Pueblos indígenas, por un camino más incluyente
Ariel Palemón Arcos
Los pueblos indígenas son un pilar central en la historia, cultura e
identidad de la sociedad mexicana, toda vez que nos permite saber de dónde
venimos, hacia dónde vamos, y definir qué es lo que somos.
Cabe señalar, que en días pasados, se conmemoró el “Día Internacional
de los Pueblos Indígenas 2016”, instituido por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), con el objetivo de asegurar el acceso igualitario a todos los
niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas
vulnerables, incluidas aquellas en situaciones de discapacidad, los pueblos
indígenas, los niños y los adultos mayores en situaciones de vulnerabilidad.
Estoy convencido que el respeto a la identidad, como principio rector
de los pueblos indígenas, permite garantizar los usos y costumbres bajo los
cuales se rija su vida cotidiana, sin que sean objeto de discriminación,
exclusión en los procesos de la toma de decisiones, marginación, explotación,
asimilación forzosa y represión a la hora de luchar por sus derechos.
Los países de América Latina incluyendo por supuesto a México, están
experimentando una profundización de sus democracias, proceso que va de la mano
con la reflexión y mirada crítica al desarrollo y con el convencimiento de que
éste debe centrarse en la igualdad con una perspectiva de derechos, en
particular, los relacionados con los pueblos indígenas, que han sido
históricamente excluidos y discriminados.
Por desgracia, hoy en día, persisten en nuestra sociedad diversas
prácticas de discriminación por hechos tan simples como vestir, hablar o por
tener una cultura diferente.
Según cifras ONU, se calcula que en el mundo hay 370 millones de
indígenas, que viven en 90 países, que representan menos del 5 por ciento de la
población total y el 15 por ciento de los más pobres.
De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de
Geografía y Estadística (INEGI), en México hay 7 millones 382 mil 785 personas
de 3 años y más de edad que hablan alguna lengua indígena, cifra que significa
6.5% de la población total.
Cabe destacar, que de la población que habla lengua indígena, 13 de
cada 100 sólo puede expresarse en su lengua materna, situación que es más
evidente entre las mujeres, ya que 15 de cada 100 mujeres indígenas son
monolingües, contra 9 de cada 100 hombres.
Dicho Instituto, señala que las lenguas indígenas que más se hablan en
México, son: Náhuatl, con un 23.4%; Maya, 11.6%; Tseltal, 7.5%; Mixteco, 7.0%;
Tsotsil, 6.6%; Zapoteco, 6.5%; Otomí, 4.2%; Totonaco, 3.6%; Chol, 3.4%;
Mazateco, 3.2%; Huasteco, 2.4%; y Mazahua con un 2.0%.
Como mexicanos unos de nuestros mayores retos es seguir impulsando no
sólo la el fortalecimiento, la preservación y desarrollo de las lenguas
indígenas que se hablan en el territorio nacional, sino, el de instrumentar
políticas públicas integrales para que las personas que sean considerados
indígenas, puedan ser consideradas a la integración laboral a fin de mejorar su
bienestar social.
En este tenor, resulta apremiante que los diferentes ámbitos de
gobierno y la sociedad civil unan esfuerzo para que juntos podamos seguir
avanzando o hacia un país, más incluyente, próspero, justo, transparente, pero,
sobre todo, más humanitario.