LECTURA POLÍTICA Por Noé Mondragón Norato

LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato

Saúl Beltrán: impunidad por ostracismo
El escándalo alcanzó muy altos decibeles mediáticos. Traspasó incluso, las fronteras. El peso del crimen así lo ameritaba. Pero como casi siempre ocurre en los sinuosos y torcidos laberintos del poder, hubo arreglos soterrados. Pactos inconfesables. Acuerdos en la oscuridad que se tradujeron en impunidad. Y por eso se entiende que al ex edil priísta de Tlapa, Willy Reyes Ramos, no lo alcanzara el manco y podrido brazo de la justicia. Hoy, el caso del diputado local tricolor Saúl Beltrán Orozco, amaga con instalarse en un carril muy similar. Basta con observar algunas elocuentes pistas para entender su propia dinámica.
SAÚL: IMPUNIDAD POR OSTRACISMO.- El crimen del diputado federal Moisés Villanueva de la Luz –ocurrido en septiembre de 2011-, cimbró a la política local. Y de ahí vino todo lo demás: 1.- Las primeras pesquisas de la Procuraduría de Justicia, apuntaron como responsable intelectual de ese proditorio asesinato, al entonces edil de Tlapa, el priísta Willy Reyes Ramos.Su abogado defensor –el actual Fiscal del Estado, Xavier Olea Peláez- hizo lo que pudo por alegar su inocencia. Y si no ganó ese litigio, por lo menos logró tiempo para que el asunto se enfriara. Y Willy tuviera tiempo de escapar. La 59 legislatura del Congreso local –pese a las evidencias y pruebas presentadas por el ex procurador Alberto López Rosas-, prolongó deliberadamente el asunto. Incluso, López Rosas dijo en su momento que “ya tenía la orden de aprehensión contra Willy Reyes y solo esperaba que el Congreso local determinara su desafuero para detenerlo”. Los coordinadores del PRI, Héctor Vicario Castrejón –hoy, investido nuevamente como diputado local, por obra y gracia del grupo político figueroísta- y del PRD, Celestino Cesáreo Guzmán –quien se desempeña actualmente como dirigente estatal de dicho partido-, le dieron muchas vueltas al asunto. Tuvieron diez meses para emitir el desafuero contra Willy. Y no lo hicieron. Terminaron por entregar el caso a la 60 legislatura que comenzó en septiembre de 2012, y cuyo coordinador de fracción tricolor fue curiosamente, el actual gobernador Héctor Astudillo Flores. Y del PRD, Bernardo Ortega Jiménez. Ambos hicieron lo mismo. Le echaron frío al calor de ese crimen. En enero de 2016, el fiscal Olea Peláez, afirmó que había una orden de aprehensión contra el ex edil de Tlapa –ya sin fuero y más de cuatro años después-, por el asesinato del diputado Moisés Villanueva. Era “prófugo de la justicia y podría ser detenido en los próximos días”. Nada pasó. Willy gozó de las complicidades del poder priísta y perredista. Eso sí, padeció un solo castigo: a cambio de impunidad, obtuvo ostracismo. Así como ocurre hoy con el ex gobernador priísta de Veracruz, Javier Duarte, a quien sospechosamente, la federación tricolor no puede encontrar por ningún lado. El manco y podrido brazo de la Ley no alcanzó a ninguno de ellos. Para variar, priístas los dos. 2.- El Fiscal Olea Peláez, reapareció en el espinoso asunto del diputado local priísta, Saúl Beltrán Orozco, vinculado presumiblemente, a dos asesinatos derivados de su amistad y compadrazgo con Reybel Jacobo de Almonte, El Tequilero, líder de un grupo delictivo que tiene asolado el municipio de San Miguel Totolapan. Y como ya es su costumbre, el funcionario hizo gala de la mitomaníacon que se ha vendido reiteradamente. Presentando a la Oficialía de Partes del Congreso local, la Declaratoria deProcedencia, como antesala para quitarle el fuero al legislador calentano. Pero de aquí a que eso ocurra, hay bastante tiempo. Se entiende que, como en el caso de Willy Reyes, forma parte de la estrategia parlamentaria tendiente a enfriar el asunto. Es decir, Saúl Beltrán puede estar tranquilo. Una máxima en política dicta que “a los políticos no se les castiga por corruptos, sino por tontos”. Y el diputado tricolor calentano, como el ex edil priísta tlapaneco Willy Reyes y el ex gobernador de Veracruz por el PRI, Javier Duarte, podría canjear impunidad, por ostracismo.

HOJEADAS DE PÁGINAS…No son más de 350 mil pesos mensuales los que la SEG quiere cercenarles del Bono Mensual por Tiempo Completo, a los trabajadores administrativos de los cinco Cendis distribuidos en Chilpancingo, Acapulco e Iguala. ¿A dónde quiere destinar esos dineros el secretario de Educación, José Luis González de la Vega Otero, en claro afán gandallesco y arbitrario, contra empleados que sí lo desquitan trabajando y no emulando a un ineficaz burócrata como él?