Del balcón al sótano

Del balcón al sótano

Eduardo Albarrán Orozco

 

Las votaciones del PRD son exactamente lo que decía en una mampara para votar un SIMULACRO. Se ratifica con esta forma de hacer las cosas lo dicho por Max Weber, en el sentido de que “mientras el científico busca la verdad, el político la esconde”. Y eso fue el proceso de simulación democrática del PRD en el que destacaron la entrega de despensas, láminas y todo un dispendio de recursos que nadie sabe a ciencia cierta de donde salieron.

Pero esto no es de extrañarse. Sucede en todos los países en los que el desempleo tiene los más altos índices.

Los teóricos de la democracia moderna han señalado que sí es cierto que la igualdad política es fundamental para determinar la ciudadanía, también lo es un alto grado de equidad económica. Es decir, que el ciudadano existe en la medida en que no tiene la necesidad de vender su voto por hambre.

Ya hemos comentado que en los países en los que el empleo está presente y permite que los ciudadanos tengan una vida holgada, tienen oportunidades educativas, de salud, entre otras, no tienen la necesidad de vender su voto por 100 pesos o más. Esto impide que haya vividores, pseudolíderes, que obligan a sus seguidores a apoyar o no a algún candidato según las conveniencias de los “líderes”.

En los partidos políticos actuales no existen corrientes de opinión. Se han autodenominado “corrientes”, pero en realidad son grupos de presión o grupos de interés.En el caso de los de PRD, podemos analizar a todos y cada uno de sus dirigentes o “líderes” y nos podemos dar cuenta de que solo son simuladores y convenencieros sustentados en el pragmatismo (llamado oportunismo de derecha en los años 60s y 70s), y que únicamente quieren tener una vida de burgueses utilizando un discurso de defensa de los intereses de los pobres.

Habría que considerar en qué condiciones viven cada uno de estos líderes de “izquierda”. Sus casas, sus autos, las escuelas a las que asisten sus hijos y los viajes de esparcimiento que hacen fuera del país.

Los que han tenido la oportunidad de representar a los pobres, son los que ahora viven tan bien que si trabajaran normalmente nunca lograrían lo que tienen.

Desde hace muchos años hubo quienes pensaban que tener como gobernantes a empresarios, a personas ricas, garantizaría una buena administración y honradez en el uso del erario.

La historia ha demostrado lo contrario. Los ricos quieren más riqueza, los empresarios actúan en función del criterio de inversión-ganancia. El ahorro es otro de sus principios. Por eso los empresarios que nos han gobernado en distintas partes del país solo se ha aprovechado de los recursos públicos para sus beneficios personales.

Para que un ciudadano sea un buen gobernante, es necesario que este haya conocido por vida propia las condiciones en que vive la población. Ofertar empleo en una campaña y en la realidad buscar la forma de reducirlo, de limitar o impedir que los ciudadanos tengan una forma honrada de vivir, es una de las políticas de los ricos. De los empresarios que siempre han pensado en reducir sus gastos para tener más ganancia. Si los pobres seguimos votando por los ricos, seguiremos siendo pobres y manipulados.

Del sótano

La elección del PRD ha sido una farsa que ha costado mucho dinero a la población. El PRD perdió sus principios, sus orígenes, su visión y su misión como partido de izquierda. Se ha convertido en una suma de grupos de interés de obtener el poder por el poder. Los asesinatos de dirigentes sociales y su silencio, son una de las tantas pruebas que existen.

No solo se ha visto la compra del voto. Ahora la compra de los espacios de poder es la conducta política de muchos liderazgos nacionales, estatales  y municipales.

No serán los votos los que determinen quien nos gobierne. Será quien tenga más dinero para comprar ese espacio. Ya se vio en varios municipios del país. Guerrero no es la excepción. Y si va a ser así, ¿entonces para qué votar?