LECTURA POLÍTICA
Noé
Mondragón Norato
Incendio
político en la zona centro
Lejos de disiparse, el encono político sube
de tono en la entidad. Y eso tendría una sola explicación: el gobernador Héctor
Astudillo Flores, decidió romper en definitiva todo tipo de puentes
de entendimiento con el PRD. Desde luego, esa actitud muy propia del
mandatario estatal y de su propio carácter intolerante, le
abona más a la discordia y no a la paz, la cual pregonó reiteradamente
como divisa de campaña electoral. Con ello, el estilo personal de gobernar
de Astudillo, se asemeja más al del zeferinismo que
al del priísmo moderno. En otras palabras: proyecta indiferencia y
ataque hacia el partido del sol azteca, pero no tolerancia,
apertura y pluralidad hacia la disidencia política. Así,
mientras el presidente tricolor Peña Nieto, se echó a la bolsa el
apoyo político de la tribu Los Chuchos de Nueva Izquierda (NI)
desde el inicio de su gobierno en diciembre de 2012, el
gobernador guerrerense optó por el camino de la confrontación soterrada
y abierta, conlas tribus perredistas locales. La agenda
política reciente así lo confirma.
CONFRONTAR EN VEZ
DE UNIR.- Dos perredistas notables
fijaron postura sobre la ejecución del ex edil perredista de Ciudad Altamirano,
Ambrosio Soto: el edil de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre. Y la recién
estrenada dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno. Encontraron
como respuesta, ataques políticos y mediáticos. Pero el punto
está relacionado con los resultados. Es decir, si la Fiscalía
General del Estado (FGE), ya los hubiese mostrado en
relación a ese proditorio crimen, es evidente que el mandatario estatal también
habría atemperado los cuestionamientos políticos opositores en
su contra. Les habría quitado armas a sus adversarios. Pero la circunstancia
operó en la coyuntura, adversamente. Y se lee así:1.- La zona
centro se le incendió políticamente al gobernador
Astudillo. Porque la visible ausencia de sensibilidad, la
indolencia y las complicidades políticas, hicieron que
otro asunto le estallara al gobierno estatal: los hechos
violentos ocurridos en el municipio de Apango. Apenas el pasado domingo. Ante
ello, el gobernador prometió sanciones contra los facinerosos.
Es decir, castigaría a quienes se oponen al
gobierno encabezado por Felicitas Muñiz, un cuadro político perteneciente al
partido Movimiento Ciudadano (MC), que es un preciado
aliado político del mandatario estatal tricolor. Y por lo tanto, no
se le puede tocar. Con ninguna auditoría. Menos con la revocación de
mandato. Bajo este escenario, desde Casa Guerrero se le apuesta a cuando menos dos
cosas: la polarización del
conflicto. Y el evidente desgaste político del
personaje tricolor que conduce las riendas del estado. 2.- Tras prometer asistir a
la ceremonia que conmemoraría el nacimiento del caudillo del Sur, Vicente
Guerrero Saldaña, y que se realizó en Tixtla ayer martes, bajo el argumento de
que“es un evento de los guerrerenses”; al final el gobernador decidió no
asistir. Tres razones parecieron moverlo para cambiar de opinión:
Tixtla es un municipio gobernado por el perredista, Hossein Nabor Guillén. Los
incendiarios de Apango pudieron radicalizar sus acciones en ese evento, tras las
amenazas de castigo en su contra. Y como contexto de lo anterior,
existía otra advertencia: el vocero de los padres de los 43
normalistas detenidos y desaparecidos en Iguala, Felipe de la Cruz, dijo queboicotearía el
evento “para impedir que los militares entren a la ciudad a conmemorar
este evento, porque definitivamente no podemos permitir que entren como si nada
hubiera pasado. En Tixtla faltan los 43 normalistas desaparecidos”. Al
final, Astudillo decidió realizar su propio homenaje en Casa Guerrero.
Y envió con ello, un claro mensaje de debilidad política. Más que de
prudencia. ¿Acaso seguirá el gobernador esquivando los
eventos donde no puede con sus opositores? ¿En qué posición
queda el respeto a las instituciones y a su propia investidura?
HOJEADAS DE
PÁGINAS…Como para refrendar que la
dirigencia del PRI estatal, no tiene el control político de
sus dirigentesmunicipales, en Apango el priísta Pedro
Ángel Salazar, dirigente del partido tricolor en dicho municipio, se sumó a los
opositores incendiarios y violentos que exigen la salida de la
alcaldía, de Felicitas Muñiz. Y el dirigente estatal de ese partido, José
Parcero López, enmudeció y se inmovilizó. Con un “líder” partidista
así, para qué quiere enemigos el gobernador.