LECTURA POLÍTICA 180915

LECTURA POLÍTICA

Noé Mondragón Norato

Los nepotistas Derechos de Sangre en el PRI

 

Como en las viejas monarquías, los derechos de sangre se imponen en la políti-ca guerrerense. 

Y eso es justamente lo que algunos ex gobernadores han reclamado. Así, el defenestrado ex mandatario estatal, Rubén Figueroa Alcocer, impulsó a su vástago, Rubén Figueroa Smutny, hasta lograr convertirlo dos veces en diputado local por la vía plurinominal y una en legislador federal por elección abierta. Lo placeó para el senado de la república en la elección federal de julio de 2012. Y para la alcaldía de Acapulco en la pasada elección del 7 de junio. En ambos casos, fracasó. Pero eso no significa que ya esté vencido. Su abominable derecho de sangre lo llama a seguir pegado a la rueda del poder. El ex gobernador Ángel Aguirre Rivero por su parte, siguió un camino similar con su hijo, Ángel Aguirre Herrera. Lo apoyó con determinación para que alcanzara la diputación federal y luego la local. A diferencia de Figueroa Smutny, Aguirre Herrera ganó esas dos posiciones legislativas en las urnas. Se enfilaba directo hacia la alcaldía de Acapulco en la pasada elección. Pero se le atravesaron los funestos acontecimientos ocurridos en Iguala. Hoy, con el retorno del PRI al gobierno estatal, otro ex gobernador busca aprovechar la coyuntura para hacer lo propio con su hijo. Hay que ubicarlo.

RENÉ: RECLAMAR DERECHO.- El ex gobernador priísta, René Juárez Cisneros, quiere ver a su hijo René Juárez Albarrán, girando dentro de la rueda del poder tricolor guerrerense. Por eso, algunos personajes cercanos al gobernador electo, Héctor Astudillo Flores, lo ubican en la subsecretaria de Finanzas del gobierno estatal. Básicamente, por su perfil de Master en Administración. Y es licenciado en Sistemas Computacionales y Administrativos por el Tecnológico de Monterrey. Su último empleo ha sido como Director General de Información y Análisis en la Secretaría de Turismo, cargo al que arribó gracias a la amistad política del ex mandatario estatal con la ex secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Salinas, recién designada como Secretaria de Relaciones Exteriores. De ahí se abren dos lecturas: 1.- El 27 de noviembre de 2004, en una riña callejera en la ciudad de Querétaro, murió de un balazo en el pecho, el joven Marco Antonio Hernández Galván. Su victimario fue identificado como Federico Ruiz Lomelí, hijo del concesionario de la Coca-Cola en aquella entidad. En ese incidente fueron involucrados los escoltas de René Juárez Albarrán, quien presumiblemente, iba en el auto BMW de Ruíz Lomelí. En ese entonces, Juárez Cisneros atravesaba el último año de su mandato como gobernador de Guerrero. Al final, nada pasó. Juárez Albarrán fue exonerado de toda culpa. Pero ese hecho delictivo lo marcó. 2.- Durante la pasada elección del 7 de junio, el ex gobernador impulsó a René Juárez Albarrán, como suplente del líder sindical del Metro de la ciudad de México y actual coordinador de los diputados en la Asamblea Legislativa, Fernando Espino Arévalo, quien se inscribió como diputado federal plurinominal por la cuarta circunscripción. Apoyado por las ex lideresas del PRI nacional, María de los Ángeles Moreno y Beatriz Paredes Rangel. Pero a pesar de que el PRI ganó mayoría en San Lázaro, Espino Arévalo no pasó a la curul federal. Y se canceló con ello,  la posibilidad de que Juárez Albarrán acariciara la posibilidad de accesar a futuro también, a dicho escaño legislativo. De ahí la preocupación del ex mandatario estatal tricolor, por acomodarlo en la naciente administración que presidirá Héctor Astudillo Flores. En exacta sintonía con los ex gobernadores Rubén Figueroa y Ángel Aguirre, Juárez Cisneros está reclamando sus derechos políticos de sangre. Aunque despidan un fétido olor a nepotismo. La pregunta es: ¿Hará lo mismo el gobernador electo, Héctor Astudillo?

HOJEADAS DE PÁGINAS…El Congreso local está convertido en toda una caja fuerte. Ciertos diputados han metido muy temprano el temor fundado en los trabajadores que ahí laboran. Porque los guaruras de los diputados locales Carlos Reyes Torres y su hermano Crescencio, son demasiados. Y también los del diputado del partido MC, Ricardo Mejía Berdeja, hacen alarde de prepotencia e influyentismo. ¿Temor a la delincuencia, actitudes intimidantes o chocante parafernalia?