo muchas de las cosas que tenemos, como los Consejos
Ciudadanos en las diversas materias que se forman para que la gente del pueblo
pueda participar en decisiones importantes en la vida política, se les debe dar
mayor participación y que sientan esa responsabilidad de formar parte de dicho
organismo, pero hasta el momento eso no sucede, porque las autoridades no están
acostumbrados a que los vigile la ciudadanía y hacen las cosas a su libre
albedrío, como ellos quieren y cuando quieren, porque finalmente ellos son los
gobernantes y nosotros los gobernados; pero es porque así quieren que lo
veamos, cuando en la realidad ellos son los empleados del pueblo y deben
obedecer las decisiones del pueblo. En nuestra Iguala, no es la excepción, esas
prácticas se dan, por eso, los titulares de algunas áreas deben estar a las
vivas, les pueden meter goles como ya ha sucedido en otras ocasiones;
Reglamentos, Registro Civil, Mercado, Tránsito y Seguridad pública, entre otras
son dependencias vulnerables a esas prácticas a pesar de los filtros que se
ponen, y sigue pasando porque como lo señalamos líneas arriba no se castiga a
nadie a pesar de las pruebas contundentes que existen, que a muchos podrían
estar en la cárcel. Recordamos una anécdota que sucedió en el departamento
jurídico hace algún tiempo donde el titular de dicha área regaño a quienes
estaban en el área jurídica de una dependencia y les dijo que por sus
pendejadas podrían ir a parar a la cárcel y los abogados a quienes les estaban
diciendo dichos señalamientos no dijeron ni pío. Pero… ¿Qué pasó? Nada.
Simplemente fue una llamada de atención y hasta ahí terminó todo, no se les
fincó ninguna responsabilidad y hoy andan como si nada hubieran hecho. Así nomás
no se puede terminar con las prácticas de la corrupción imperante. Nos han
comentado que ha existido personal ajena al Registro Civil que antes laboró en
esa dependencia, y que a pesar de que después ya no laboraba todavía había
gente que los buscaba para hacer trámites de esa dependencia, respecto a Actas
de Nacimiento entre otros trámites; Reglamentos, es otra área de mucho cuidado
que quien esté al frente deberá tener la astucia para no dejar que permisos,
licencias, que no estén bien documentados los tenga que cancelar, obviamente no
de manera unilateral, sino con el consenso de quien tenga la facultad legal
para hacerlo; en el Mercado, ni se diga, ese es otro mundo todavía más
complicado, existen evidencias de que ahí se han dado los casos más sonados de
corrupción en anteriores administraciones, dando documentos en áreas
irregulares, contratos sin espacios físicos existentes, contrato que fenecen
más allá del tiempo que dura una administración sin tener facultades para
hacerlos, cambios de giro sin llevar a cabo el procedimiento respectivo,
cantinas que funcionan sin tener los respectivos permisos y todo eso en el mar
extenso de la corrupción. Pero por hoy, mejor aquí le paramos, porque de esto
hay mucho más… que se llega incluso hasta la desaparición de documentos de los
expedientes de los comerciantes y más todavía de expedientes completos, lo que
salva a los comerciantes que son ordenados, es que tiene en su poder los
documentos originales para cualquier aclaración, por qué si no, quién sabe y
más sí quienes tienen la responsabilidad de salvaguardar dichos documentos son
unos pinches corruptos, por eso en el mercado, antes de que se cambie al
personal o el mismo administrador deberán practicarle una auditoría para saber
el estado que guarda dicha dependencia y documentos y recursos recabados.
¡Hasta la próxima y salud!