LECTURA POLÍTICA
Noé
Mondragón Norato
Ochoa
Reza: tirar en Guerrero discurso anticorrupción
En el PRI nacional hay muchas y buenas
intenciones. Pero escasas decisiones para
ir con todo y a fondo, contra la corrupción y los excesos
de poder. El actual dirigente nacional de ese partido, Enrique Ochoa
Reza, cumple este viernes 45 días al frente de ese instituto
político. Y la promesa más espectacular la hizo apenas el pasado miércoles: actuar contra los
gobernadores de Chihuahua, César Duarte; de Quintana Roo, Roberto Borge; de
Veracruz, Javier Duarte y del ex mandatario de Nuevo León, Rodrigo Medina. Se
entiende que el primer paso consiste en expulsarlos del PRI. Pero
Ochoa Reza no ha mencionado si como partido político, les seguirá
proceso penal por peculado, en función de su visible, ofensivo
y grosero enriquecimiento. De hecho, tendría que proceder de esa
forma. Porque los descalabros electorales del PRI en la pasada elección del 5
de junio se asocian indiscutiblemente, a los malos
gobiernos de estos cuatro personajes tricolores. En Guerrero, los
escenarios políticos ligados a la sucesión en el PRI
estatal, no pueden soslayarse. Hay que ver por qué.
PRI: ¿ATACAR
CORRUPCIÓN?- Pese a que la decisión
de las cúpulas para designar al nuevo dirigente estatal del PRI, se
prorrogó hasta fines del mes de septiembre, en el escenario aparece un
personaje que, al ver perdida la cobija políticanacional, estaría
tomando -¿o arrebatando?- aquella
que generosamente, le estaría tendiendo el gobernador Héctor Astudillo. Es
decir, regresar a la entidad para encumbrarse en la titularidad del CDE del
PRI: el ex secretario de Operación Política de ese partido, ex candidato a
gobernador y ex edil de Acapulco, Manuel Añorve Baños. Y de ahí se abren las
lecturas: 1.- En el PRI nacional, el presidente Peña Nieto,
operó a través de un eficaz y encubierto golpe
de timón, con el fin de hacerse del control político
absoluto de ese partido. Es decir, si el ex dirigente nacional de ese
partido, Manlio Fabio Beltrones Rivera, se le atravesó en la
sucesión presidencial tricolor de 2012, era previsible que también lo
hiciera en la elección federal de 2018. Por
esa razón, empujó a Ochoa Reza, un priísta sin trayectoria partidista pero discípulo
políticodel secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso. Es decir, del
grupo político encriptado del propio presidente del
país. Con ello, la señal política que se mandó fue evidente: dejar fuera -en
lo posible-, de diputaciones federales y senadurías a todos
aquellos personajes ligados al grupo político del ex dirigente
nacional, Manlio Fabio Beltrones Rivera. 2.- Al iniciar en
Aguascalientes el pasado 31 de julio, “El Recorrido de los 100 Días”
por las 32 entidades del país, Ochoa Reza arengó a su
militancia en un solo carril: “los corruptos no
mancharán al PRI”. En contraparte, pidió que sean los priistas los
primeros en defender “el buen nombre” de
quienes son injustamente señalados. Pero tampoco quiere “ni borrón
ni cuenta nueva”. El miércoles 24 dio su primer campanazo mediático al
respecto. Y como sea, el antecedente de lo que viene para el 2018, ya quedó
registrado. 3.- En corrillos políticos trasciende
con fuerza la especie: Manuel Añorve, tiene la sartén
por el mangopara encumbrarse en la dirigencia estatal tricolor. No solo
eso: él mismo da como un hecho consumado su
eventual designación en ese cargo, percibido como el paso
natural para arribar a la competencia en la primera fórmula, por
el Senado de la república. Apelaría a dos escenarios: la
movilidad y presión de su jefe político, Manlio Fabio Beltrones, con los grupos
de Osorio Chong y Luis Videgaray. Y el impagable compromiso político con
el gobernador Héctor Astudillo. El problema es que Añorve Baños, arrastra con
el señalamiento de haber endeudado la comuna acapulqueña, con
más de 2 mil millones de pesos en el periodo 2009-2012. Y su probable
designación en el CDE del PRI y luego en la candidatura al Senado, se
contrapondría radicalmente, con el discurso
anticorrupción del dirigente nacional, Ochoa Reza. Así de simple.
HOJEADAS DE
PÁGINAS…En el asunto del préstamo de
los 158 millones gestionados por el edil perredista de Acapulco, Evodio
Velázquez Aguirre, el PRI y sus aliados -que también actuaron
así en el municipio de Apango-, volvieron a cerrar filas. Y
hasta el ISSSPEG quiere que con ese dinero, se le paguen todos
sus adeudos. Lo curioso es que las propias tribus del PRD, no
salen en defensa de Evodio. Y con esos amigos, para qué
quiere enemigos el edil porteño.