policiaca

Descubren más posibles

“narco-fosas” en La Joya

 

Agencias

 

Familiares de las otras víctimas de desaparición localizaron y marcaron ayer 15 posibles “narco-fosas” con indicios de posibles restos humanos en un sembradío de maíz cerca del paraje La Joya, en la falda del Cerro Gordo, al poniente de Iguala.

El comité de familiares de las otras víctimas de desaparición cumplió ayer tres meses de haber iniciado sus trabajos de búsqueda y señalamiento de posibles fosas clandestinas con indicios de la presencia de restos humados.

En tres meses, dicho comité ha registrado 385 casos de personas desaparecidas de los municipios de Iguala, Teloloapan, Taxco, Cocula, Apaxtla, Tepecoacuilco, Huitzuco y Zumpango, así como de otras unidades como Morelos, Veracruz, Hidalgo y Puebla, que en su mayoría desaparecieron en esta ciudad, y han logrado con el apoyo de peritos y antropólogos de la Procuraduría General de la República (PGR) la recuperación de 50 cuerpos.

Ayer, una comisión de 25 familiares de las otras víctimas de desaparición, con el acompañamiento de reporteros y el resguardo de efectivos de la Gendarmería Nacional y la Policía Federal, buscaron y señalizaron posibles fosas clandestinas, logrando la ubicación de 15 con indicios positivos de la presencia de restos humanos.

La zona está a unos 15 kilómetros de la iglesia de San Gerardo, lugar del que salieron la mañana de ayer. Para llegar utilizan carros particulares y, en algunos casos los reporteros y familiares se van en patrullas de los policías federales.

El método de búsqueda es el mismo que les ha ayudado a recuperar 50 cuerpos en tres meses, una varilla de aproximadamente metro y medio de largo que termina en punta y en el extremo contrario una agarradera en forma de cruz, que con el apoyo de un marro entierran en zonas donde hay hundimiento de la tierra o sospechan de un entierro clandestino.

Este procedimiento se repite hasta en cinco ocasiones en un mismo lugar, la varilla se entierra cada 10 o 15 centímetros en el área en la que se sospecha de la presencia de un enterramiento clandestino y el olor que se percibe de la punta de la varilla es el indicio para marcarla como posible fosa.

“El grupo ya tienen a sus sabuesos de búsqueda”, menciona Mario, uno de los familiares que es parte del comité de búsqueda de fosas clandestinas.

Es un olor que ya tenemos grabado en la mente, es lo que señala Mario cuando se desentierra la varilla y él es el encargado de oler la punta para confirmar o descartar la presencia de restos humanos enterrados. Percibe un olor fétido que indica que ahí hay personas enterradas.

Cuando el olor no es muy marcado o causa dudas, la varilla se vuelve a enterrar en un lugar diferente, en tres meses esta actividad para Mario ya es común y su olfato se ha agudizado para distinguir este olor característico.

El oler la punta de la varilla después de ser desenterrada en una posible fosas, ya no sólo es cosa de hombres, pues también hay mujeres, algunas ya mayores de 50 años que también participan en estos trabajos, principalmente los domingos, día establecido por el comité para salir a buscar fosas.

Ayer la zona explorada se ubicó en un sembradío de maíz, en el paraje La Joya, lugar en el que en tres meses la PGR ha exhumado 17 cuerpos, los dos últimos en 17 y 18 de febrero, ambos de mujeres.

El Maizal, como también ubican esta zona y que es donde actualmente la PGR se encuentra realizando trabajos de excavación y exhumación de restos, fue ubicado por un guía, un leñador de una colonia cercana que informó al grupo haber visto estos entierros hace más de un año, cuando miembros de la delincuencia organizada los acababan de hacer, y que no lo denunció por temor.

Se prevé que estas posibles fosas marcadas sean inspeccionadas por la PGR esta semana para confirmar o descartar la presencia de restos humanos.