Zona Cero
Por: Roberto Santos
“Bocho”, motivo para unir y
exigir justicia
Es muy lamentable el asesinato del edil de Pungarabato, Ambrosio Soto
Duarte, quien siempre señaló que era presionado por un grupo de la delincuencia
organizada.
Soto Duarte denunció esas presiones y la amenaza creció al grado de que
ayer, desafortunadamente, falleció por una cobarde celada de quienes le seguían
los pasos, según se ha dado a conocer.
Esta muerte, que sucedió en el estado de Michoacán, deberá ser de
interés primordial de la Policía Federal, de las autoridades de ese estado y de
las de Guerrero, para aclarar el asunto.
Ya el gobierno de Guerrero ha señalado que el edil calentano contaba
con la seguridad que había solicitado, y que ese día sus escoltas se habían
quedado a cuidar a su familia mientras él acudía a Michoacán acompañado de
guardias de le policía federal. Cuatro guardias para ser exactos, que no mucho
pudieron hacer ante la emboscada que les prepararon quienes lo asesinaron.
Es el momento para que las autoridades del estado de Guerrero, apoyado
por los ediles y los integrantes del Congreso local, soliciten mayor apoyo de
la Policía Federal, pues las presiones de la delincuencia no solo ha sido para
Ambrosio Soto Duarte, sino para Evodio, de Acapulco; para Marco Leyva, de Chilpancingo;
para el alcalde de Chilapa y Zitlala, por solo mencionar algunos.
Es decir, el riesgo no conoce colores de partidos, pues tanto existe
presión para los presidentes del PRI como para los del PRD.
Lamentablemente “Bocho”, como en su región le llamaban con cariño, no
es el primero de los alcaldes en ser ultimado de forma cobarde por la
delincuencia organizada, y en este escenario convulso también han caído
alcaldes priistas, para desgracia de ellos y de sus familias.
Ojalá exista prudencia política de los distintos partidos políticos
para mantener una actitud propositiva, y de unidad para solicitar a la PGR una
investigación seria para que sean castigados los autores de este atentado.
Lamentablemente, este asesinato deberá servir para que otros ediles que
se encuentran en la misma situación de riesgo, incrementen su escolta y diseñen
una estrategia de seguridad eficiente, y así como le hacen los ciudadanos
comunes, eviten transitar por lugares de riesgo y en horas peligrosas. Aunque a
mucha gente no le agrada, esa es la situación real a la que cada día se
enfrenta la población, por lo que es necesario no caer en exceso de confianza o
exceso de imprudencia.