Médula
Por: Jesús Lépez Ochoa
Saldo blanco en lluvias
El que no haya
comparación entre los graves daños del huracán Paulina, los de las tormentas
Ingrid y Manuel, con las lluvias del pasado fin de semana, no restan mérito a un
dato muy importante: no hubo pérdida de vidas humanas
No es un dato menor.
Hablamos de 30 municipios afectados, de los cuales 12 ameritaron una solicitud
de declaratoria de desastre.
Entre los afectados
con inundaciones está Acapulco, donde los muertos se han contado por decenas en
anteriores fenómenos hidrometeorológicos como los mencionados.
Esta lluvia no causó
daños similares aunque fue igualmente peligrosa que éstos, pero a diferencia de
anteriores años se tuvo una reacción inmediata de las autoridades encabezadas
por el propio gobernador del estado.
En esta ocasión no
tuvo que llegar un presidente de la República a regañar y enmendar la plana.
Hay que reconocer
que Héctor Astudillo Flores estuvo en el momento y los lugares donde debió
estar, y usó adecuadamente la buena coordinación que ha mantenido con el
gobierno federal, particularmente con el Ejército y la Marina.
A diferencia de
ocasiones anteriores la comunicación previa, durante y después de la
contingencia fue notoria y efectiva por parte de la Dirección de Comunicación
Social a cargo de Erika Lhürs.
Hubo avisos
preventivos que indicaban a la población qué hacer en caso de emergencia, la
ubicación de los albergues temporales y también hubo buena difusión de las
acciones que se emprendieron para apoyar a la gente damnificada.
La información fluyó
de manera continua y los ciudadanos estuvieron muy atentos.
Todo esto abonó a
que, en cuanto a vidas, no hubiera pérdidas que lamentar. Lo material se
reconstruye pero la vida no tiene precio.
El protocolo ya está
ensayado y esperemos que la buena coordinación continúe.
Sólo resta que los
ciudadanos también pongamos de nuestra parte y dejemos libres las zonas de alto
riesgo, y que los gobiernos municipales contribuyan limpiando los cauces
pluviales.