Del balcón al sótano
Eduardo Albarrán Orozco
Durante las campañas electorales los priistas van a tener de eliminar de sus discursos el nombre de Enrique Peña Nieto. Este, lejos de ser un beneficio para los priistas, será un lastre.
El PRI va a recurrir a un discurso que resalte la violencia en que ha vivido en los últimos meses el estado, (pero no dirán nada de la violencia en el resto del país, que en algunos casos ha sido superior a Guerrero). Sobre todo por el caso de Ayotzinapa, en el que están inmersos José Luis Abarca y su esposa, ligados al narcotráfico y convertidos en políticos con poder gracias al PRD y sus dirigencias estatal en Guerrero y la nacional, con los "chuchos" a la cabeza.
Relacionar al PRD con la violencia, la corrupción y la impunidad, será la constante en los discursos de los aspirantes del PRI en todos los niveles. Lo cierto es que esa violencia, corrupción e impunidad no surgió ni se fortaleció en gobiernos del PRD, sino del PRI.
El rezago histórico que hay en Guerrero, sobre todo en el campo, que es el sector primario y al que de debe de priorizar, no es de ahora. Por lo menos hay que pensar en 45 años atrás. Y quien gobernaba era el PRI.
La inseguridad y la violencia actual, ligada a la delincuencia organizada, no surge apenas. También tuvo sus orígenes durante gobiernos del PRI, que permitía su accionar a cambio de favores políticos.
Hoy el PRD y demás partidos de izquierda tienen una crisis enorme de credibilidad y deconfianza. La sociedad ya no creerá facilmente en sus candidatos.
El caso de Iguala va a obligar al PRD y otros partidos, a no pensar en "candidatos externos o empresarios exitosos".Al parecer se verán obligados en mirar a su militancia y hacerles justicia. Aunque hay algun@s que ya aprendieron a convivir con gente no muy santa.
Beatriz Mojica Morga sería una buena mujer gobernante si fuera más política, y no estuviera tan cercana a quienes llevaron al PRD al abismo.
Sus fotos con sombrero y acariciando un caballo denota que sus origenes son rurales, pero ya sus gustos y criterios son urbanos y de metrópoli.
Además nos quiere decir que aunque es mujer tienen los pantalones bien puestos. O sea, machista la dama. Es una mujer que piensa como hombre. ¿Eso es necesario en Guerrero?
Tiene malos asesores y ella misma se autoasesora mal.
Lo poco que ha dicho en sus discursos es retórica masculina en labios de mujer.
Al PRD no le va a quedar otra opción que no sea la de aceptar a Luis Walton como su candidato en una alianza con el PT. Los líderes estatales del PRD no tienen la calidad moral para exigir demasiado a sus posibles aliados. Porque fueron cómplices en el caso de Iguala y otros más que poco a poco van a salir a flote.
Tampoco el PRI va a salir sin raspones. Pero estos serán menores.
Lo cierto es que Guerrero va a ser recuperado por el tricolor.
En Iguala está por definirse la candidatura y se rumora y fuerte que será Esteban Albarrán Mendoza. A menos que Héctor Vicario se salga con la suya e imponga a David Gama Pérez. Es buena persona, pero muy mal político. Dime con quien andas y te diré a quien obedeces.
Del sótano.
Para muchos es sabido que en el PRI ya nadie quería a Ángel Aguirre. Menos Rubén Figueroa, con quien hay conflictos de interés (ahora ya no porque el hijo de Aguirre ya no competirá contra el hijo de Figueroa, Rubén F. Smutny por Acapulco.)
La corrupción en Guerrero es añeja. Los que ahora gritaron "al ladrón, al ladrón!!!" no son libres de pecado, y seguramente tienen la cola más larga.
Desviar la atención de corrupción en un estado, para quitarle la atención al presidente Enrique Peña Nieto, en el mismo tema, es la estrategia.
Ángel Aguirre renunció al PRD para no afectarlo, pidió que la justicia sea pareja. Seguramente si él hablara de lo que sabe no habría elecciones el 7 de junio, dia de la Libertad de Expresión.
El PRI cuestionará al gobernador Rogelio Ortega Martínez, el PRD también y otros de "izquierda", seguramente lo harán. Ha sido prudente y ha tratado de que haya un equilibrio en los conflictos. Por desgracia o fortuna, no es un gobernador electo con mayor legitimidad. Si lo fuera, tampoco estarían todos contentos. Unos pidiendo limosnas, otros pidiendo poder, pero nadie haciendo nada por el estado.