Como Veo, Doy

Como Veo, Doy

¿Pa’Que Nos Sirven..?

 

Guillermo Mejía Pita

 

En un principio fueron la sensación. Se les veía con admiración y respeto al grado del temor. La comunidad se imaginaba a unos “super-héroes” enfundados de los pies a la cabeza con vistosos y pesados vestuarios. Armados hasta los dientes, a bordo de potentes, lujosos y costosos vehículos. ¡Apantallante!.

Con el tiempo, ¡oh desilusión!. Los “robocops” resultaron ser unos “gigolós”, que sólo vinieron de picnic a la provincia, específicamente a algunos municipios de Guerrero, incluido Iguala, como consecuencia del terrible asunto del 26 y 27 de septiembre de 2014 en ésta localidad.

Todos los gastos pagados, los mejores hoteles, los mejores restaurantes y todo el tiempo para descansar. Paseando por la ciudad todos los días a bordo de sus lujosos vehículos.

 Ciertamente, en un principio la llegada tanto de la Gendarmería como de la policía federal lograron inhibir la presencia de la delincuencia organizada.

Lamentablemente, con el paso del tiempo, gatos y ratones se llevan “de a pido”. Los hechos de violencia y de sangre, lamentablemente se siguen presentando con la misma intensidad. Los maleantes se burlan de los uniformados, o mejor dicho ¿se hacen como que la Virgen les habla”.

Millonario gasto innecesario eroga la federación con la manutención de decenas de policías que no devengan realmente el salario. Su estancia en municipios como Iguala, Cocula, Teloloapan, Apaxtla, Taxco y muchos otros donde la delincuencia organizada tiene sus bases de control, no tiene razón de ser, pues de todos modos, con gendarmes y sin ellos “los ratones les bailotean en sus narices”.

Aquellos policías que vestían uniformes bien plachaditos, con zapatitos lustrados, en la actualidad se han convertido en otros más del montón, Han descuidado su imagen personal. Eso no es lo malo. Lo peor, son sus insipientes acciones para combatir y erradicar a la delincuencia.

Incluye esto la delincuencia del fuero común, pues en el caso de municipios como Iguala, Cocula, Teloloapan o Apaxtla, tienen a su responsabilidad la seguridad pública, por carecer de policías municipales.

Contradictoriamente, tanto la Gendarmería como la Federal argumentan que sus protocolos no les permiten actuar en eventos del fuero común, lo cual significa que la ciudadanía está inerme ante la delincuencia común y corriente.

Luego entonces, ¿habrá necesidad de hacerse justicia por su propia mano, ante la incapacidad y cerrazón de unos robotizados gendarmes y policías federales, que no tienen voluntad propia para defender a la comunidad? (E-Mail.- guillermomejiapita@yahoo.com.mx)