De Frente Por: Miguel Ángel Mata Mata

De Frente
Por: Miguel Ángel Mata Mata

Los puristas de los extremos me dan hueva, las puntas de una hebra cuando se estiran acaban por romper a los de en medio. Por lo regular las víctimas de los fanáticos se enteran de su condición hasta que ya no hay remedio.
El lunes festejaron los partidarios del silencio, la Plaza Álvarez de Acapulco amaneció vacía, los defectos de la remodelación que nos quitó un kiosco y mató un árbol por la voracidad de una restaurante llamada Raquel reían su triunfo. No se escuchó a Rigo Tovar ni al Acapulco Tropical a todo volumen, no pudimos comprar almendras, nueces o arándanos, no estaban los puestos de fruta ni los que venden pocillos fálicos.
El lunes ganaron los partidarios del silencio imposible y así el martes,  y así el miércoles,  pero llegó el jueves el ruido volvió la vendimia también,  Rigo Tovar y el Acapulco Tropical recuperaron la plaza. Compramos nueces, almendras y arándanos. Ahí estaban los pocillos fálicos junto a la entrada de la Catedral de Nuestra señora de La Soledad.
Han vuelto, festejaron los pobres que hallan en la plaza su diversión única, por ello nos animamos a festejar entre el bullicio el retorno del ruido que habrá por ordenamiento municipal de jueves a domingo. El silencio estará de lunes a miércoles  ¡Albricias! no ganaron los partidarios del todo o nada, por ello festejamos con exquisito platillo servido en la Plaza Álvarez: arroz blanco, frijoles, dos trozos de queso y un Chile en vinagre. ¿El costo? 18 pesotes.

¡Albricias! Por una vez sepultados a los extremistas.