LECTURA POLÍTICA
Noé
Mondragón Norato
López Obrador: entre Juárez
y Cárdenas
La derrota del PRI
en cuatro entidades que no conocían de la alternancia partidista
en el poder público –Tamaulipas, Durango, Veracruz y Quintana Roo- es
reveladora de una situación crucial: como en la elección presidencial del
2000, el PRI perdió por el hartazgo ciudadano respecto
de sus prácticas y cultura política negada al cambio. Pero sobre
todo, por la reproducción sistemática de vicios que nunca se han ido
de ese partido. Resaltan tres componentes de la corrupción
política: los nepotismos, los tráficos de influencias y los peculados. Hay
sin embargo, otras lecturas que es preciso desglosar.
LOS RIESGOS DE LA
ALTERNANCIA.- La alternancia partidista en el ejercicio
del poder público, también corre sus propios riesgos. Porque los partidos
políticos que han desplazado al PRI del poder, no cuajaron la
transición democrática. Es decir, se negaron a desmontar
las viejas estructuras del sistema de gobierno tricolor. Y optaron
por reproducir comodinamente, el mismo modelo enseñado por la
escuela priísta. Esa lección permite entender las razones por las que el
PAN despachó solo dos sexenios en la presidencia del
país. Y luego, ante la ausencia de resultados y de las
nulas diferencias en los estilos de gobernar, el votante
decidió regresarle otra vez, su voto al PRI. Aunque hoy muchos se
arrepientan de ello. Como lo hicieron en su momento, cuando Vicente Fox comenzó
a gobernar con desparpajo, asombro, ignorancia y ridiculez.Se entiende
también, porqué Enrique Peña Nieto, logró llegar a la presidencia del país en
la elección de julio de 2012. El resumen al final, se reduce a la
simple alternancia partidista, pero no a la transición
democrática. Y mientras ese juego siga, no pasará nada. Es
decir, los gobiernos cambiarán de siglas partidistas, pero los gobernantes seguirán
reproduciendo un modelo de aplicar las políticas públicas, que se agotará
a su vez, en su propia corrupción, irregularidades y estilo de gobernar propios
de los gobiernos tricolores. Y así, la luz al final de túnel no se
advierte para los ciudadanos. Por más reflexiones que los
gobernantes busquen plantear sobre sus propias derrotas electorales.
LÓPEZ OBRADOR:
¿REPETIR LO MISMO?- Desde la oposición, resulta muy fácil criticar y
cuestionar a los gobiernos en turno. Esa es la fórmula política preferida
y aplicada por el dos veces candidato presidencial por el PRD, Andrés
Manuel López Obrador. Y le ha funcionado. Porque en la pasada
elección del domingo, su partido Morena, salió fortalecido. Ganó
en la ciudad de México y desplazó al PRD. Peleó con fuerza en Veracruz. El
punto sin embargo, es que al igual que Vicente Fox en 2000, López Obrador
promete e intenta convencer a los votantes con un discurso duro,populista
y contestatario, con la mira puesta en la elección de julio de
2018. Pero a su paso por el gobierno del Distrito Federal de 2000 a 2004,
se recuerda el oprobioso episodio del “Señor de las Ligas”, René
Bejarano Martínez –actual líder de la tribu Izquierda Democrática Nacional
(IDN)-, recibiendo gruesos fajos de billetes del empresario argentino Carlos
Ahumada Kurtz, un personaje que después, fue perseguido con sañapor
prestarse a su vez, a una perversa trama política urdida por el
panista Diego Fernández de Cevallos, en contubernio con el ex presidente
priísta, Carlos Salinas de Gortari. Pero que mostró el lado político
tumefacto de López Obrador. Y no, el país no necesita caudillos. Para
salir deoscuro túnel en que nos han metido los gobiernos
presidenciales panistas y priístas, hace falta un personaje
con la visión de estadista de Benito Juárez. Y con el talante,
el coraje y el valor de Lázaro Cárdenas del Río. ¿Podrá instalarse
López Obrador ahí? ¿O será un farsante político más,como todos los
que ya conocemos? Como sea, la izquierda merece su oportunidad.
HOJEDAS DE
PÁGINAS…¿Quién protege a la alcaldesa de Apango, Felicitas Muñiz
Gómez, ante todo el caudal de corruptelas e irregularidadespropias de los
insaciables depredadores de los presupuestos? ¿La Contraloría estatal
o la incompetente Auditoria General del Estado (AGE)? ¿Es así
como el gobernador Astudillo Flores, busca que reine la
tranquilidad y priven los acuerdos y los entendimientos para que
su partido el PRI,no pierda en 2018?