Abrevando
José
Antonio Lavín Reyna
“La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez es eterna”: Matt Artson
Bienes y servidores públicos
Los que le entienden
bien a la política, señalan que desde las elecciones de Junio pasado, algo
sucede en este agitado y noble país. Desde antes y después de esa fecha, el
estruendo ha sido intenso y han salido a la luz actos y personajes relacionados
con los dineros y bienes públicos en los estados de Quintana Roo, Veracruz y
Chihuahua, y en menor medida en Oaxaca y Puebla. Estos actos de corrupción
han causado el estremecimiento del pueblo en estas entidades, cargado de
una indignación manifiesta.
La iglesia católica,
se ha sumado a esta indignación, no tanto para descubrir los males de
corrupción, sino como una forma de presión al gobierno federal, para que
desista de su iniciativa del matrimonio igualitario, de esta manera la Iglesia,
a través de su enorme maquinaria, seguirá manejando dentro de sus
editoriales. las líneas de corrupción, para obligar a los diputados priistas a
mandar a congeladora esa iniciativa, que según la iglesia, atenta contra
sagrado misterio del matrimonio, para ello utiliza el equipo de Pastoral
Profética de la Arquidiócesis de México.
A continuación lo
que dice este grupo: “Padecemos desde hace años formas degradadas de la
administración de los bienes públicos y sociales. Lo mismo conocemos historias
de líderes sindicales, funcionarios públicos, dirigentes religiosos y no se
diga políticos de todos los partidos –y nosotros añadimos que se
despachan con la cuchara grande– amparados en que no hay mecanismos que hagan
valer la rendición de cuentas y la trasparencia”. Luego agrega: “La sociedad no
puede quedar paralizada, ni lamentándose solamente de los abusos de confianza y
la impunidad. Así como otros aspectos de la realidad social han ido
transformándose, necesitamos vivir, exigir y educar en la rendición de cuentas
y la responsabilidad”
¡Pácatelas! De
esta manera la poderosa Arquidiócesis de México le dice al Gobierno Federal o
se están quietos con su matrimonio igualitario o los pastores del 80% de
mexicanos que profesan la religión católica, seguirán enterando al pueblo de
los males que cometen los gobernantes. Al tiempo. Son valores entendidos.
Por ello, es
conveniente que los mexicanos sepamos que los bienes públicos, dinero, obras,
servicios educativos, sociales, técnicos conectados con la función
gubernamental, son del pueblo y nada más del pueblo y que los funcionarios que
por ley deben servir también al pueblo, no deben aprovecharse de él, con formas
degradadas o inútiles de aprovechar de esos bienes aplicando formas y normas
propias de áreas que no corresponden a la administración pública.
Nuestro sistema
político siempre se ha aprovechado del dinero público, por ello, Peña Nieto
les apretó a los gobiernos estatales al quitarles el manejo de la nómina de
educación, de una buena parte del dinero del Seguro Popular, debido a que
conoce muy bien las malas prácticas administrativas con que se manejan estas
áreas.
Ejemplo de errores donde
se actúa con el mayor cinismo, al permitir el tráfico de influenciasen entre
contratistas de las grandes obras que privatizaron los caminos de México por 25
o 30 años, es el ‘affaire’ de la “Casa Blanca” en el que el presidente Peña
Nieto pidió perdón, al decir que con ese asunto se había afectado a su familia,
lastimó la investidura presidencial y dañó la confianza en el gobierno que él
encabeza.
Si eso manifestó el
Ejecutivo federal es tiempo de que entiendan quienes manejan o pueden manejar
torrentes de dinero, se arrepientan, pidan perdón y regresen, los primeros, los
bienes que no les corresponden y que son del pueblo, y los segundos protesten
usar esos bienes en beneficio de la sociedad a la cual deben servir con calidad
y entrega.
Quienes han dispuesto indebidamente de los presupuestos públicos, deben saber que no tendrán paz. Se la van a pasar llenos de guardianes de los cuales desconfiarán; jamás abrirán las puertas de su casa por temor fundado y si se van al extranjero, verán en todos los lugares en donde se encuentren moros con tranchete y querrán regresar a su amada patria sin conseguirlo por haber atentado contra ella.
Quienes han dispuesto indebidamente de los presupuestos públicos, deben saber que no tendrán paz. Se la van a pasar llenos de guardianes de los cuales desconfiarán; jamás abrirán las puertas de su casa por temor fundado y si se van al extranjero, verán en todos los lugares en donde se encuentren moros con tranchete y querrán regresar a su amada patria sin conseguirlo por haber atentado contra ella.
Todos podemos
equivocarnos y en esto de la función pública podemos enmendar la conducta
aunque para algunos pueda significar un acto loco, pero el cumplir con el deber
da fortaleza desconcertante pero trae aparejada una tranquilidad que no se
puede comprar.
Algo Más….
Muchos mexicanos no
tenemos ni idea de cuál es la suma total de lo que se recauda conjuntamente en
un Municipio, Estado o Federación. Algo enseñan los balances oficiales que
publican mensualmente, donde los ingresos-egresos arrojan sumas
idénticas. Sin embargo y pese a los balances tan perfectamente equilibrados, no
hay sincronía entre lo que ingresa, lo que se gasta y cómo se gasta y los
beneficios para la sociedad.
Hay insatisfacción
cuando la óptica ciudadana percibe que pese al esfuerzo tributario no hay
ingreso que alcance (a ninguna autoridad) para satisfacer gastos
administrativos y dejar algo para la utilidad social.
En la mayoría de los
municipios de la República Mexicana, es crónica la falta de recursos. Lo vemos
en el área urbana, donde cientos de calles están intransitables, los servicios
públicos son casi inexistentes o “a medias” como el alumbrado, la vigilancia,
la limpia, el abastecimiento de agua potable, mercados sucios, parques y
monumentos llenos de vendedores ambulantes, lo que disminuyen la calidad
de vida y acentúan la desigualdad que genera la inconformidad de muchos frente
a la satisfacción de pocos. De nuevas obras, ni hablar.
Un mal crónico, es
la millonada que “supuestamente” se asigna al bacheo de las calles, los cuales
al terminar la temporada de lluvias nuevamente están presentes.
CCCXXIX.- Un asunto
de cultura vial y falta de autoridad y vigilancia es el NO respeto a los
señalamientos de los semáforos. Estos ilustres artefactos creados con la
finalidad de regular el tráfico y evitar accidentes, en nuestra ciudad son
letra muerta, no son respetados por nadie. Generalmente a los señores operadores
del trasporte urbano “les valen madres”. Se cruzan sin importar que ocasionen
un accidente. Pero eso sí, en el llamado Bulevar Plan de Iguala, a la altura
del CAM, siempre están escondidos dos o tres motociclistas, que vaya se hinchan
de dinero, unos verdaderos buitres, con el perdón de esos animales carroñeros.
Hasta la fecha, nuestra autoridad municipal no
cumple con la Transparencia que la Ley 207 del Estado le obliga. Qué podemos
esperar de ella. Bueno si, su continuo culto a la personalidad.