Tribuna Pública

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Francisco Javier Copeño Castro

 

El próximo domingo, -que por cierto septiembre salió con su domingo 7-, habrán de elegir los perredistas a sus delegados y consejeros y aunque se dicen muy democráticos, en la realidad no lo son y por mucho. Basta con ver quienes están registrados en las planillas, -no en todas, pero si la mayoría-. Hermanos, primos, esposas, amantes, sobrinos, tíos, hijos y párele de contar, de políticos y funcionarios públicos. El único mérito es ser pariente o descendiente de algún dirigente de corriente o familiar. ¿Y quiénes se han partido verdaderamente la madre para conseguir los espacios que muchos políticos tienen qué? A esos solo los utilizan en épocas de elecciones y después los vuelven a llamar hasta cuando nuevamente hay otras elecciones. Por eso el llamado que hace el dirigente Francisco López Liborio, en el sentido de que vean bien por quién votar es sano y real. Lástima que quienes acuden a las urnas ya llevan la consigna de por quién votar, puesto que de no hacerlo se ven afectados por nefastos dirigentes que controlan terrenos donde la gente humilde y pobre vive y si no hacen lo que les dice los despoja de su patrimonio. ¡Vaya democracia que ejercen los del Partido de la Revolución Democrática! En el PRI, no cantan mal las rancheras y aun y cuando se jactan de ser institucionales, las traiciones y venganzas están a la orden del día; por eso, todos los suspirantes deben andar con pies de plomo, para que después no se digan engañados; todos se conocen, algunos hasta han trabajado juntos, pero cuando se trata del poder, como decía Maquiavelo, el fin justifica los medios, por eso luego salen como salen. Mejor pónganse de acuerdo y todo saldrá de la mejor manera. ¡Hasta la próxima y salud!