De los orígenes…
Rodrigo
Juárez Ortiz
Invitado por el Lic.
Fermín Alvarado Arroyo, por conducto de la M.D. Dubhé Deneb Pizá Vela a
participar en la Mesa de Análisis Conmemorativa del DÍA DEL DESCUBRIMIENTO DE
LA BAHÍA DE ACAPULCO, se me propuso el hablar sobre la historia de Acapulco.
Ante lo imposible del encargo, sí se hizo el esfuerzo por aportar algunos datos
que se tienen a la vista al respecto.
En efecto, la
palabra mágica que le ha sido adjudicada a la ciudad, al puerto y a la bahía
que lleva su nombre es Acapulco, lo que ya es una marca a nivel internacional.
Llamarla de otra manera solo conduce a la confusión que no debe permitirse.
Sin embargo,
hurgando en la historiografía nos damos cuenta que siempre se encuentran
versiones, muchas de ellas contradictorias respecto de los mismos hechos o
personajes o fechas o lugares de realización de los diversos sucesos y eventos
que conforman la historia de los pueblos.
Solo lo que salva a
esas discrepancias es la demostración, fehaciente, incontrovertible, con todo
el acervo probatorio, obtenido de fuentes fidedignas o las más cercanas a
la verdad de los hechos.
Es así que el día
que se dice que los conquistadores descubrieron a la bahía de Acapulco, así
como el nombre del “descubridor” no coincide con los datos históricos y a pesar
de ello el cabildo de este puerto, en 2002 y sin ninguna base sólida decidió
acordar que el 13 de Diciembre se declarara el día de su descubrimiento por los
conquistadores, pero por fortuna el cabildo actual dejó sin efecto tal acuerdo
por no haber sido ratificado ( requisito indispensable para valer
jurídicamente), salvando con ello el nombre auténtico de la Bahía de Acapulco.
En la especie y
empezando por el nombre, se ha difundido la especie de que Acapulco viene del
náhuatl y significa “ lugar donde fueron destruidas las cañas “ y con esa idea
se ha difundido su imagen e, incluso se ha adoptado como escudo del municipio
esa versión. Recordemos, sin embargo, que las cañas vinieron de Cuba y a esa
isla llegaron desde África, ergo aquí no había cañas sino carrizos.
Etimológicamente la palabra Acapulco viene del náhuatl y significa
acatl,(carrizo), polloa,( destrucción) y co. ( lugar)
Sin embargo existe
un estudio serio y bastante orientador de Alfredo Hernández Fuentes sobre el
origen del nombre de Acapulco y nos refiere, en términos generales, que el
glifo de Acapulco, en el Códice Mendocino (Códice que mandó a hacer el
primer Virrey de la Nueva España Don Antonio de Mendoza para rescatar algunas
de las historias y leyendas de los naturales del país y los datos de los
tributarios de los mexicas), pues es bien sabido que el primer arzobispo de la
Nueva España, Fray Juan de Zumárraga, había mandado destruir y quemar en
grandes hogueras todos los códices en que estaba la historia de estos pueblos,
y sus cosmogonías y se representa con una construcción cuya torre o cúpula está
destruida o caída y significa” lugar destruido por los carrizos”. Recordemos
que los naturales de estas tierras usaban como armas las lanzas y las flechas
de carrizo para sus encuentros guerreros. ¿Cuestión de interpretación o
cuestión de objetividad histórica?
Y en relación con el
nombre. Existe una muy bella leyenda en virtud de la cual una princesa
Yope (nombre del pueblo radicado en este lugar) llamada Quiáhuitl se
enamoró de un príncipe mexica, llamado Ácatl hijo de un señor muy principal,
pero como ambos pueblos eran acérrimos enemigos, el padre de la chica le puso
como condición a Ácatl que le ayudara a vencer a sus enemigos y a cambio de eso
le permitiría casarse con Quiáhuitl de quien estaba profundamente enamorado.
Pero en una de esas batallas Ácatl murió y Quiáhuitl bañada en llanto por la
muerte de su amado, se convirtió en nube y con esta forma entra a Acapulco, por
la bocana, en la temporada de aguas, y todo mundo ha visto a esta nube entrando
por Boca Grande y se dice que desgranada en lluvia se deshizo entre los
carrizos del puerto para unirse con su amado convertido en ellos.
Y respecto al nombre
de la Bahía, como se dijo, ya se llamaba Acapulco desde antes de la época
precuahtémica, se siguió llamando así durante el virreinato, durante la 1ª,2ª.
y 3ª. Repúblicas hasta nuestros días y si bien por el derecho de conquista
cuando llegaron los primeros europeos a avistarla, le pusieron el nombre del
santoral católico de ese día, (a una pequeña rada), como era costumbre, pero no
se ponen de acuerdo con el nombre del “descubridor”, ni en el año, pues de
quien dicen fue éste, dicho personaje no existió y un aparente homónimo, murió
un año antes del supuesto “descubrimiento,” según nos relata, entre otros
valiosos datos José Andrés Pérez García en un ensayo muy bien
documentado.
En suma, Acapulco
fue, durante el virreinato, el centro de la feria internacional mas importante
de su tiempo, merced al tráfico de la navegación con el llamado Galeón de
Manila o la Nao de China, cuando debió de llamarse la Nao de Acapulco. O usted,
convencido lector, ¿Qué opina?