¿Rumor o verdad? Por: Rolando Paredes Carrillo

¿Rumor o verdad?
Por: Rolando Paredes Carrillo

Para acalambrarse ante Cuba
Ahora que este viernes pasado se dio a conocer que La Habana autoriza viajes de cubanos por vía marítima, lo que se suma a los 110 vuelos diarios acordados entre Estados Unidos y Cuba el 16 de febrero pasado, el gobierno del estado de Guerrero y el Ayuntamiento de Acapulco, así como prestadores de servicios turísticos y porteños en general, tenemos que echar toda la carne al asador para que no se le dé la puntilla a este destino de playa, ante la, ahora sí, pérdida total del turismo estadounidense.
El auge de Acapulco fue gracias a Fidel Castro, cuando La Habana dejó de ser el paraíso de los viajeros del vecino país del norte a partir de 1960. Pero ahora que su hermano Raúl anunció el fin de las restricciones para los viajes de cubanos por vía marítima, que entrarán en vigor el martes próximo, permitirán el ingreso y salida de cubanos como pasajeros y tripulantes de buques mercantes y cruceros.
La empresa estadunidense Carnival recibió autorización para realizar este tipo de viajes de turismo, pero mantenía en suspenso el inicio de sus operaciones previsto para el 1 de mayo desde el puerto de Miami, ciudad que alberga a la mitad de la diáspora de dos millones de cubanos en Estados Unidos.
En cuanto a los 110 vuelos regulares diarios a La Habana y otros nueve destinos en la isla, empresas aéreas estadounidenses están interesadas en operar esas frecuencias, y esperan atribuir los destinos ya en el próximo verano boreal.
Inicialmente, las empresas estadounidenses serán autorizadas a volar 20 frecuencias regulares diarias a La Habana, el mayor mercado, y es importante recordar que el nivel actual es cero.
Al mismo tiempo, esas empresas estarán autorizadas a realizar diez vuelos regulares diarios a ciudades como Camagüey, Cayo Coco, Cayo Largo, Cienfuegos, Holguín, Manzanillo, Matanzas, Santa Clara y Santiago de Cuba.
Los vuelos comerciales entre Cuba y Estados Unidos fueron cancelados hace 53 años.
A Caperucita se la comió el lobo, porque cuando le decían: “Ahí viene el lobo…ahí viene el lobo”, no era cierto, hasta que un día se le apareció de verdad y caput.