Abrevando
José
Antonio Lavín Reyna
“Si
los de abajo se mueven, los de arriba se caen”
El
que entendió, entendió; y él que no, que investigue.
La
ciudad, ¿peor que nunca?
La actual temporada
de lluvias –nada que ver con las precipitaciones de años anteriores– pone en
evidencia que el material que Obras Públicas utiliza para bachear es de pésima
calidad. Por ejemplo: la antigua carretera federal, ha recibido varias capas de
parches en su pavimento, pero luce igual que varias calles de nuestra
ciudad (Melchor Ocampo, Morelos, G. Prieto, Obregón, M. Doblado, Alvarez, etc.)
como nunca, nuestras calles lucen tapizadas de baches y socavones,
chicos, medianos y grandes. La ciudad materialmente se encuentra hecha garras,
siendo éste un problema recurrente pues ninguna administración ha emprendido
una tarea de reparaciones del drenaje y alcantarillado, de bacheo y recarpeteo,
en una forma seria y honesta, utilizando materiales y mano de obra de buena
calidad para que las obras duren un tiempo razonable.
Las obras que se han
hecho han sido realizadas con un criterio de deshonestidad y latrocinio que ya
se antoja normal en este tipo de acciones gubernamentales, en las que se
encuentran involucradas algunas compañías concesionarias de la iniciativa privada.
Y la verdad, ya no hay ni a cuál irle. Tal parece que trabajar en el gobierno y
trabajar para el gobierno es igual que trabajar para robar y defraudar.
Es tan cínica la
relación de intereses económicos que nadie vigila los trabajos que se están
haciendo en calles y anillo periférico de la ciudad, sin un plan presentado a
los vecinos, sin conocer el costo (¡¡no vayan siendo los 130 millones!!!) ese
robo no tendría madre, sin nombre de la empresa ejecutante, la que actúa como
señor de horca y cuchillo y sin más rompen el concreto de las calles, colocan
tubos de PVC de ínfima calidad, no le colocan cama de arena, sino tepetate con
mucha piedra, menos hacen trabajo de aplanar ese material en capas de 50
centímetros, menos han repuesto el pavimento y sobretodo todo, ninguna
prueba no han realizado. Vaya impunidad.
Por eso, mejor,
cantemos:
… Para qué tanto problema
No hay como la libertad de ser, de estar, de ir
De amar, de hacer, de hablar
De andar así sin penas
Pero qué necesidad,
Para qué tanto problema,
Mientras yo le quiero ver feliz, cantar, bailar
Reír, soñar, sentir, volar…
… Para qué tanto problema
No hay como la libertad de ser, de estar, de ir
De amar, de hacer, de hablar
De andar así sin penas
Pero qué necesidad,
Para qué tanto problema,
Mientras yo le quiero ver feliz, cantar, bailar
Reír, soñar, sentir, volar…
Algo Más…
Considero que a
Esteban Albarrán dentro de su extenso programa de culto a la personalidad, en
el diario de la familia, flaco favor le hace su equipo de prensa, al
magnificar sus palabras referentes a que dentro de todos, es el único político
honesto. Vaya con don Esteban, parece ignorar que en un año de gobierno no ha
logrado transparentar sus acciones de gobierno. Nadie le cree, enclavado
en su pasado priista ignora que la sociedad ya no acepta las claves en las que
el PRI se construyó: el autoritarismo, el patrimonialismo, el clientelismo, la
corrupción, el cinismo y la frivolidad.
Un sector muy amplio
de la clase política, particularmente de los priistas de Guerrero, sigue
actuando como lo aprendieron en el pasado. No se dan cuenta o no quieren
hacerlo, porque no conviene a sus intereses, que la sociedad sumisa y dejada
del pasado ya no existe. Ese México que ellos imaginan ya quedó atrás. En el
caso de Iguala, quedan los regidores.
La sociedad,
como siempre debió haber sido, solo ve que son corruptos, ya no vale ese
principio cínico de “somos corruptos, pero sabemos hacer las cosas”. Si
Esteban Albarrán es inteligente, bien podría dar un paso al lado y dejar de
pertenecer al grupo de los políticos que todavía asume que llegaron al poder,
para vivir en el marco de una primitiva y vergonzosa frivolidad. No hay espacio
para más.
En estos nuevos
tiempos, la sociedad asume que los políticos pueden y deben ser honrados. Esa
es su obligación. El rechazo de la sociedad es evidente.
Qué puede decir
Esteban respecto de la jauría de motociclistas disfrazados de servidores
públicos, unos auténticos trúhanes, jamás verán sus ojos, ver su apoyo al
ciudadano para cruzar una calle, verlos agilizar el tráfico. No, a ellos, el
chofer de Esteban, Nico Eliseo, les dio una clara señal: salgan a extorsionar,
solo son tres años. En ese espacio, poco importa ser servidores públicos, la
consigna es llenar los cajones del escritorio con las extorsiones. Esa
situación poco le importa a Esteban, él feliz dentro de su burbuja,
pagando, con dinero del pueblo, a los medios masivos y unos que otros paleros,
publicidad institucional.
CCCXXXV.- El tiempo
sigue avanzando. A veinte días de llegar al primer tercio de su mandato,
el alcalde Esteben Albarrán sigue sin poner en práctica su lema de
“transparencia y desarrollo”, lo que no se ve por ningún lado. La opacidad en
toda la administración está presente. No hablemos de desarrollo, ese si no se ve
por ningún lado, cero creación de empleos, cero instalación de empresas
productivas. Por cierto, alguien sabrá el costo de los innecesarios trabajos en
el parque infantil del DIF, ya está por cumplir nueves meses cerrado, por obras
que desconocemos su costo y beneficio. Lógicamente, el día de la inauguración,
bombos y platillos y portada señalando tal hecho. No aplica la Transparencia
que la Ley 207 del Estado le obliga, y no se ve por donde contribuya al
desarrollo del municipio.