Columna: El Filósofo de Güemez

El Filósofo de Güemez

Ramón Durón Ruiz

 

TERCER INFORME DE GOBIERNO

 

Cuenta la historia que: “Un maestro Zen chino, acostumbraba trabajar con sus discípulos aun teniendo ochenta años; cortando el pasto del jardín, limpiando el suelo y podando los árboles.
Los discípulos sentían pena al ver trabajar tan arduamente al anciano maestro, pero ellos sabían que él no escucharía sus consejos de dejar de hacerlo. Entonces resolvieron esconder sus herramientas. Aquél día el maestro no comió. Lo mismo ocurrió el día siguiente, y el otro.
— Él debe estar enojado porque hemos escondido sus herramientas –pensaron los discípulos– Es mejor que las coloquemos nuevamente en su lugar.
El día que ellos lo hicieron, el maestro trabajó
y comió como antes. Por la noche simplemente los instruyó diciendo: — Si no hay trabajo…¡no hay comida!”1
La lección es maravillosa, debiese aplicarse a nuestros políticos y legisladores federales, quienes en campaña son ‘un pan de dulce’, pero una vez electos, se olvidan del electorado en sus Distritos y por si fuese poco, tienen un alto grado de ausentismo a las sesiones; en concreto se han olvidado, han omitido trabajar, por eso HOY más que nunca salen mal evaluados por los ciudadanos.
En un país como el nuestro de ritos y símbolos, en dónde la forma es todo, fue tomada la protesta de ley a los Diputados Federales integrantes de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión.
Después se eligió la nueva Directiva de las Cámaras de Senadores y Diputados, en la sesión del Congreso; el Secretario de Gobernación entregó el tercer informe de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.
HOY, como siempre, la tarea de gobernar no ha sido fácil, el Presidente Peña Nieto ha sorteado problemas como: la inseguridad, el desempleo, la pobreza extrema, la caída de los precios del petróleo, la desaparición de los 43 normalistas, el desprestigio causado por la Casa Blanca… la fuga de “El Chapo”.
A tres años de distancia de haber iniciado su jornada, con el apoyo del Poder Legislativo, el Presidente por un lado, ha logrado las grandes Reformas estructurales que el país reclama, para prepararnos a insertarnos con éxito en la competitividad, Reformas que son una Historia de Éxito en la transición democrática; por otro, ha faltado habilidad para aterrizarlas y hacerlas funcionales, para que se sientan en los hogares de los mexicanos… ¡faltan buenos resultados!
A la mitad del camino, se debe pensar en la necesidad de una reingeniería gubernamental que enfrente y resuelva “los desafíos que plantea el complejo panorama económico global” y el político nacional.
“El presidente Peña enfrenta un bajo nivel de aceptación, que lo sitúa como el mandatario con más baja calificación de la época reciente, por tres elementos: su gobierno se centró en reformas cuyos beneficios se verán a mediano y largo plazo; se asocia a la adquisición de bienes con contratistas, y su estrategia de comunicación no ha sido la correcta”2
“La comunicación que ha mantenido Los Pinos a lo largo de estos tres años, es de estar siempre en la lógica de lo políticamente correcto, nunca arriesgar, el presidente no da entrevistas, no va a los medios, nunca lo arriesgan y en ese sentido, es una política de comunicación que corresponde a otro momento de la historia de México, pero hoy en una sociedad mediática, con miedos abiertos, el presidente no penetra a través de ellos”3
Gobernar no es tarea fácil, es una labor suprema que enfrenta a los gobernantes a circunstancias en las que se aquilata el oficio político, la anchura de miras y visión de gran calado. Es un ejercicio democrático superior, de aprendizaje continuo, en el que se hace necesario mantener los ojos del espíritu abiertos y la atención política alerta para corregir fallas, superar extravíos y prevenir errores.
Gobernar, es un ir y venir a veces a contrapelo del tiempo, transitar un camino de confrontaciones y unidad en lo diverso, desacuerdos y reconciliaciones, tiempo para superar dogmas políticos, visiones parciales, sectarismos estériles, confrontaciones partidistas; tiempo de pensar en el interés superior de la patria.
Parafraseando el humor del mexicano, resulta que el viejo Filósofo llega a la Ciudad de México a la Cámara de Diputados, en el frente estaciona su camioneta, el agente de tránsito inmediatamente lo apercibe:
— ¡Oiga señor!, está prohibido estacionar su camioneta destartalada ahí, que no ve que ya van a salir los señores Diputados.
— No hay problema, –dice pleno de naturalidad provinciana el Filósofo de Güémez– ¡Mi troca tiene alarma!