Columna: ABREVANDO

ABREVANDO

José Antonio Lavín Reyna

 

Iguala, una ciudad que no fue considerada para ser risilente.

 

Actualmente, el presidente que ayer 29 de septiembre a las 12 de la noche dejó de serlo, Silviano Mendiola, se la pasó vociferando que logró, quien sabe qué, pero que logró, dice que la paz social, que Iguala se levantara. La verdad yo nunca vi a una ciudad caída; si vi a una ciudad sumida en el caos de la violencia, no de los estudiantes de Ayotzinapa, sino de las autoridades, que día tras día y noche tras noche, prestaban oídos sordos a los levantones y desapariciones que se daban en nuestra ciudad.

Nos han dicho que  ya empezamos a revertir esa tendencia, lo cual es una aberración. A la fecha todo sigue igual en Iguala, en cuestión de seguridad. En cuanto a la situación económica, ésta sigue estancada.

Actualmente, uno de los conceptos que se ha puesto más de moda, y que vemos circular en redes sociales o en diferentes formas de reflexión sobre las relaciones sociales actualmente es el de resiliencia, que básicamente debemos entender como la capacidad flexible de adaptarse y sobreponerse a condiciones adversas. Podríamos decir que es el concepto que define lo que comúnmente entendemos por salir adelante.

Lamentablemente para nuestra ciudad, no logró aparecer en el listado que acaba de certificar a las cien ciudades resilientes que la fundación internacional Rockefeller ha incluido dentro de un programa, principalmente de asesoría, en el que esta institución trabaja con los gobiernos locales para que ciudades que han enfrentado grandes problemáticas, encuentren formas de, justamente, salir adelante.

De haber sido considerada dentro de este proyecto,  en una primera etapa, hubiese sido posible obtener el reconocimiento de las características necesarias de la ciudad en la que se trabajará, para luego establecer una oficina local del proyecto en donde un encargado o coordinador de resiliencia sería quien diera seguimiento a los trabajos que implica dicho proyecto.

Hubiese sido muy positivo, desde cualquier perspectiva, ya que esta inclusión, obliga a los gobiernos locales a buscar enfoques innovadores para la construcción de políticas públicas con enfoque social, el que desde la psicología social se puedan aportar herramientas para que una ciudad como la nuestra pueda afrontar el proceso de recuperación de la violencia y tantas problemáticas que nos han marcado durante los últimos cinco años - desde Raúl Tovar- la inclusión es muy útil, e incluso, podríamos de lograr  esta certificación como un reconocimiento a los valores con los que los igualtecos intentamos levantarnos a pesar de todos los pesares.

Quizás, desde esa óptica y atendiendo  con lo que se señala en la propia página de la Fundación, Iguala no llenaba la serie de características que son requisito para ser considerada una ciudad resiliente, que van de la capacidad reflexiva, la flexibilidad, la integración, la robustez en su concepción y construcción, etc.

Todas estas características y las definiciones que les atribuyen quienes han diseñado este programa, sin duda son deseables en una ciudad que se disponga a reponerse de un pasado complicado y responder a los retos de este milenio. Sin embargo, son más una lista de deseos, de metas por las que hay que trabajar, aun cuando distingamos que puede haber disposición o camino ya avanzado en algunos de esos puntos.

Quizá una de las peores formas de afrontar una situación sea pretender, como reiteradamente lo señalan los jilgueros oficiales,   que se tienen activos que no se reflejan en la realidad. Aquí es donde surge nuestro cuestionamiento. Que tendríamos que hacer autoridades y ciudadanos para lograr obtener la certificación  que permita a nuestra ciudad a ingresar a este programa de apoyo de la fundación Rockefeller, Debemos lograr identificar cuáles son los indicadores, los datos concretos para que nuestra  ciudad pueda lograr el calificativo de resiliente.

Sería muy importante, para nuestra ciudad,  lograr entrar a este programa de oportunidades de desarrollo humano, debemos luchar por utilizar este tipo de plataformas internacionales para trabajar por las cuestiones de fondo.

Esperamos, sin duda, que dentro del Ayuntamiento por venir,  se pueda dar seguimiento a este programa, para lograr llevar a las calles de nuestra ciudad, a todos los hogares, escuelas y centros de trabajo, la puesta en práctica de un concepto tan propositivo como la resiliencia.

Por lo pronto, a los igualtecos solo nos queda ver como otras ciudades de este y otros países del mundo lograron obtener esta certificación que les da fuerza para salir adelante más allá de lo que sus gobiernos o las organizaciones de cualquier tipo hayan aportado.

La recuperación de nuestra ciudad ha estado en la voluntad de trabajo de los ciudadanos, en las ganas de no claudicar y encontrar voluntad donde todo parecía desesperanza

Algo más…

La función de los regidores es desarrollar labores de vigilancia, supervisión y en su caso de denunciar el mal manejo de la Hacienda Pública del municipio. Por ello, es entendible que los regidores del partido mayoritario hubiesen acompañado al primer edil a un curso de capacitación, pero no los de la oposición. No, ellos no. Para eso, sus partidos tienen el compromiso de capacitarlos.  Su labor va mas allá; ellos están para evitar los desvíos que  se hacen al abrigo del mayoriteo que generalmente el partido ganador hace en las sesiones de cabildo.

A ellos compete hacer respetar la Ley Orgánica del Municipio Libre, no ser comparsas del primer edil. Podrán decir en su descargo que pretenden ser una oposición útil; la manga, la oposición es la oposición. Lamentablemente los veremos como damos y damas de compañía del primer edil, dispuestos dócilmente, a cambio de recibir dádivas, por fuera de su sueldo, a aprobar cualquier iniciativa. Si sigue congelada y no  se legisle, la Ley Electoral que permite que se tengan regidores representativos de cada parte del municipio, independientemente del partido que gane la presidencia, seguiremos viendo las mismas prácticas corruptas. Vaya nos esperan otros tres años de mantener a una docena de individuos que solos, no obtienen más de 100 votos. Así es nuestro sistema político de corrupto, luego se quejan de que vengan los de Ayotzinapa, ellos sí atreven a protestar ante tanta iniquidad.

CCXLI.- Ya lo verá: el 30 de diciembre o el primero de octubre, los regidores aprobarán el nombramiento de dos funcionarios que no cumplen los requisitos de la Ley; los regidores dirán que les darán el beneficio de la duda. ($$$$$$$).