Zona Cero
Por: Roberto Santos
Atención psicológica a choferes de transporte público para evitar
accidentes.
La impunidad que por años
han tenido los permisionarios del transporte público es lo que permite a los
choferes de urbanos en Acapulco, actuar como verdaderos peligros para la vida
de los usuarios.
Han sido cientos de
accidentes vehiculares, y podemos mencionar que es igual la cantidad de
atropellados por estos jóvenes, que por el nulo castigo –por la protección de
sus patrones que actúan como mafias en contra de los usuarios–, y su edad, no
miden el peligro ni las consecuencias de sus actos.
Es momento de que
Transportes del Gobierno del Estado y el municipal de Acapulco, tomen las
riendas de este problema y le den solución.
En primera, los
concesionarios deben recordar que los permisos no son de su propiedad y que son
del Estado, y en cualquier momento pueden retirárselos si hacen mal uso de
ellos, como sucedió con el accidente de uno de estos camiones que volcara en el
maxitunel, cuando el chofer jugaba carreritas con otro, dejando alrededor de 50
lesionados, y la muerte de un niño.
Las autoridades de tránsito
municipal deben modificar sus requisitos para expedir las licencias a los
choferes, y Transportes deberá cambiar reglas para evitar que quienes conduzcan
estas unidades sean menores de edad.
Lo ideal sería que los
conductores tengan arriba de 25 años, que es cuando las personas tienen mayor
capacidad de control emocional y tienen responsabilidad. Los jóvenes de 22 y 23
años, siguen siendo inexpertos y fácilmente pierden el control emocional. Claro
que no todos, pero un alto porcentaje cae en este supuesto.
Exámenes toxicológicos y de
alcoholismo debería ser básico cada determinado periodo de tiempo, así como la
aplicación de una batería de pruebas psicológicas que midan su nivel de
equilibrio emocional, nivel cognitivo e inteligencia. ¿Cuántos choferes manejan
con exceso de estrés producto de la exigencia del concesionario para entregar
cierta cantidad diaria de dinero, y lo que sobra es la ganancia del chofer?
Es decir, muchos choferes
traen problemas emocionales, por decir, lo menos, y eso influye en su diario
actuar, afectando y poniendo en riesgo a los usuarios del transporte.
Por eso, los exámenes
toxicológicos y los test psicológicos, deben ir aparejados con la disminución
de años que permite la licencia; es decir, que ya no sea de cinco años, para
que el chofer no pierda interés y deje de ir a sus exámenes de reconocimiento.
Los cursos a grupos de
choferes por equipos de psicólogos, debería ser algo cotidiano, y en esto la
autoridad municipal bien puede organizarlos e implementarlos. Los mismos
expertos de la salud mental podrían aplicarles periódicamente algunos test
psicológicos para detectar algún tipo de problema relacionado con la cuestión
emocional, cognitivo, conductual y social, lo que servirá para evitar problemas
como el accidente reciente, donde resultaron lesionados la totalidad de los pasajeros
de este camión conducido por un joven, que aunque se encuentra detenido, de
nada sirve si no se le explora para saber exactamente la causa que derivó en
ese grave percance.