PATADAS BAJO LA MESA

PATADAS BAJO LA MESA

Moisés Ocampo Román

 

¡¡ Ya me cansé!!

 

Ahora entiendo al Procurador General de la República Jesús Murillo Karam, ¡ya me cansé! La verdad, decía la sabia Silvia “La Bandida”, ¡es una chinga divertirse! Pero ahora ando con stress ocasionado por mis dos viejas. Resulta que…bueno, sino me quieren leer cámbiele a la sección policiaca y ya, pero dejen que mis pocos lectores me lean mis cuitas. Entonces, les decía que hace unos días me sentí agotado. No es para menos, estas dos muchachitas oscilan entre los 20 y 24 años, y a esa edad, aseguro son muy pasionales. No se llenan, cada vez quieren más y más. Uno no está ya para esos trotes, pero lo que más me cansa es su actitud de las dos, ya se juntaron para darme en la torre. Ahora no quieren saber de mí; yo que les di mis penúltimos años de vida…sexual. Mira cómo me pagan, y más ahora que ando como burro en primavera ¡Dios mío dame fortaleza! Este cansancio no se compara con el que se trae el Procurador Murillo Karam, que ya se cansó de los ayotzinapos, ya se cansó de sus familiares, ya se cansó de sus propias mentiras, ya no sabe de dónde sacar más naves para quemarlas, se le nota el hartazgo, como si nos hace el favor de procurar la justicia; lo veo desfasado e inútil. Él debería ser el director general de LOTENA o del D.I.F federal, o debería organizar tandas en las dependencias del gobierno federal, o vender bolis en la PGR, algo pues que NO se le complique como mentir y cansarse porque la gente quiere saber a ciencia cierta qué pasó con los 43 normalistas, y no andarse sacando de la chistera respuestas nada creíbles. Resulta que científicamente NO se pudieron quedar en cenizas los cuerpos de los ayotzinapos, porque ese día llovió, porque hay huesos que no se pueden convertir fácilmente en cenizas; cuando esas teorías las dicen los expertos secundados por los padres de los muchachos levantados. Entonces saca de la manga que: “hay una conversación entre el Chuy y Sidronio donde le dicen que ya fueron metidas las cenizas de los estudiantes en bolsas negras y tiradas al río…”. Sólo así el procurador cansado dio a conocer de esa conversación que nunca enseñó a nadie. Simplemente se está ahogando en sus mentiras, y eso…eso lo cansa. Y ya cansados me voy a descansar al Hotel San José, en donde el olor del canal con la quietud del lugar es casi un rincón cerca del cielo. Y ni modo, tuve que regresar con una cuarentona al menos para salir del paso, mientras encuentro otras dos jovencitas que quieran gato viejo para retozar.