De milagro, comerciantes del Mercado Municipal de Iguala salvaron la vida

A 31 años del sismo del 85…
De milagro, comerciantes del Mercado
Municipal de Iguala salvaron la vida
Parte de la techumbre del Mercado Municipal “Adrián Castrejón” que se desplomó a consecuencia del sismo ocurrido la mañana del 19 de septiembre del año 1985. (Foto: Archivo).

Pedro González Téllez

El reloj marcaba las 07:19 horas de la mañana del lunes 19 de septiembre del año 1985, cuando de pronto la tierra empezó a sacudirse y luego de cuatro largos minutos, todo era desolación, temor, angustia y por donde quiera se escuchaban los lamentos y llantos de la gente buscando entre miles de toneladas de escombros de los edificios que se desplomaron en algunos puntos de la ciudad de México a sus familiares. Mientras en Iguala, cientos de comerciantes del Mercado Municipal “Adrián Castrejón”, no podían creer que en unos instantes se desplomara parte de la techumbre poniente del inmueble que colinda con la calle Hermenegildo Galeana.
En México, los noticieros televisivos daban cuenta de por lo menos 10 mil personas que se encontraban desaparecidas, la mayoría, sepultadas bajo cientos de toneladas de escombro de los edificios que se desplomaron ante el embate del temblor de tierra, según se dijo, de una intensidad de 7.9 grados en la escala de Ritcher.
Mientras en la ciudad de México el devastador sismo paralizó la vida cotidiana de los mexicanos y miles de voluntarios se sumaban al trabajo de los llamados “topos” humanos en busca de víctimas, en Iguala, en el Mercado Municipal “Adrián Castrejón”, el área de la venta de los tablajeros que se encuentra por el lado poniente, al lado de la calle Hermenegildo Galeana, la gente pedía auxilio porque se tenía la sospecha que bajo los escombros podría haber algunos comerciantes sepultados.
Para sorpresa de la gente y de muchos voluntarios, bajo los escombros fueron encontrados con vida algunos comerciantes, dentro de sus locales, entre ellos, el tablajero Salomón Adán Torres, su esposa, Reyna Dorantes de Adán, quienes al ser rescatados comentaron entre llantos que no quisieron exponerse a salir corriendo y que del techo les cayeran como dagas los vidrios de las persianas que se encuentran en lo alto del edificio y que volaron por los aires.
Otros comerciantes que se dijo estaban desaparecidos bajo los escombros, narraron que al empezar el temblor salieron despavoridos mientras a sus espaldas se desplomaban cientos de toneladas de la techumbre.
Minutos después del desastre, acudieron al lugar de los hechos, el entonces presidente municipal Julio César Catalán Flores; el regidor de Comercio, Ricardo Hernández Figueroa; el administrador del Mercado, Bernardo Cervantes, entre otros funcionarios municipales para coordinar los trabajos de rescate.
Un día después, los medios de comunicación publicaron los hechos, en donde se decía que después del sismo cuatro personas se encontraban desaparecidas, 12 personas resultaron heridas y 50 locatarios quedaron en la ruina a causa del temblor y las autoridades decretaron “inhabitable y peligroso” dicho mercado, mientras el alcalde Julio César Catalán Flores prometía ayuda a los comerciantes afectados por el sismo, una ayuda que nunca llegó tal y como lo había prometido, según aseguraron tablajeros y locatarios de otros giros comerciales afectados por el siniestro.
A 31 años de ese sismo que causó miles de muertos en la ciudad de México y daños en otros estados del país, y que desde ese entonces la autoridad federal y otros organismos no gubernamentales determinaron crear Protección Civil, para prestar auxilio en casos de contingencias que afecten a los mexicanos, en Iguala, el presidente municipal, Esteban Albarrán Mendoza, convocó a los ediles y funcionarios a participar este lunes en el macro simulacro de sismo tras cumplirse 31 años de la gran tragedia que enlutó miles de familias de mexicanos.

Por lo que respecta a Protección Civil, el director de esta oficina, Juan Manuel García Hernández, informó que a partir de este lunes al 23 de este mes, se llevará a cabo un evento en el Monumento de la Bandera o Monumento de la Independencia, comenzando por la mañana con depositar una ofrenda floral, el mensaje del alcalde y luego la entrega de reconocimientos a quienes han aportado su tiempo en los trabajos de ayuda a la ciudadanía.