Los recuerdos del sismo del 85,
en el Mercado Municipal de Iguala
Pedro González Téllez
LOS DAÑOS QUE CAUSO EL SISMO DEL 85, en el Mercado Municipal de Iguala. (Fotos: Archivo Pedro González).
Mañana sábado se cumplen 30 años del sismo que dejó toda una estela de muerte al derrumbarse importantes edificios en la ciudad de México principalmente; incluso en Iguala, donde provocó el desplome de una parte del Mercado Municipal “Adrián Castrejón”, del área que colinda con la calle Hermenegildo Galeana.
¡Está temblando!, fue el angustioso grito de más de un centenar de locatarios que desde temprana hora comenzaban sus labores comerciales. Luego abandonaron sus locales para no perder la vida después de que los vidrios caían desde lo alto de la techumbre como si fueran dagas asesinas, pero también caían los pesados bloques de concreto.
En cuestión de minutos el área de la venta de cárnicos y de mariscos quedó bajo los escombros, y en el exterior, el aullar de las sirenas de la Cruz Roja hizo acto de presencia para auxiliar a los comerciantes y consumidores. Para suerte y gracias a Dios, no hubo pérdidas humanas que lamentar.
Sólo en el interior de uno de los locales, un matrimonio permaneció heroico, esperando que terminara el bamboleo del temblor. Ese matrimonio era el del señor Salomón Adán Torres y su esposa Reyna Dorantes de Adán. Ellos afirmaron a este reportero que decidieron quedarse dentro de su local por el peligro que representaba salir y morir por el desplome de las lozas de concreto y de los filosos cristales que caían de las alturas. ¡Aquí quedamos y nos encomendamos a Dios! Afortunadamente salieron con vida para narrarlo a la prensa y paramédicos de ese tiempo.
Hoy, a 30 años de la desgracia, en México se desconoce el número exacto de las víctimas del sismo; sin embargo, como cada año, son recordados por las autoridades federales y por este sismo se crea Protección Civil en todo el país, para que en lo sucesivo los mexicanos estén más preparados y aprendan a vivir con estos fenómenos de la naturaleza, dicen los expertos, de ahí los simulacros que deben hacerse en escuelas, hospitales, mercados y dependencias donde se concentran cientos de ciudadanos.
Cabe apuntar que en una de las fotografías que aquí presentamos, se observa en el lugar de los hechos al entonces regidor de Comercio, Ricardo Hernández Figueroa, el administrador del mercado, Bernardo Cervantes, y al presidente municipal de Iguala Julio César Catalán Flores.