Noé Mondragón Norato
Escándalos por desvíos; Federación cómplice
Las
historias se ligan a los escándalos. Pero nunca traspasan esa frontera. La idea
en política es clara: neutralizar con fuerza a
los adversarios a fin de que el gobernante en turno tenga el
control político. Y se asuma ante los demás, como fuerte. Sin
que nadie le pise la sombra. Porque el ritmo y el
momento oportuno son fundamentales para crear suspenso. Y
eso es justamente lo que parece estar poniendo en marcha el gobernador Héctor
Astudillo: provocar que los acontecimientos políticos se desarrollen con
lentitud, para luego acelerarlos en el momento
indicado, de acuerdo con un esquema y una estrategia bien
planificada. Son lecciones elementales de la política atribuibles a
grandes gobernantes. Desde Napoleón hasta Franklin Delano Roosevelt. En el
plano local se leen así.
EX GOBERNANTES: COMPLICIDADES.- Hasta antes de que el PRI perdiera
el gobierno del Estado en la elección del 7 de febrero del 2005, los
escándalos políticos atribuibles a la corrupción de
los ex gobernantes no existían. Porque a pesar de sus
animadversiones personales, los ex gobernadores priístas guerrerenses se
cubrieron muy bien las espaldas, en eterna cadena de
complicidades. Se lee así: 1.- El ex gobernador
tricolor Alejandro Cervantes Delgado, nunca reveló a los
medios de comunicación, los pasivos financieros heredados
por su antecesor, Rubén Figueroa Figueroa. Y el finado José Francisco Ruiz
Massieu, tampoco ventiló la situación financiera que tomó a su
vez, de Cervantes Delgado. Los guerrerenses no se enteraron –aunque algunos ya
lo sospechaban-, de los peculados en la
administración de Ruiz Massieu ni de su relevo, Rubén Figueroa Alcocer. Ángel
Aguirre se negó a escarbar en las finanzas públicas de éste
último, cuando fue beneficiario político de la matanza de
Aguas Blancas y arribó en marzo de 1996, como gobernador
interino. Y René Juárez, declinóesculcarle los bolsillos al
propio Aguirre. Es decir, la corrupción de los ex gobernadores
tricolores no existió durante todos esos años. 2.- El
perredista Zeferino Torreblanca, se atrevió pero no fue más allá: en julio
de 2005, reveló desvíos de recursos en la
Secretaría de Salud y en el Invisur por más de 50 millones de pesos. Los
extitulares de Salud, Verónica Muñoz Parra y Herón Delgado Castañeda, fueron
señalados con dedo flamígero por parte de Zeferino. Estalló el escándalo y se
abrió la obligada negociación. Hoy, ambos personajes gozan de cabal
salud política. La primera como diputada federal. Y el segundo
como alcalde de Iguala. 3.- En agosto de 2012, la
administración estatal presidida por Ángel Aguirre, a través de la Contraloría
estatal, reveló que el ex gobernador perredista Zeferino Torreblanca Galindo, había
desviado mil 38 millones depesos, derivados de la construcción a
medias del Centro de Atención Ciudadana (Cedac), que albergaría las oficinas
del gobierno del Estado en el puerto de Acapulco. Era obvio que el objetivo era desgastarlo políticamente. No
hacerlo pagar con prisión, esos excesos. Se los cobraron los
votantes en la pasada elección de junio de 2015, cuando quiso
regresar como alcalde de Acapulco, pero abanderando al PAN. Cayó hasta el
tercer lugar. Y hoy, Zeferino es un cadáver político. 4.- Esa
misma receta la está aplicando el gobernador Astudillo, al ex gobernador
perredista, Ángel Aguirre. Primero, el secretario de Finanzas, Héctor Apreza,
acusa que desvió más de 5 mil millones de pesos. Y
luego el contralor estatal del Partido Movimiento Ciudadano, (MC), Mario Ramos
del Carmen, asume que se abrieron “procedimientos administrativos” contra
el ex gobernador. Y mientras, Ángel Aguirre Herrera –hijo del ex mandatario-
también reaparece retadoramente y asumiendo que gracias a él,
el actual edil porteño, Evodio Velázquez Aguirre, ganó la alcaldía porteña. Lo
curioso es quenunca se sumó a su campaña. Lo cierto es que Aguirre
padece lo mismo que los ex gobernadores René Juárez y Zeferino Torreblanca: el
escándalo operado por el gobernante en turno, quien
a su vez, también será objeto de inquina política para cuando
abandone su encargo. En perverso círculo vicioso. Pero
no pasa nada. La impunidad y las complicidades tienen
mano en Guerrero. Y aquí, a diferencia de Veracruz, Sonora y
otras entidades del país detectadas con gobernantes campeones en
desvío de recursos públicos, la Federación se hace la disimulada. Para desgracia
interminable de este territorio pobre, olvidado y atrasado.