EL NARCOTRAFICO MONSTRUO IMBATIBLE

“EL NARCOTRAFICO MONSTRUO IMBATIBLE”

Por: Carmelo Corripio Pineda “El Búho”

 

Capítulo III

 

En el anterior capítulo  quedamos en la celebración del 15 de Septiembre,  noche del  “grito”, organizado por Jacinto Meléndez. Reunida la flor y nata de la delincuencia, la  convocatoria  rebelaría  a Sarah, el poderío e influencia  de su imperio, construido paciente a través de los  años  y utilizando  como único recurso el dinero, con él compró a la ley, a la moral , a la fe, a la conciencia, al derecho, de todos los ahí reunidos , sometido  bajo el yugo de la abundancia y los excesos, riquezas saladas que terminan por matarlos. A las primeras  notas  del vals “Sobre las olas”, Jacinto  recorrió junto con Sarah  el amplísimo rectángulo en vuelo  intangible, con paso de baile  sobre olas musicales,  aproximando hacia él  lo mejor posible, la breve  cintura de ella, aunque era un bailarín  consumado la diferencia de edades  era notoria y motivo de escarnio en el interior de los  presentes, pero con boca cerrada por la peligrosidad del “padrino”, bailaron  y platicaron  juntos y en compañía de otros  invitados , hasta que el se separo  de ella, fue  notorio porque empezó a beber  exageradamente, hasta los  exabruptos, dejando ver el rechazo  de Sarah.

Empapado en alcohol se fue a su casa, subió  a su habitación, las  desavenencias  con su esposa los había separado, cada  quien  dormía en su habitación, más tarde  cuando  el roncaba , sigilosa la esposa penetro  en su habitación  y le partió  la yugular con un cuchillo, presurosa recorrió la estancia  para cerrar la puerta, ya poseída por una descomposición mental, como lo rebelaron sus emociones al degollarse  con la misma hoja filosa  con la que mato a su  esposo. Fue una  noticia que no pudieron acallar, se habló de la fiesta, de la concurrencia, de  los Donosos y de la  belleza excepcional  de Sarah, una  fuente revelo  la mirada celosa  del hermano  cuando Jacinto  la beso, fue un beso  espontaneo producto de la emoción que invadía al enamorado.

Rebeca  Candiani , madre  de los Donoso Candiani antes, durante   y después  del matrimonio con Luis Donoso, demostró no tener control sobre sus deseos  sexuales,  eran superiores  para calcular los riesgos, el peligro que significa copular a plena luz del día   y en  su propia  casa , con su compadre  Ruperto, amigo del alma de Luis su esposo, le precedía  a su matrimonio una fama  de puta, en los  burdeles  el 90% de las putas  lo hacen  por dinero, en el caso de Rebeca  era  el alma que tenía  emputecida, no se sabe si era  una fijación, un furor uterino, un trauma o una adicción que se  daba fuera  de su cuerpo y que una vez  le dijo a una amiga: “que se sentirá con ese”, era un joven apuesto que pasaba por la calle: Durante su matrimonio se habló de sus puterias  y que su marido  era un pendejo; a quien  le afectaba era a  Samuel el hijo mayor , no concebía  que su padre no reaccionará ante las evidencias , mientras que  ellos se ausentaban  en la montaña, a sembrar, cuidar, cortar , enladrillar la marihuana, trasladarla y comercializarla toda una empresa, Ruperto se pasaba  con su madre  y Sarah en  la casa del rancho “las  maravillas”, el resentimiento  que sentía  por Ruperto se convirtió en odio  y también  en contra de su padre, aprendió  el manejo  de las armas y asumió el control del negocio, por su mente cruzo por primera vez, matar a Ruperto y a su madre, más tarde  cuando se convierte en el cerebro del  grupo incluye  en el proyecto homicida a su padre , se trasladan a Culiacán  y evolucionan rápido, el cultivo de la planta lo industrializan, se trepan  a la  comercialización , anudan una red  de relaciones con militares , judiciales, funcionarios, prensa etc. Que hace  insuficiente su producción  para abastecer  el mercado yanqui, y tienen que importar de Colombia, crecieron de tal forma  que a su  vez se convirtieron en un nuevo  “cartel”, ya dueños de una manzana  en una zona exclusiva de Culiacan,con túneles conectados  e ideados  para utilizarlos para escapar, corre a su madre  y le dice: “confórmate que no te mato lárgate, llévate esto para que  no te mueras de hambre, para que mantengas  a  Ruperto o al que te guste, mis hermanos  y mi padre  se quedan  conmigo”: Esa  noche  sus sicarios en mensaje  cifrado  le informan: “trabajito hecho, D-7(avión) en tambo sellado de ácido el cadáver  deshecho de Ruperto, duerme en la “rumorosa”,.

Cuando Samuel  y Sarah tuvieron su  primera relación sexual, Samuel le increpo que no era virgen, esta entre sollozos le dijo que  Ruperto fue  el primero  que la había poseído, quien  al vivir con ellas en el rancho se cogía a mamá y a mí, entre bramidos  de dolor e impotencia  ante la destrucción  de su ideal, concebido como pureza dejo de hablarle una semana pero sucumbió a su encanto y la relación entre ambos se hizo constante, siendo más poderosa  la atracción de ella  que la bisexualidad de él,  encubierta y  discreta, alejada del chisme  y la intriga  del ambiente  en que vivía . Tiempo después  Rebeca se comunicó  con su hija, le dijo  que estaba  gravemente enferma padecía un cáncer  terminal  y que le urgía hablar con Samuel que la perdonara  y que  le rebelaría un secreto, Samuel  al  único  que respetaba  y quería  sin reproche  alguno era a Benjamín, un joven  que termino estudiando la carrera de aeronáutica de la que  se graduó  y que era el orgullo de la familia, le  pidió que fuera a ver a  su mamá moribunda, que  el secreto era personalísimo, y se ofreció  para llevarlo en  su avión, que  agonizaba en un hospital de parral Chihuahua. Llévate  a Sarah, a Lubiano  y mi papá  yo los alcanzo mañana, cuando llego todas estaban en el pabellón de Rebeca , en silencio se fueron retirando de ahí  uno a uno, la atmosfera de esos lugares es fúnebre, el silencio es  la presencia  de la muerte, el olor  aséptico gravita uniéndose  a los  alientos purulentos que exhalan los enfermos, todo es  trasparente, el agua, los sueros, las medicinas, el plástico que  se trasmiten a los  órganos  para su cura, sin restablecimiento, cuando me vio la mirada  de mi madre ausente  de todo,  sin odio ni  amor , sin reproche  ni recomendación, como si ya viviera en otro mundo  y conservara alguna  referencia  de esta vida : Me dijo “te mande  traer para decirte, que tú y Sarah  son hijos  de Ruperto, solo Lubiano y Benjamín son hijos  de Luis”. Samuel  no dijo nada ni una mueca, ningún parpadeo, no tosió, la  miró sin desprecio,  solo buscaba  una explicación a su vida, reflexionó: “lo puto me lo heredó Ruperto,  mi padre. Siempre  sospeché que era afeminado; las viejas se le acercaban sin miedo, con confianza, como nos madreó la vida junto con esta pinche vieja”.  Y dio  la media  vuelta, su madre expiró.