Columna: Tribuna Pública

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

 

La violencia sigue imparable en toda la entidad guerrerense, y el gobernador Rogelio Ortega Jiménez acusa a la prensa de que destaca más este tipo de actos, que lo positivo del estado. ¿Acaso no se da cuenta que no existe nada positivo que destacar, y que por el contrario los hechos por sí mismo hablan? Y todavía más, el Secretario General de Gobierno David Cienfuegos, acepta que no ha existido autoridad que pueda frenar la violencia en nuestra entidad suriana. Luego entontes… ¿De qué quiere que se hable el gobernador? ¿De la incapacidad que se ha tenido para brindar a la ciudadanía en general certeza de poner caminar sin estar expuesto a un sinfín de acciones de la delincuencia común o de la organizada?

Todo lo que nos ha tocado vivir en los últimos años, es consecuencia del acumulamiento de tanto tiempo de corrupción entre las élites de poder en todos los sectores, el entretejido alentado por el mismo sistema político corrupto y grupos de la delincuencia organizada para mantener el control en todos los ámbitos de poder es inagotable; mientras puede llegar al poder un personaje honesto, incorruptible y que en verdad quiera a su pueblo, acceden a ese mismo poder cientos de personajes que lejos de querer en verdad el beneficio colectivo, solo piensan en el interés meramente personal o de un grupo reducido de personas que obviamente quieren acumular fortuna y poder, no importando los métodos ni las formas para obtenerlos.

Quienes han tenido el sueño de vivir en un estado justo, donde se respete la ley y se establezca el orden en todos los sentidos, una de dos; terminan corrompiéndose o terminan en tumbas que muchas veces son clandestinas.

Mientras al sistema le convenga seguir obteniendo las ganancias y prebendas que actualmente ostenta mediante la corrupción entre los políticos, criminales e instituciones supuestamente se seguridad pública, la gran mayoría de la población seguirá sufriendo las consecuencias. Existen grupos de la delincuencia organizada infiltrada en las más altas esferas del poder, y aunque estos lo nieguen, puesto que es muy difícil probar, nadie lo puede negar y públicamente ninguno puede ni debe decir nada. No todos los políticos son así que quede claro, pero sí la gran mayoría, al igual que dentro de las policías, pero estos son los menos y que muchas de las veces ignoran porque quienes están sumidos en el estiércol son tan cuidadosos como peligrosos que no dejan rastro ni perdonan a una persona que llega a descubrirlos. Quien llega a enterarse de todo el excremento que rodea y en que está sumido el sistema, deberá tener mucho cuidado porque su vida y de sus seres queridos además de sus bienes están en constante peligro, puesto que el saber y tener información de esa naturaleza es estar al filo de la navaja. Muchas de la veces pueden llegar a los puestos claves gente honesta, pero los dejan llegar, tan solo para estar siendo vigilados de cerca y saber los pasos que dan, para que las llamadas clases privilegiadas sepan qué hacer ante una amenaza de esa naturaleza. Éste, es un círculo difícil de exterminar, porque durante campañas electorales se tejen compromisos entre todas esas élites de poder que luego se tienen que cumplir. Existen antecedentes como en Michoacán, donde muchos políticos fueron grabados y después exhibidos ante la opinión pública de estar coludidos con la delincuencia organizada que vaya la redundancia, sí está organizada. La captura del líder máximo, tan solo es un anuncio mediático para demostrar que se está trabajando en esos rubros; aunque en realidad y al interior del mismo engranaje es para renovar y buscar a quien lo deba suplir, porque así es el sistema; cae uno, pero se reorganizan y surge otro. El poder con que cuentan estos grupos del crimen es tan poderoso que lo demostró en Jalisco, donde enfrentó a todo un mega operativo mandado desde la capital y no pudieron lograr su objetivo principal, porque lo más probable es que hayan brindado las condiciones para que dicha acción fuera con los resultados por todos conocidos.

Es indudable que en todo este embrollo, esté inmiscuida mucha gente de la que incluso tengamos a nuestro alrededor todo el tiempo, sin que sepamos realmente a lo que se dedican, porque el sistema tiene ojos, oídos y tentáculos en todos lados.

De esto, no es ajeno el periodismo, porque también es utilizado para dar a conocer acciones a las bandas contrarias, alentadas por el mismo sistema para mantener un equilibrio de poder y control. Muchos medios de comunicación también se ven impedidos para publicar cierta información que aunque es de interés general o de denuncia, no lo hacen, porque sus familias, bienes y su misma integración física personal, estarían en constante peligro. Pero de eso hablaremos en otra entrega. ¡Hasta la próxima y salud!