LECTURA POLÍTICA

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Caso Chavarría o desinflar a ZTG y ARP

Noé Mondragón  Norato

 

Las cosas se van definiendo rumbo a la disputa por el gobierno estatal en la elección del 7 de junio de 2015. Una situación lo está marcando así: el rescate de expedientes políticos del pasado, como forma de abortar escenarios optimistas del presente. Atravesando efemérides políticas funestas. Con todo, la aparición de ciertos actores que ya se creían desplazados de la rueda del poder, está sumándose a este coctel cada vez más explosivo. Es cuestión de asomarse a él.

ZEFERINO Y SUS ESTIGMAS.- De la nada, la especie comenzó a cobrar fuerza: el ex gobernador perredista, Zeferino Torreblanca Galindo, sostenía cabildeos políticos soterrados con los priístas Manuel Añorve Baños y el coordinador de los diputados federales tricolores, Manlio Fabio Beltrones Rivera. La idea era simple: apuntalar el proyecto del primer ex gobernador opositor para lograr por segunda ocasión, la candidatura a la alcaldía de Acapulco. La maniobra se entiende y cobra sentido, pues tanto Añorve como Zeferino, mantienen ciertos resentimientos políticos con el gobernador Ángel Aguirre. Y hoy intentarían cobrarle la factura uniéndose en la próxima elección de julio, en la cual el diputado local, Ángel Aguirre Herrera –hijo del mandatario estatal-, lleva mano como eventual candidato del PRD a esa presidencia municipal. Pero a esa acción, la respuesta se midió en términos contundentes: 1.- El periódico porteño El Sur, reveló información comprometedora contra Torreblanca Galindo. En su edición 6 mil 38 del pasado lunes 18 de agosto, lo señala de haber ordenado el asesinato del extinto diputado local perredista y potencial aspirante a la candidatura del PRD a gobernador en 2011, Armando Chavarría Barrera. La información tiene como sustento una presumible declaración del ex comandante de la Policía Ministerial, Trinidad Zamora Rojo, quien fue arteramente ejecutado y su cuerpo desmembrado el 17 de junio de 2011. Curiosamente, el señalamiento es publicado a dos días de que el caso Chavarría cumpla 5 años de mantenerse en la impunidad. Y de la inusitada movilidad de Zeferino Torreblanca. 2.- El diputado federal priísta, Manuel Añorve, ya desmintió la filtración de sus probables cónclaves políticos con el ex mandatario estatal del PRD. Pero a los políticos hay que leerlos al revés: cuando dicen que no, es que sí. Y viceversa. La duda estriba en un hecho inquietante y perturbador: de concretarse esta negociación, Añorve sacrificaría las aspiraciones de su esposa, la actual diputada local Julieta Fernández, quien también aspira a gobernar el puerto de Acapulco. Y entonces se vería obligado a empujarla como síndica. O enviarla a disputar una de las dos candidaturas a diputado federal por el PRI. Con la ayuda por supuesto, de las huestes zeferinistas. Pero además, ahondaría su pugna por el poder, con el grupo político del ex gobernador Rubén Figueroa, el cual también busca su tajada de poder en aquel puerto turístico. 3.- La información de El Sur sin embargo, golpea con fuerza al ex mandatario estatal y lo obliga de hecho, a declarar sobre el caso Chavarría ante las autoridades judiciales competentes. Daña desde luego, la maltrecha imagen que se forjó como gobernante. Se suma a los millonarios desvíos de dinero en algunas dependencias. Un asunto que tampoco ha sido debidamente aclarado ante la Contraloría Estatal. Y le pega de soslayo, al principal recomendado de su grupo político en el trayecto a la disputa perredista por el gobierno estatal: el senador Armando Ríos Piter. Si se mira bien, éste último personaje aspiró en 2011 a convertirse en candidato a gobernador por el PRD. Cuando progresivamente fue desplazado y se dio cuenta de ello, su disgusto fue imposible de ocultarse. En un arranque de ira y de ausencia de prudencia política, llamó “nalgas prontas” a los entonces dirigentes nacional y estatal del PRD, Jesús Ortega Martínez y Misael Medrano Baza, por haber negociado esa candidatura a favor de Ángel Aguirre. Ese gimoteo le ayudó a negociar la candidatura a senador en la pasada elección de julio de 2012, arropado no solo por Zeferino Torreblanca –quien ya se iba pero lo alcanzó a posicionar en las encuestas-, sino por Marcelo Ebrard Casaubón, el ex jefe de gobierno capitalino y actual adversario político del propio Armando Ríos. Así, el aniversario luctuoso de Armando Chavarría, le estaría restando fuerza política al grupo zeferinista que intenta regresar por más poder. Y los puso de facto, en una situación política bastante complicada. Ese es el punto.

HOJEADAS DE PÁGINAS…La intención del diputado federal perredista, Sebastián de la Rosa Peláez, está muy expuesta. Porque su intención de unificar a las tribus rumbo a la contienda electoral que se aproxima, lleva el fin preciso no solo de incrementar sus bonos como negociador, sino de sumar simpatías internas para apuntalar su proyecto personal por la candidatura a gobernador. Avalado por su tribu Nueva Izquierda (NI). O ya en la repesca, encarecer la negociación. Para Sebastián, nada es gratuito.

 

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