Abrevando Por José Antonio Lavín Reyna

Abrevando
José Antonio Lavín Reyna

“La guerra es paz. La libertad es esclavitud. La ignorancia es fuerza”: George Orwell

Las reglas absurdas y austeridad ficticia.
A veces el peor enemigo de México no está en el extranjero sino dentro. Para más señas en el gobierno. ¡Cómo les encanta a nuestras autoridades joder la vida! No hay duda: denle a una organización la facultad de regular y acabará sobre regulando. Cómo no, si para eso es el poder, para que los burócratas se sientan como dioses sobre los humanos. Cómo no, si papá gobierno está para proteger al pueblo infantil, indefenso e idiota.
Un ejemplo, en el Municipio de Iguala a algún pen tonto se le ocurrió que debería cobrarse a los vehículos de carga por entrar a descargar mercancía en la ciudad, de esta manera las arcas del municipio se llenarían de dinero, sin importar que muchos de ellos tienen su negocio establecido en la ciudad, que pagan impuestos al estado y a la federación y a lo mejor licencia comercial. Que ese negocio da empleo, les paga IMSS y demás impuestos estatales y federales, que le ofrece a la sociedad productos para satisfacer sus necesidades. Nada de esto les importo al grupo de regidores que aprobaron la Ley de Ingresos del Municipio, menos a los Diputados Locales que la aprobaron. Lamentablemente, esto se ha convertido en negocio de los delincuentes disfrazados de agentes de Tránsito, ya que no se debe olvidar que ellos detenían y ponían en manos de la delincuencia organizada aquellos operadores que se atrevían a cruzar Iguala. Ellos regresaron y están nuevamente operando. Los puede usted ver sobre el Bulevar Plan de Iguala, uno de cada lado a la altura del puente de la “Joroba” –crucero a Tuxpan- extorsionando a todo aquel que ose transitar por esta ciudad. Si se les pasa, lo persiguen y detienen en cualquier lugar.
Así que el dinero que debería llegar a la Tesorería Municipal se queda en “la polla” –cantidad de dinero que se junta de las extorsiones- y que cada tarde se reparte entre los agentes, su jefe operativo y sus mandos superiores.
O sea que la facultad recaudatoria que estableció el cuerpo edilicio no sirvió. El dinero llega, pero a los bolsillos personales. Son tan cínicos que el jefe operativo llega a los negocios para decirle “mi jefe”, al estilo de la mafia, le descargaron esta semana tres camiones, son $1,200 y conociendo su peligrosidad delincuencial, se los pagan para evitarse problemas.
Si Herón Delgado no solapara este negocio de extorsión, colocaría mínimo, cinco grandes mantas en las entradas de la ciudad, que le indicaran al transportista que cruzar, lógico respetando las reglas de velocidad, no conducir ebrio, no ir hablando por celular, entre otras, no deberá ser molestado por los agentes viales, proporcionar el teléfono del contralor, que se ponga a chambear, para denunciar los abusos.
Nuestro alcalde debe de recordar que la economía de la ciudad es mala; que si hay dinero, pero no todos lo tienen. Afectar a los transportistas, ya de por si fregados por el aumento de las gasolinas y el diesel, los pone en situación de quiebra. Don Herón Delgado actúe de buena manera, quizás tenga su corazoncito y quiere reelegirse; la sociedad se cobra las malas actitudes de gobierno.
Algo Más…
Mi conciencia no me dejaría ni a sol ni a sombra si eludo escribir sobre los tiranos que nos gobiernan. Los llamo así porque no aceptan señalamientos del mal accionar de sus gobiernos. Herón Delgado en Iguala y Héctor Astudillo en Guerrero, ambos solo se dejan entrevistar a modo. Si llegan a ser cuestionados, se enojan y proceden a avasallar con amenazadores notas periodísticas que se insertan en los medios a los cuales pagan millonadas de pesos y por eso están a su servicio para destruir a quien ose cuestionarlos. No quiero imaginarme si utilizaran el servicio de mensajería twitter, veríamos tuitazos convertidos en dardos lanzados como zarpazos.
Ambos personajes saben muy bien que Guerrero es un estado donde la pobreza económica y cultural de la gran mayoría de sus habitantes permite la existencia de gobiernos manejados por  personas déspotas, los cuales además de oprimir, saben comprar lealtades a través del reparto de despensas, de cobijas, bicicletas, jornadas de salud, y otras pequeñeces. Y los diputados les permiten gestionar obras, además de aquellos cañonazos de los que hablaba Álvaro Obregón. Así que en este estado sorprendentemente existe la unidad en torno a sus gobernantes–sin importar lo que diga o haga el autócrata– más miedo no podemos tener los ciudadanos, de por sí intimidados por la delincuencia gubernamental a través de los agentes de Tránsito y policías ministeriales, que no atrapan delincuentes, pero sí extorsionan con órdenes falsas de aprehensión y por los otros delincuentes que actúan impunemente. Vivir así, nos provoca exaltación que produce aprecio y admiración por lo nuestro.
CCXLXXIX.-Lo dicho: el famoso muro aplacó las aguas del malestar social del aumento exagerado a la gasolina. Para evitar mayores problemas sociales en este momento que se requiere “unidad”, el gobierno de Peña Nieto, al menos en esta primera quincena de febrero no aplicará más incrementos a las gasolinas y al diésel. Hasta reculó con aplicar el  IEPS en la frontera norte a dichos combustibles, ahí los mismos gasolineros amenazaron con cerrar sus gasolineras.
Aunque el incremento a la energía eléctrica y el gas LP va y esos también pegan, hasta los changarros de comida, ya que para guisar usan gas LP, las tortillerías usan los dos.

Aplicar el cinturón, medidas de austeridad son retórica pura. Nada cambiará, sólo palabras, nada medible, puras falacias; o sea, atolito con el dedo.